La fiscal Fatou Bensouda (CPI) se coloca al margen de la ley

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William Cárdenas Rubio-Vargas
Análisis Libre Internacional, Madrid

 

Dos años después de haberse abierto el examen preliminar sobre la situación de Venezuela por las múltiples denuncias presentadas ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), la Fiscal Jefe de dicha Corte, Fatou Bensouda, acaba de tomar una decisión que constituye una auténtica burla sumada a su prolongada inactividad  para activar la jurisdicción complementaria de la CPI, para investigar los crímenes de lesa humanidad registrados en Venezuela durante los 20 años del régimen chavista-madurista..

La Sra. Bensouda, actuando con “aparente” imparcialidad, dio entrada a la denuncia presentada por el canciller venezolano Jorge Arreaza, en contra de los Estados Unidos de América, por las sanciones adoptadas por EE.UU contra las empresas PDVSA, Minerven y Conviasa, que a su entender, han causado crímenes de lesa humanidad en la población venezolana.

La Fiscal Bensouda fue sancionada el año pasado por el gobierno de los EE.UU, que  retiró su visa, por investigar supuestos crímenes de guerra cometidos por tropas estadunidenses en Afganistán entre 2003 y 2004. EE.UU no es parte del Estatuto de Roma.

La mera admisión de dicha denuncia por parte de Bensouda, es sintomática del grado de perversión con que se están manejando los hilos del poder respecto del caso Venezuela en la Fiscalía a su cargo, pues es evidente que la Fiscal tenía que haberse inhibido de conocer esta  denuncia contra los EE.UU presentada por Arreaza, que sólo persigue retrasar la acción presentada en 2017 por seis Estados parte contra Nicolás Maduro.

Ahora bien, cuando la Fiscal notifica a la Presidencia de la CPI y formula la sugerencia de que dichas denuncias sean acumuladas en la misma Sala de Cuestiones Preliminares, está tratando de perfeccionar la jugada del gobierno venezolano, evidenciando su intención de enervar la denuncia presentada contra Maduro, incurriendo en un intento de fraude procesal manifiesto.

Es casi elemental concluir que ese es el fin perseguido, y para el cual ella se presta  solicita y diligentemente obviando la causal de inhibición que le impedía dar curso a la denuncia de Arreaza.  Allí donde se materializa el fraude, que se suma a otros hechos graves cometidos durante su actuación en estos procesos, que deberían dar lugar a su separación del conocimiento de los mismos.

Que lamentable historia la que está escribiendo esta funcionaria, cuya conducta rebasa los límites de la negligencia, la impericia y la incapacidad para desempeñar estas delicadas funciones. Pero ahora se nos rebela como auténtica cómplice de los autores de los crímenes cometidos, porque con su conducta favorece el bien más preciado para esos delincuentes: La impunidad.

En estos momentos brilla por su ausencia la opinión de aquellos que la defendían y se ofendían ante cualquier cuestionamiento dirigido a ella. Claro, eso les duró sólo hasta el aberrante informe de evaluación de la situación que Bensouda presentó en su Informe anual del pasado 05 de diciembre. No obstante, quienes tenemos muchos años en esto, tuvimos que soportar durante un tiempo a algunos arrogantes e impertinentes decir: “Que las cosas antes se habían hecho mal”, “Que a partir de sus actuaciones desde 2014 todo iba a ir mejor.” Hay gente que no sólo llega tarde a los procesos, sino que llega mal. Calladitos estarían mejor. Aunque me gustaría saber que piensan ahora y si van a pedir disculpas públicas.

Fatou Bensouda conoce el Caso Venezuela desde el año 2004, pues lo denunciamos una y otra vez en tiempos del Fiscal argentino Luis Moreno Ocampo, a cuyas órdenes actuaba como Vice Fiscal. De allí que resulte inexplicable que aún se tome tiempo para iniciar una investigación formal.

Ahora, se juega una carta arriesgada para defender a sus “amigos”, a sabiendas de que lo que hace es contrario a la ley, es decir, prevaricando de forma grotesca, amparada en su alta investidura. Pero lo que ha hecho es gravísimo y de aquí puede salir mal parada.

A la Sala de Cuestiones Preliminares que se designe corresponde inadmitir la denuncia de Arreaza, por temeraria, peregrina y apartada del derecho que regula esta jurisdicción; y paralelamente, por decoro y salud procesal, deberían separar a Bensouda de seguir conociendo el Caso Venezuela; ponerla a disposición de la Sala especial que conoce de sus irregularidades; exigirle presentar el balance actual de sus activos, y su origen, y de haber alguna irregularidad, someterla a la jurisdicción competente.

Una vez designado el Fiscal sustituto, este puede de una vez por todas a dar inicio a la investigación formal de los crímenes ocurridos en Venezuela, sin más demoras ni sesgos procesales. Esto lo pedimos quienes con perplejidad hemos observado como una funcionaria con una conducta impropia, penetrada por la mafia castro chavista, le ha impedido a la Corte Penal Internacional materializar sus objetivos de justicia.

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