El fin de los tiranos

por Alfredo Michelena

Este año ha sido de buena cosecha en cuanto a la desaparición de dictadores. La primavera árabe se llevó a muchos de ellos en el norte de África. Ser dictador ya no es algo sin consecuencias. Las historias como la de Pérez Jiménez que murió placidamente disfrutando del fruto de su corrupción, no parece ser un patrón que los pocos tiranuelos que todavía existen van a conseguir.  El caso más reciente es el del general panameño Manuel Noriega, quien acaba de volver a su país luego de 22 años de encarcelamiento por sus vinculaciones con el narcotráfico y ahora debe enfrentar en su país juicios por asesinato, desaparición de personas y violación de derechos humanos a sus ciudadanos.
Seguramente el dictador nunca pensó que dejaría el poder y menos que sería juzgado y encarcelado.  Menos se imaginó que el viejo Bush al frente del gobierno de los  EE.UU.  invadiría Panamá y se lo llevaría preso, en especial después de que Noriega estuvo en la lista del personal de la CIA que dirigió el propio Bush. La famosa frase “he may be a son of a bitch, but he’s our son of a bitch” dicen que proviene de éste último cuando le preguntaron sobre el General- aunque en realidad fue de Franklin D. Roosevelt con Somoza.  Pero al igual que Gadaffi, que logró hacerse amigos entre los codiciosos gobiernos y políticos de occidente, finalmente dejó de ser “their son of a bitch”.
El destino de muchos es la cárcel o algo peor. Noriega pasó de hombre todo poderoso a reo común con, prácticamente, una condena de cadena perpetua, y así terminaron otros dictadores al ser juzgados y sentenciados. Solo para recordar, algunos de ellos llegaron a las Cortes internacionales, como Slobodan Milosevic, o nacionales como Saddam Hussein; otros pelearon para evitar un juicio como Pinochet.  Otros fueron solicitados por estas Cortes, pero murieron antes como fue el caso de Gadaffi, otros están siendo juzgados por la Corte Penal Internacional como el expresidente de Costa de Marfil Laurent Gbagbo o ya han sido condenados por ella como el presidente de Sudán, Omar Al Bachir quien tiene orden de arresto internacional y, finalmente, otros están empezando a ser considerados en esa Corte con el caudillo rojillo.
Lamentablemente muchos de ellos sólo salieron por la fuerza, con violencia. Nosotros tenemos la fortuna que podemos salir del nuestro con los votos y para eso tenemos que prepararnos en 2012. Él también tendrá que preparase pues tarde o temprano tendrá la suerte de los tiranos modernos. Por ahora, feliz navidad a todos….

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *