Venezuela: Revocatorio, diálogo o conflicto?

En pocas palabras. Javier J. Jaspe

Washington D.C. / analisislibre.org

En los últimos tiempos se discute sobre la dirección en que los dos grandes ejes que están moviendo actualmente el escenario politico venezolano pudiesen desenvolverse en lo que queda de año. Estos dos grandes ejes son el referendum revocatorio (RR) de la presidencia de Nicolás Maduro Moros y el diálogo entre el gobierno de este último y la Mesa de Unidad Democrática (también en lo sucesivo: MUD, oposición o unidad democrática).

Si uno quisiera terciar en la indicada discusión, los resultados no pueden ser más desalentadores, por cuanto nos inclinamos por pensar que ni el RR ni el mentado diálogo parecen contar con las condiciones suficientes para que se concreten efectivamente antes de finalizar este año. Más bien, la sensación general predominante nos lleva a sostener que lo que podría esperar al país, en la segunda parte de 2016, es la agudización del conflicto politico y social, con elevadas dosis de incertidumbre sobre su posible desenlace. A continuación exponemos brevemente algunas de las principales consideraciones que obrarían para llegar a esta conclusion.

 

El via crucis del RR

Comentaristas del area política venezolana han advertido que el principal enemigo del RR es el tiempo, por cuanto de no realizarse este año, la posibilidad  de que se produzca la revocatoria del mandato de Maduro se torna completamente ilusoria. Ésto, porque si dicha revocatoria se produce en los dos últimos años de dicho mandato, los cuales se inician el próximo 10 de enero de 2017, le correspondería asumir la Presidencia de la República a Aristóbulo Isturiz, o a cualquier otra persona que Maduro designase como Vicepresidente Ejecutivo. En otras palabras, Maduro continuaría ejerciendo la Presidencia de la República valiéndose de una persona interpuesta.

Maduro y su gobierno, quienes se ven absolutamente perdidos y sin ningún apoyo popular,  saben que están librando una batalla contra el tiempo y por ello han destinado buena parte de su maquinaria política al logro del objetivo de obstaculizar la concreción del RR en lo que queda del año. Pese a que algunos análisis de la oposición ven factible la realización del RR durante el próximo mes de diciembre (http://prodavinci.com/blogs/hay-tiempo-para-hacer-el-referendo-revocatorio-en-el-2016-por-jose-ignacio-hernandez-2/), tales análisis pasan por alto que ya el gobierno con el apoyo del Consejo Supremo Electoral (CSE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha preparado y tiene en ejecución una maniobra con el fin de suspender las actividades que desarrolla la unidad democrática para la realización del RR.

Tribunal SupremoEfectivamente, lo más probable es que la Sala Constitucional del TSJ admita la demanda de suspensión de efectos del proceso de activación del RR, interpuesta por el partido de gobierno (PSUV), basada en la supuesta inclusión de personas fallecidas, menores de edad e inhabilitados políticos, como firmantes de la activación del 1% del mencionado referendum http://ccnoticias.com/2016/06/13/50096/.  De ser esto así,  el TSJ, mientras la investigación solicitada por la indicada demanda se efectúa, puede acordar suspender temporalmente el proceso de activación del RR.

Dado que la medida de suspensión de activación del RR a ser dictada por el TSJ no especificaría su lapso de vigencia, la misma seguramente se mantendrí por lapso indefinido y en la práctica significaría que el RR no se realizaría en lo que resta del año. En otras palabras, el gobierno, valiéndose del TSJ, busca obtener a través de esta nueva maniobra un efecto similar al que consiguiera eliminando la mayoría calificada de las 2/3 partes de la Asamblea Nacional (AN) lograda por la oposición democrática en las elecciones del pasado 6D, con la suspensión temporal de los diputados del Estado Amazonas, la cual, después de seis meses, todavía se mantiene.

Dialogo con gobierno maniobrero…?

El carácter burdo de la maniobra puesta en práctica por el gobierno, con la complicidad del CNE y el TSJ, para impedir la realización del RR, por si sóla indica que no hay condiciones favorables para que la oposición democrática concurra a participar en una mesa de diálogo con Maduro. Sin embargo, no dejan de escucharse algunas voces que defienden la conveniencia de que la oposición democrática no rechace la oportunidad que brinda el interés manifestado por la comunidad internacional sobre un eventual diálogo con el gobierno venezolano, a fin de dejar en evidencia el propósito insincero de este último al mostrarse supuestamente partidario de la realización de dicho diálogo.

El argumento indicado no deja de tener alguna significación, ya que el gobierno madurista ha desplegado una importante campaña a través de algunos expresidentes de gobierno de varios países (Leonel Fernández, República Dominicana; José Luis Rodriguez Zapatero, España y Martín Torrijos, Panamá) destinada a tratar de mejorar la pésima  imagen que tiene a nivel internacional. Imagen que el actual gobierno venezolano tiene perfectamente merecida, por su carácter represivo, violador de los derechos humanos, subordinado a los Castro en Cuba y completamente incapaz de articular e implementar una política destinada a luchar contra la grave crisis económica y social que vive Venezuela a consecuencia de la mala gestión de los gobiernos de Hugo Chávez y ahora del mismo Maduro, en los últimos 17 años.

