El libro del año: “El fin del poder” de Moisés Naím

En pocas palabaras

Javier J. Jaspe / Washington D.C.  / analisislibre.org

 

El año que acaba de finalizar nos trajo el último libro de Moisés Naím, El fin del poder (The End of Power, Basic Books, 2013, 306 pages), el cual no dudamos en calificar desde nuestra columna, como el mejor libro que leyéramos el año pasado.

Un juicio nada difícil de emitir, si uno toma en cuenta que el libro vino acompañado por las opiniones altamente positivas de muy calificados lectores, como William Clinton, George Soros, Arianna Huffington, Fernando Henrique Cardoso y Francis Fukuyama. Baste destacar lo que indicara el ex-presidente Bill Clinton: “The End of Power will change the way you read the news, the way you think about politics, and the way you look at the world” (“El fin del poder cambiará la manera en que usted lee las noticias, la manera en que usted piensa sobre política y la manera en que usted mira el mundo”, traducción libre de JJJ).

De inicio, una precision se impone para clarificar el horizonte del tema del libro de Naím. El mismo no pretende convertirse en un epitafio del poder, sino el llamar la atención sobre la forma en que este último ya no es el mismo que solía ser en épocas anteriores, tanto en su dimension, como en su concentración y capacidad de influir. Es más bien el estudio de cómo se ha producido la mutación del poder y el decaimiento en su ejercicio en los tiempos recientes, como resultado de factores que Naím también analiza en su luminoso libro, valiéndose de un notable proceso de reflexión y acopio de una abundante información, a lo largo de varios años.

Un proceso de reflexión de Naím que arranca desde los tiempos en que le tocara actuar como Ministro de Industrias del gobierno del finado Carlos Andrés Pérez a finales de los ochenta y en la primera parte de los años noventa del siglo pasado, y una valiosa información principalmente acumulada al calor de sus calificadas funciones como Director de la revista Foreign Policy hasta época relativamente reciente. Esto último se entiende fácilmente, pero los lectores se estarán preguntando qué papel tiene Carlos Andrés Pérez en este asunto. Naím lo explica en el prefacio de su libro y tiene que ver con el impacto que recibiera en febrero de 1989, a los pocos días de la  segunda elección claramente mayoritaria de Pérez como presidente de Venezuela, cuando estallara el 27 de ese mes lo que ha venido a conocerse como El Caracazo, episodio que trajo consigo una explosion social, acompañada de violencia, saqueos a comercios, caos y muchas muertes de venezolanos. Episodio, agregaríamos nosotros, que algunos consideran fue promovido por los Castro desde Cuba suministrando armas y francotiradores que potenciaron el número de víctimas y daños causados a Venezuela.

El Caracazo significó un cambio en la percepción de la gente sobre el carácter modernizador del programa economico que el nuevo equipo de gobierno de Pérez había querido transmitir, pues de esperanzador se transformó en el aparente culpable de la violencia social desatada en ese entonces. Por su parte, el desempeño de la función ministerial, como lo comprendiera años más tarde, le permitió a Naím adquirir conciencia sobre el sustancial divorcio existente entre la percepción de su poder como ministro y el poder que realmente estaba en capacidad de ejercer desde dicha función. En otras palabras, nominalmente era un ministro poderoso, pero en la práctica tenía una limitada capacidad para utilizar recursos, movilizar personal y unidades administrativas, y en general hacer que los objetivos propuestos se cumplieran efectivamente.

La reflexión que inició Naím con motivo de sus funciones ministeriales en Caracas, sobre el divorcio entre la apariencia del poder y su verdadera capacidad de ejercicio, dió paso a un proceso de confirmación en el terreno investigativo de otras experiencias gubernamentales en alguna medida similares, como fueron los casos de Brasil (Fernando Enrique Cardoso), Alemania (Joschka Fischer) y otros países, así como a verificar que el decaimiento en el ejercicio del poder se producía igualmente en los negocios, en organizaciones no gubernamentales y en entidades que actúan en varios otros campos del quehacer economico y social, incluidas aquellas que tienen una dimension multilateral, como el Fondo Monetario Internacional. Proceso que al final lo llevó a recoger el resultado de sus reflexiones e investigaciones en el libro que comentamos.

