Venezuela: Megacorruptos de estilos diferentes – Gustavo Coronel

 

por Gustavo Coronel
Primera Ley de Coronel: Todos quienes han ocupado altas posiciones en el gobierno venezolano durante los últimos 15 años son corruptos.
No se salva ninguno (a). Esto es así porque la corrupción no es solo robar, que de eso ha habido bastante, sino – entre varias otras razones –  usar la posición de poder para favorecer a un grupo pequeño a expensas de la nación o desempeñar una posición para la cual no se está capacitado. En estos tres grupos: ladrones, abusadores y carentes de integridad, cae un 90% de quienes han manejado el poder politico en estos 15 años. Los hay  corruptos “normales”,  como Soto Rojas, Villeguitas, Izarra, Dario Vivas, los “Rodrigueces”:  Alí , Jorge e Isaías,  Maduro, Cilia, las mujercitas del poder moral, ls mujercitas del CNE y los hombrecitos del Tribunal Supremo de Justicia.  Y  los hay megacoruptos. Entre esta categoría estuvo el difunto y están Jorge Giordani y Rafaél Ramírez.
Por qué son megacorruptos estos dos personajes?  La corrupción es una sola, grande o pequeña,  pero esta  mega-denominación  se justifica por el  impacto que sus acciones han tenido sobre el bienestar de la nación. El difunto, Giordani y Ramírez han hecho mucho más daño a la Nación con sus acciones que el grupo de los  corruptos “normales”.
giodani merentes ramirez
Giordani
Este personaje llegó al poder de manos agarradas con el difunto. Para el poco educado paracaidista,  Giordani, de mayor edad y con pretensiones académicas , representaba la figura ideal del consejero sin ambiciones. Su primera gran idea recibió mucha atención pública y, por algun tiempo, credibilidad. Se trataba de  construír un emporio de riqueza y desarrollo al sur de Venezuela, a lo largo del eje de los rios Apure y Orinoco. Así lo repetía el difunto con entusiasmo en 2009:http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/Eje-Orinoco-Apure-sera-columna-vertebral-de-Venezuela/.   Hasta el avinagrado Alberto Muller Rojas se sumó con entusiasmo a la idea, proponiendo que se estableciera un centro político para ese eje: “ [construyamos] un centro de importancia política, militar, científico y cultural. Cabruta, tal como lo pensó el llamado Julio Verne venezolano, Ramiro Nava, podría ser el sitio ideal para tal propósito”.  Uno de los proyectos absurdos de este plan fue anuncido por el difunto conbombos y platillos: el Gasoducto del Sur, que iría de Venezuela hasta Argentina. Aunque ninguna de las locuras de Giordani se concretó al final, el país gastó alrededor de $200 millones en estudios de uno u otro tipo para llevar a cabo el plan.
Giordani pronto tuvo que aterrizar de sus grandiosas pretensiones de planificador para convertirse en agente directo de corrupción.  Para ello comenzó a diseñar  presupuestos  “creativos” , en los cuales el ingreso petrolero era groseramente sub-estimado a fin de escamotearles  a las gobernaciones y alcaldías el dinero que les correspondía por ley. Ello hizo posible (y hace posible hoy en día)  que el poder ejecutivo, léase Chávez primero y ahora Maduro, se embolsillaran miles de millones de dólares que deberían haber ido a las regiones y se quedaron en Caracas, a ser gastados sin transparencia alguna en dádivas electoreras por el hamponato oficial. Giordani lo reconoce en su carta, admite ese gasto alocado. Lo que no reconoce es que él fué uno de los prinipales responsables de este inmeso crímen contra la nación.
Giordani también ha sido una de los responsables del ruinoso control de cambios que ha generado una horrorosa hiper-corrupción. Unos $30.000 millones han ido a parar a los  bolsillos  de empresarios fantasms y de sus cómplices del régimen.
Pero, además, Giordani es un malvado. Si le creemos a Guaicaipuro Lameda (no ha sido desmentido por Giordani) Giordani habló con él de la necesidad de mantener pobres a los pobres, a fin de perpetuarse en el poder.  Y es un fabulador, si es cierto que sus credenciales académicas son dudosas y que su participación en la invasión contra Trujillo fué producto de su imaginación.
Ramírez.
El primer acto conspicuo de corrupción por parte de Ramírez fué haber aceptado ser ministro y presidente de PDVSA en paralelo, algo que viola los principios más elementales de la sana gerencia. Uno no puede ser el supervisor de uno mismo sin invitar corrupción. También cometió un acto de corrupción al aceptar dos posiciones cada una de las cuales exigía dedicación completa y excluiva. Pero, es que además de ser presidente de PDVSA y  ministro, Ramírez es o ha sido  vicepresidente del área económica, coordinador del programa de viviendas, Directivo del PSUV y Coordinador de relaciones con Cuba.  Para que lo ayuden Ramírez  emplea o ha empleado a esposa, suegra y cuñado en PDVSA.
Lo segundo fué aceptar presidir una empresa que se convirtió en importadora y vendedora de alimentos, criadora de cerdos, sembradora de yuca, adoctrinadora de sus empleados  y financista de las vagabunderías del difunto, violando las regulaciones del manejo de divisas. Bajo su presidencia PDVSA ha abandonado sus actividades medulares para dedicarse a otras actividades  no-petroleras y de tipo social.
Lo tercero es presidir una empresa que contrata sin licitaciones, que favorece indebidamente a contratistas amigos, que se ha endeudado hasta el tuétano, ha hipotecado el petróleo que aún está en el subsuelo ( y que no le pertenece)  y ha entregado su autonomía de acción en manos de los Chinos y de las empresas extranjeras Chevron, Halliburton, ENI, Schlumberger, entre otras,  a las cuales le pide dinero prestado, ya que estos préstamos están condicionados a la supervisión de esas empresas.
Lo cuarto es presidir una empresa donde se dan frecuentemente casos de gran corrupción, como los denunciados por el fallecido  Luis Tascón en materia de contrataciones con empresas fantasmas, como la contratación con empresas de familiares de gerentes de PDVSA, como los contratos dados a dedo  a Wilmer Ruperti o a los bolichicos, como el arrendamiento de la gabarra Aban Pearl, como la compra de hasta 42 remolcadores no adecuados al trabajo del Lago de Maracaibo o la adquisición de tanqueros que no se enuentran por ninguna parte, como el saqueo del Fondo de Pensiones de los empleados, como la pudrición de toneladas de comida importada en mál estado, como el contrato dado a la empresa de maletín, Free Petroleum,  de Jack Kemp, como el patrocinio ilegal y grosero a Pastor Maldonado y como muchas otras actividades dañinas a la nación. (Todo esto está ampliamente documentado).
Lo quinto es presidir una empresa que ha inflado las reservas probadas de petróleo venezolano de manera fraudulenta, quebrantando las reglas internacionles que rigen la materia y mantiene los niveles de producción en estado de opacidad permanente.
Lo sexto es permitir que la empresa esté llena de gente, cinco veces más empleados que los que tenía la PDVSA que ellos recibieron, la cual producía más petróleo y que la deuda y compromisos financieros  de la empresa sobrepasen los $100.000 millones, más de lo que valen sus activos.
Lo septimo es permitir que vayan a países que no nos pagan unos 300.000 barriles diarios de petróleo, a un costo para la nación de unos $3-4000 millones al año.
Lo octavo es hacer depósitos sin transparencia a título personal, en bancos foráneos.
Lo noveno es manejar, junto a Giordani y Merentes,  sin transparencia, los dineros  de FONDEN y del FONDO CHINO.
Lo décimo es gerenciar un empresa que no mantiene debidamente sus activos y que ha sufrido verdaderas catástrofes con muerte de venezolanos inocentes,  como la de la refinería de Amuay, la cual han disfrazado de sabotaje de manera descarada.
Loonceavo es importar gasolina a precios internacionales para venderla en el mercado interno a precios ridiculamente bajos.
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Hay mucho más que decir sobre estos dos megacorruptos venezolanos pero para ilustrar el punto esto debería ser suficiente.

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