Venezuela: De fábula en fábula

                                                                                                              

   Juan José Monsant Aristimuño

Esta ha sido una extraña semana en Venezuela, en el mundo también, pero la nuestra particularmente fuera de contexto, contradictoria, perdida e irrelevante en términos de la historia. Eso sí, de estupefacción  para el común de los venezolanos y, observadores internacionales acreditados en el país a quienes no les debe alcanzar el tiempo para analizar la secuencias de los hechos que se suceden con tal rapidez que su análisis, narrativa y envío a sus respectivos gobiernos (no es espionaje, es obligación)  siempre les queda incompleto, aparte de las dudas que deben despertar sobre si el funcionario les toma el pelo o no está en capacidad de ejercer el cargo, por fabulista.

Una mañana Caracas se despierta y observa unos extraños afiches regados por toda la ciudad; de alguna manera me parecieron tan fuera de lugar y profanos como aquellas pinturas de la Vigen de Coromoto con el niño Jesús portando un fusil AK-7 en la mano. Me fue chocante, aunque algunos personajes creadores del hombre nuevo lo consideraron arte popular y llevaron su replica a la Bienal de Venecia; o aquella maestra acompañada de un oficial de la Fuerza Armada y un diputado socialista, en un acto en el 23 de Enero, creo que en honor a Marulanda o algo así, donde cada niño, con su cara de jugar trompo, portaba su respectivo fusil, o una réplica, como justificó la educadora bolivariana.

Esta vez los afiches reproducían el rostro de los tres únicos opositores que, a ese nivel de liderazgo nacional, con decisión y claridad de objetivos se enfrentan al regimen militarcomunista que usurpa la democracia en Venezuela: María Corina, Leopoldo y Capriles. Entre el claro oscuro del diseño, emulando a un Darth Vader repetido, titula la leyenda “La trilogia del mal”, calificándoles de responsables por ausencia o escasez de alimentos, medicinas, respuestos y divisas, en complicidad con el empresariado y el imperio.

Son muchas las conclusiones, pero dejemoselas al lector porque sino Alejandra me manda a llamar para recordarme el número de caracteres que debo entregar. Lo cierto es que entre tantas reflexiones, uno se pregunta ¿por qué el gobierno distingue entre los opositores que ellos llaman democráticos y estas tres figuras que señalan como la trilogía del mal? ¿Acaso existe una oposición conveniente para el régimen y su proyecto marxista? Abría que averiguarlo, si es que ya no sospechan ustedes.

Mientras, me sumerjo, nuevamente, en la lectura del artículo “Perfectos idiotas” de Ibsen Martínez que, bruscamente y sin sutilezas, me hace regresar a la realidad; y rememorar aquél clásico “Historia de la Estupidez humana” de Paul Tabori, leído hace ya algunas décadas.

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