Si uno quisiera destacar dos de los principales méritos del libro de Naím, podría elegir dos. En primer término, que su libro desafía la corriente de pensamiento tradicional que siempre ha visto al poder como un elemento que ve a su concentración como sinónimo de su fortaleza (mientras más tienes poder, más fuerte eres). El libro de Naím demuestra con abundante análisis y respaldo de información que esta idea ya no es fácilmente sustentable. El segundo mérito es el de cuestionar la idea según la cual la acumulación de poder lleva a erigir barreras infranqueables que son capaces de detener las acciones encaminadas a retar dicho poder. El libro de Naím aporta elementos convincentes para demostrar que el poder ya no se encuentra en capacidad de evitar la influencia de fuerzas que el desarrollo economico y social de los últimos años ha producido para desafiarlo, entre otras, el surgimiento de manifestaciones alternativas de poder que fraccionan o diluyen a los detentadores de poder que se ufanaban de su inmenso tamaño y fortaleza hegemónica en épocas pasadas.

Resultaría una tarea realmente titanica reseñar los variados aspectos tratados en el libro de Naím en un artículo, por lo que nos concretaremos a destacar brevemente los siguientes:

Definición de poder – Sin dejar de pasar revista a autores relevantes (Hobbes, Machiavelli, Nietzsche, entre otros) y sus diversas aproximaciones a la idea del poder, Naím adopta una definición a los fines practicos de su trabajo, orientada a ayudar a entender lo que entraña obtener el poder, ejercerlo, conservarlo y perderlo. A este efecto, define el poder como “ la capacidad de dirigir or prevenir las acciones presentes o futuras de otros grupos o individuos”.

 

Canales para el ejercicio del poder – En opinión de Naím, cuatro son las principales vías mediante las cuales se manifiesta el ejercicio del poder. Estas son: (i) Músculo, que identifica la fuerza o la amenaza de la fuerza que puede ejercerse, por ejemplo, a través de la violencia armada o de la policía, un arsenal nuclear, o la capacidad para llevar a la quiebra una companía, botar a una persona de su trabajo, o expulsarlo de una organización. (ii) Código, que representa el conjunto de reglas morales o producto de la tradición, creencias religiosas y costumbres que se han venido transmitiendo de generación en generación por muchos años, las cuales influyen nuestro comportamiento y hacen que otros puedan exigirnos determinadas actitudes o conductas para guarder fidelidad a dichas reglas. (iii) Publicidad, que identifica la capacidad de persuasion para hacernos pensar, moldear nuestra percepción o ver bondades en ideas, bienes o servicios, con el objeto de favorecer los intereses de quienes la utilizan a este propósito. (iv) Recompensa, la cual traduce beneficios economicos, generalmente sumas de dinero que se dan u ofrecen con la finalidad de obtener determinadas conductas de personas u organizaciones,  encaminadas a favorecer los intereses de quienes pagan o erogan dichas sumas.

 

Los grandes retadores de las barreras protectoras del poder – Para Naím los grandes retadores del poder en esta época provienen de los cambios que se han producido en aspectos básicos de nuestra vida en sociedad, especialmente, en cómo, dónde, por cuánto tiempo y qué tanto bien vivimos. En otras palabras, la manera cómo se han afectado nuestros standards de vida y niveles de salud, bienestar, tendencias migratorias, la vida familiar o en comunidades, y finalmente, las actitudes que constituyen referencias esenciales para nuestras aspiraciones, creencias o deseos y la manera en la cual nosotros pensamos en nosotros mismos y nuestros semejantes. Para ilustrar estos cambios y la manera como ellos han influido en el poder y  desembocado en el decaimiento de su ejercicio, el autor echa mano de las siguientes tres categorías de revolución que se habrían producido en el tiempo que vivimos:

 

Revolución de lo más – Simplemente ahora tenemos más de todo. Hay más gente, más países, más ciudades, más partidos politicos, más ejércitos, más bienes y servicios, más companías vendiendo éstos, más armas, más medicinas, más estudiantes, más computadoras, más religiosos y más criminales. El producto economico mundial se ha incrementado cinco veces desde 1950 y el ingreso por habitante ha aumentado tres y media veces desde entonces. Hay dos mil millones de habitantes más de los que había hace veinte años y para 2050 tendremos una población cuatro veces más grande que la teníamos en 1950. Este crecimiento también ha venido acompañado de más calamidades y eventos negativos: recesión económica, terrorismo, terremotos, represión , guerras civiles, desastres naturales y amenazas al medio ambiente. Es indudable que mucha gente todavía vive en muy malas condiciones, pero el rápido crecimiento ocurrido en muchos países pobres ha dado lugar al aparecimiento de una pujante clase media. Los seres humanos están disfrutando en general de una más larga y más saludable existencia que en época pasada. Por ejemplo, para Naím los movimientos que conmovieron algunos países árabes, conocido como la “Primavera Arabe”, es cierto que deben bastante al uso de tecnologías modernas de comunicación, pero deben mucho más al rápido crecimiento de las expectativas de vida en el oriente medio y el norte de África desde 1980. El corolario de esta revolución de lo más es el siguiente: Cuando hay más gente y ella está disfrutando mejores vidas, su control y regulación por el poder se hace más difícil.

 

Revolución de la movilidad – Las cifras aportadas por Naím revelan que estamos experimentando una situación donde hay más gente emigrando que en algún otro período de la historia mundial. Las Naciones Unidas estiman que hay 214 millones de inmigrantes en diversas partes del mundo, lo que significa un incremento de 37% en las dos últimas dos décadas. En alguna medida, los inmigrantes están ejerciendo una influencia importante en los negocios, religion y aspectos culturales de los países donde residen. La movilidad poblacional igualmente ha tenido sus efectos en el proceso urbanizador de los países, como ha sucedido con las megaciudades que están siendo construidas en China e India. Así mismo, en la circulación de cerebros y la inyección de recursos a los países de origen a través de las remesas o inversiones de sus emigrantes. En general, dicha revolución viene a ocurrir en un contexto donde se está produciendo un gran movimiento de bienes, servicios, dinero, información e ideas. En este movimiento destaca por su significación el que viene ocurriendo a través de Internet y las redes sociales como Twitter y Facebook, así como con el uso de las tarjetas telefónicas prepagadas. Por su parte, el avance tecnológico ocurrido en las comunicaciones y la circulación de la información ha producido un abaratamiento de los costos en los tickets de avión, el transporte de carga y el envío de las remesas de dinero de los inmigrantes hacia sus países de origen. La conclusion es que la revolución de movilidad viene a hacer más difícil el ejercicio del poder, por ejemplo, por parte de los estados sobre sus poblaciones, o el de las corporaciones sobre los confines geográficos de sus mercados, o el de un partido politico sobre sus miembros, o para ponerlo en un terreno individual, el del padre que quiere mantener a sus hijos bajo control.

 

Revolución de la mentalidad – Se ha  producido un profundo cambio en las expectativas, y standards de la gente. Este cambio incluye nuevos valores que reflejan la mayor importancia que se atribuye a la transparencia y los derechos de propiedad, así como al trato justo de la mujer y a las minorías en la sociedad. Entre los jóvenes no sólo hay actitudes propensas a cuestionar la autoridad y retar al poder, sino que se observan posiciones más proclives, por ejemplo, hacia ciertos temas como el divorcio, incluso en sociedades muy conservadoras, como la de la India, llegando a influenciar en este aspecto a miembros de generaciones anteriores. La clase media está cada vez más dispuesta a dar la pelea en las calles para luchar y proteger sus standards de vida, o para obtener mejores bienes y servicios. Por su parte, según las encuestas realizadas por instituciones especializadas en países desarrollados con larga tradición democrática como los Estados Unidos, se estaría produciendo cambios de actitudes entre la gente que revelan declinación de la confianza en los gobiernos o en instituciones significativas como la Corte Suprema, el Congreso, sindicatos, partidos politicos, grandes empresas, bancos y medios de comunicación social. Para Naím los efectos de la revolución de la mentalidad sobre el poder es variado y complejo. La combinación del surgimiento global de valores y el incremento de las aspiraciones de la gente plantea el más serio de todos los retos a las bases morales del poder, ya que ayuda a extender la idea de que las cosas no necesariamente tienen que ser como siempre han sido y que de alguna manera o en algún lugar siempre hay la posibilidad de que sean mejores. En definitiva, tal combinación trae escepticismo y desconfianza en las autoridades, así como falta de aceptación de cualquier forma en que se encuentre distribuido el poder.

En su libro, Naím realiza un comprensivo análisis de la manera cómo la trilogía revolucionaria antes señalada afecta las barreras que han venido protegiendo el ejercicio del poder y llevan a su decaimiento, así como las oportunidades que se le presentan a los llamados nuevos micropoderes frente a los tradicionales grandes poderes. Esto lo hace en diferentes escenarios, incluido el decaimiento del poder en la política en el contexto nacional; en los ejércitos de las grandes potencias; en el ámbito internacional de la geopolítica; en el campo de los negocios corporativos; en el terreno religioso, sindical, filantrópico y de los medios de comunicación social. Aspectos del mayor interés que no podemos comentar por razones de espacio.

