Latinoamérica: territorio peligroso para defensores del medio ambiente

 

Varios países de Latinoamérica lideran la lista de los más peligrosos del mundo para los ambientalistas, una lucha que puede llegar a costar la vida. Aquí algunos de los casos más conocidos.

 

DW

Según estudios realizados por  la ONG Global Whitness, Latinoamérica es uno de los escenarios más peligrosos para los defensores del medioambiente. En referencia a las últimas cifras recopiladas por la organización, unas tres personas morían en laregión a la semana por defender su tierra en 2015. Un problema especialmente preocupante en países como  Brasil, Colombia,  Honduras, Perú  o Nicaragua, que encabezan la lista de los más sitios más peligrosos. Aquí algunos de los casos más conocidos de la dura lucha de activistas y sus familiares por defender el medio ambiente.

Isidro Baldenegro  

Campaña del informe de Global Witness sobre los activistas en Honduras. Campaña del informe de Global Witness sobre los activistas en Honduras.

Este  histórico líder ecologista mexicano formaba parte de la tribu tarahumara, en la Sierra Madre. Al igual que su padre, Julio Baldenegro, este activista trabajó defendiendo su región de la tala irregular, concienciando también a diferentes comunidades para organizar protestas e impedir la deforestación. En vida fue galardonado con el Premio Goldman de Medio Ambiente por su lucha no violenta. Sin embargo, su lucha terminó trágicamente cuando fue asesinado a balazos el 15 de enero de 2017. El activista corrió la misma suerte que su padre, que también fue asesinado en 1986 por denunciar la tala, en presencia de Isidro.

Berta Cáceres

Honduras se encuentra también en lo alto de la lista de los países más peligrosos de cara a defender el medio ambiente. Uno de los casos más recientes fue el asesinato de la dirigente Berta Cáceres por oponerse a la construcción de una represa eléctrica en su país. Cáceres fue cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) para luchar en defensa del medio ambiente y el rescate de la cultura lenca. Destacó por su activismo en contra de la privatización de los ríos. Debido a su oposición a los grandes proyectos de represas en el país, sufrió amenazas llegando incluso a ser encarcelada. El 3 de marzo de 2016 fue asesinada cuando se encontraba en su vivienda preparando alternativas al proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca. En ese momento, junto a ella se encontraba el ambientalistas mexicano Gustavo Castro, también herido en el ataque.

Honduras Aktivistin getötet (picture alliance/AP Photo/F. Antonio)

Edwin Chota

Otro de los ejemplos de una lucha truncada tras toda una vida defendiendo los derechos indígenas y el medio ambiente es el del peruano Edwin Chota, líder de la comunidad de Saweto y reconocido activista ambiental. Chota pas doce años exigiendo el reconocimiento de la propiedad de las tierras en Saweto, enfrentándose a las grandes concesionarias madereras. «Bienvenidos a la tierra sin ley», contaba desde Saweto en un video de National Geographic. «Desde el puesto de control hasta aquí, la única ley es la del fusil». Al final, su lucha terminó cuando le asesinaron a balazos en septiembre de 2014 junto a otros tres compañeros.

Antonio Isidio

Brasil también está en lo alto de la tabla de países sospechosos de actuar violentamente contra los activistas ecologistas. Recientemente, uno de los casos que saltó a la prensa fue el de Antonio Isidio Pereira, líder de la comunidad de Vergel, en Maranhao. Al frente de una comunidad de pequeños agricultores y productores, Antonio lideraba la lucha contra los madereros que querían expulsarlos de sus tierras, sufriendo amenazas de muerte e intimidaciones.  Al final fue encontrado muerto a finales de 2015, tras haber pasado varios días en cautividad. Según declaraba Atila Roque, director de Amnistía Internacional en Brasil, «una tragedia anunciada”.

Ildefonso Zamora

Volviendo a México, este defensor del medio ambiente fue apresado acusado de robo con violencia, sin pruebas suficientes. Durante su cautiverio, su defensa fue todo un fenómeno social y organizaciones como Amnistía Internacional o Greenpeace se sumaron a ella calificando las pruebas como insuficientes. Tras nueve meses de reclusión, finalmente  fue liberado. Pero pese a haber sobrevivido, «el defensor de los bosques», como se le conoce en su país, lleva veinte años pagando un alto precio por su trabajo a favor del medio ambiente. Una lucha que, el 15 de mayo de 2007, provocó que asesinaran a su hijo Aldo.

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