Carta a José Miguel Insulza

[box_dark]Chávez y Maduro han sido y son asesinos en el sentido más integral de la palabra. No solo son responsables por la muerte de ciudadanos venezolanos sino también asesinos del país. [/box_dark]

Gustavo Coronel

Carta a José Miguel Insulza

Sus últimas declaraciones, pidiendo la continuación de un grotesco proceso de diálogo en Venezuela y abogando por la ausencia de sanciones a los criminales que han violado los derechos humanos de los venezolanos, reafirman su condición de protector de asesinos. En su papel de Secretario General de la OEA usted ha hecho lo posible por mantener al régimen de Chávez y Maduro en el poder, a pesar de que ese régimen ha violado abiertamente la Carta Democrática Interamericana y ha entregado la soberanía del país a los hermanos Castro.
Poniéndose de espaldas a la comunidad democrática regional, usted ha contribuído a mantener en el poder a ese par de delincuentes. Hugo Chávez escapó a  la acción de la justicia con su muerte. Nicolás Maduro todavía podrá ser enjuciado. Ambos han sido y son asesinos, ya que un asesino es alguien quien puede producir la muerte o un daño físico o moral. Ver:http://es.thefreedictionary.com/asesino.  La Real Academia define al asesino así: “Ofensivo, hostil, dañino”. Ver: http://buscon.rae.es/drae/srv/search?id=sgt6u5TbIDXX20MxXqSE .
En el caso de Chávez él mismo admitía con orgullo tener las manos tintas en sangre. Llevó  soldados  a la muerte bajo engaño el 4 de Febrero de 1992. En esa loca asonada murieron más de cien venezolanos inocentes, incluyendo niños. El se vanagloriaba de “haber echado plomo”, a pesar de haber actuado como un cobarde durante el desarrollo del golpe. Uno de sus secuaces en esa asonada. Miguél Ramírez Torres, hoy ministro del Interior del régimen de Maduro, intentó asesinar a la familia del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
En el caso de Nicolás Maduro la represión que ha desatado en el país le ha costado la vida a más de 40 venezolanos, en su mayoría jovenes estudiantes. Maduro ha ordenado la prisión de centenares de venezolanos o mantenidos a otros en injusta prisión, incluyendo a Leopoldo López y a Simonovis, a quienes se les mantiene privados de libertad en condiciones que violan abiertamente sus derechos humanos.
Chávez y Maduro han sido y son asesinos en el sentido más integral de la palabra. No solo son responsables por la muerte de ciudadanos venezolanos sino también asesinos del país. En sus 15 años de inepto y corrupto ejercicio del poder estos dos asesinos se han encargado de destruír a la clase media venezolana. Se han encargado de asesinar nuestro sistema financiero. Están asesinando moralmente a nuestros niños.  al adoctrinarlos en las escuelas controladas por el régimen con basura ideológica sobre comunismo y socialismo, a la usanza cubana,  y al inyectarles el veneno del culto a la personalidad, algo que es característico de las peores dictaduras. Apoyar ese proceso de desintegración nacional, como usted claramente lo hace, es hacerse cómplice de esos asesinatos. Y hablo de complicidad, por cuanto su actitud ha sido adoptada con pleno conocimiento de lo que sucede en Venezuela.
Una postura complaciente hacia las dictaduras y los abusos de poder es grave, no importa quien la adopte. Pero cuando ella es adoptada por el secretario general de la OEA, una organización teoricamente orientada a defender la libertad y la democracia en las Américas, ella se convierte en criminal, dada la influencia que este funcionario ejerce en la política regional.
Puedo comprender por qué los países del ALBA, los miembros de PetroCaribe y algunos mandatarios quienes han recibido dinero petrolero de los asesinos venezolanos sigan controlando la votación en la OEA a favor del funesto régimen venezolano. Es simple prostitución. Lo que no comprendo es por qué usted continúa usando su posición para apuntalar la dictadura venezolana. Que gana usted con ello, como no sea el desprecio de los demócratas del hemisferio? Es su fanatismo ideológico más fuerte que los valores y los principios?

 

Creo que los países con gobiernos realmente democráticos deberían pedir su inmediata remoción.  Su larga actuación parcializada a  favor de los regímenes anti-democráticos de las Américas y  su  tolerancia de la injusticia y del crimen que promueven estos regímenes han convertido a la OEA en un burdel.

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