El análisis antes indicado le permite al autor pasar a destacar las ventajas del decaimiento del poder, tales como, en política, más países bajo sistemas democráticos y la posibilidad de que otros países actualmente bajo regimenes autoritarios (China, Arabia Saudita, Corea del Norte, Cuba y Belarus, por ejemplo) puedan llegar a transitar por la senda democrática en el futuro. Nosotros agregaríamos también a países bajo gobiernos pseudodemocráticos o dictaduras de nuevo tipo, como Venezuela bajo el finado Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro. En los negocios, nuevas empresas que surgen desde los países en desarrollo a competir e imponerse en el mercado internacional o a aprovechar nichos de mercado.

Sinembargo, en opinión del autor pesan más las desventajas del decaimiento del poder, entre las cuales incluye: incapacidad de los gobiernos de tomar decisiones de manera efectiva y oportuna para solucionar los problemas de sus respectivos paises; lentitud del grupo de grandes países en la adopción de las medidas necesarias para atacar problemas en la esfera internacional;  incremento de determinadas actitudes de extremismo politico en el ámbito interno de los países (separatismo, xenofobia o sectarismo); y la proliferación the actividades criminales o terroristas (Al Qaeda, carteles de la droga, piratas, etc.).

A renglón seguido, el autor enfatiza lo que a su juicio constituyen los cinco riesgos más significativos del decaimiento en el ejercicio del poder, a saber: desorden en las funciones de coercion social que corresponden tradicionalmente al Estado, el cual puede conducir a anarquía social o al menos a su inacción en la toma de decisiones trascendentales; reemplazo de entidades centralizadas y jerárquicas de larga data (partidos politicos, corporaciones, iglesias, fundaciones, burocracias, militares, universidades o instituciones culturales), por movimientos u organizaciones temporales o accidentales que arriesgan la pérdida de un caudal de conocimiento acumulado durante una larga experiencia adquirida por dichas entidades;  banalización de los movimientos reinvidicativos a través de las redes informáticas restándole la fuerza que requieren para ser efectivos en el logro de sus objetivos; estímulo a la impaciencia y la falta de atención a problemas que requieren perseverancia y tiempo para su solución; y alienación por cambios en la estructura del poder que pueden conducir a estados de anomia.

Sin restar mérito alguno al impecable análisis efectuado por Naím, nos atrevemos a asomar que en ciertos casos las indicadas desventajas pueden estar sobreestimadas. Algunas, como la indicada en relación con el surgimiento de nuevas organizaciones paralelas a los partidos politicos (e.g. en EEUU, Tea Party), o la utilización de las redes informáticas con el objeto de promover reinvindicaciones sociales en paralelo a las realizadas por organizaciones no gobernamentales, merecerían un mayor grado de debate y ponderación. Guardamos la impresión preliminar de que tales manifestaciones son producto de desajustes y defectos de los partidos politicos y organizaciones no gobernamentales, los cuales han hecho que la gente los perciba como inoperantes o incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos. Por tal razón, el aparecimiento alternativo de formas políticas ad-hoc o de mecanismos de promoción social por el Internet podría haberse producido más como una respuesta para llenar un vacío, que de no haber sido cubierto habría podido ser más negativo.

Debate, por cierto, al cual contribuye Naím en la parte final de su singular libro, aportando un conjunto valioso de ideas para adquirir conciencia sobre qué hacer, con el fin de prestar atención a los variados efectos del decaimiento del poder en la época que vivimos..

En pocas palabras, El final del poder (The End of Power), último libro de Moisés Naím, al cual no dudamos en calificar como el mejor libro que leyeramos en el 2013. Un aporte fundamental para el estudio de un tema que requiere particular y prioritaria atención, cuya lectura recomendamos para comprender los factores que se mueven en torno a la adquisición, ejercicio, conservación y pérdida del poder en nuestra sociedad contemporánea. Veremos…

Un comentario sobre “El libro del año: “El fin del poder” de Moisés Naím

  1. Gracias por hacerme entender, a que nos llevo la ganancia de lo ilicito,actualmente en venezuela vivimos en tiempo real lo que es ud describe en su segundo libro proximamante le contare si me funciono en mi pequeña empresa y en el entorno sus consejos los cuales los conocere al comprar el texto.
    La situacion en venezuela es triste el regimen logro paralizar la economia el desarrollo intelectual con la barbarie (colectivos armados y guardia nacional) tenemos desesperanza y hay veces perdida de fe pero en fin pienso que la sabiduria nos hara libre y por lo tanto no me rindo .
    Lo unico bueno es que gracias a panama y a maria corina machado pudo arrancarle de las manos a la vzla incertada en el siglo 19 llegar hoy al siglo 21 con el derramineto de mucha sangre de jovenes inocentes gracias y que dios los bendiga hoy y siempre

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