A pesar del argumento anterior, en el fondo no abrigamos duda de que el gobierno de Maduro no está dispuesto a ceder un ápice en su interés para evitar el RR, o en su propósito de incrementar su política represiva y violatoria de los derechos humanos,  o en el rechazo a la necesidad de aplicar un programa de recuperación económica creíble que disponga de financimiento internacional y favorezca soluciones de mercado a la grave crisis económica y social con una creciente participación del sector privado. Por tanto, la inclusión de estos puntos en la agenda del diálogo se da por descartada y condenan a éste a un rotundo fracaso.

Al contrario, nuestro convencimiento es que el mentado diálogo, como lo es también el cacareado restablecimiento de conversaciones para reanudar relaciones diplomáticas entre EEUU y Venezuela

(https://www.analisislibre.org/dialogo-maduro-kerry-una-excelente-distraccion-politica/), no es sino parte de  una interesada y premeditada ofensiva internacional del gobierno de Maduro, con la cual  pretende enfrentar la tesis postulada por la unidad democrática con apoyo de la comunidad internacional, entre ellas las del propio Secretario General de la OEA, Luis Almagro, sobre la necesidad de que se aplique a Venezuela la Carta Democrática Interamericana. Dicho de otra forma, se trata de una ofensiva llamada a distraer la atención de la comunidad internacional y ganar tiempo, mientras en el plano interno el gobierno madurista realiza la maniobra destinada a impedir el RR, según lo expuesto en la primera parte de este artículo.

La OEA: comparsa de Maduro o escenario de defensa democrática

Mucho tememos, que a pesar de la caída de los precios petroleros, el gobierno de Maduro todavía sigue utilizando el petróleo como arma política. El incidente con Paraguay, cuyo gobierno se ha mostrado crítico de Maduro y ha sido conminado a pagar sin dilación la factura petrolera adeudada a PDVSA, demuestra que el gobierno venezolano sigue presionando al grupo de países subsidiados por Petrocaribe, para obtener apoyo de votos en las deliberaciones de la OEA.

OEA Consejo Permanente
OEA Consejo Permanente

Una clara manifestación de lo que decimos, la constituye la convocatoria del Consejo Permanente de la OEA, a petición del gobierno venezolano (http://www.excelsior.com.mx/global/2016/06/16/1099079), con el fin de recibir a los indicados expresidentes y lograr apoyo a las gestiones que éstos realizan para promover el diálogo entre la oposición democrática y el gobierno madurista, como alternativa a la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, invocada por el Secretario General, Luis Almagro. Esta sesión fue convocada para celebrarse el martes 21 de junio y hace presumir que Venezuela tiene asegurado un número de votos para lograr apoyo a su pretendido propósito.

Por su parte, la unidad democrática ha indicado que insistirá en obtener un derecho de palabra, con el fin de que el presidente de la AN, Henry Ramos Allup (HRA), exponga las argumentaciones que obran en favor de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana al gobierno venezolano. No obstante, dado el número de votos que apoyan al gobierno venezolano en la OEA y a la posible utilización del TSJ para impedir esta intervención de HRA en Washington, le doy poco chance a su realización, o de realizarse, para que tenga el efecto deseado por la unidad democrática.

Diálogo o conflicto?

Como están las cosas, a la hora que escribo, el ambiente politico predominante en Venezuela, recientemente caldeado con la protesta social por los problemas que confronta la población para obtener alimentos, medicinas y otros bienes de primera necesidad, indica que, ante la imposibilidad de celebrar el RR, en la segunda parte del año iremos hacia una agudización del enfrentamiento entre gobierno y oposición, más que a la obtención de resultados positivos con el diálogo promovido por el gobierno con el apoyo de los expresidentes Fernández, Rodriguez Zapatero y Torrijos arriba comentado. De no variar este cuadro político, el posible desenlace de esta situación conflictiva, como ya lo reveló la etapa vivida por el país entre febrero y mayo de 2014, posiblemente se ubicará del lado del aumento de la represión gubernamental, con su secuela de muertos, heridos y detenidos de quienes manifiesten su oposición a la dictadura cívico-militar que sojuzga actualmente a Venezuela.

En pocas palabras, al considerar el referendum revocatorio (RR) de la presidencia de Nicolás Maduro Moros y el pretendido diálogo entre el gobierno de este último y la unidad democrática, los dos grandes ejes que están moviendo actualmente el escenario politico venezolano, existen razones para concluir que los mismos no cuentan  con las condiciones suficientes para que se concreten efectivamente antes de finalizar este año. Más bien, la sensación general predominante nos lleva a sostener que de no variar este cuadro politico, lo que podría esperar al país, en la segunda parte de 2016, es la agudización del conflicto politico y social, con un posible desenlace que lo ubicaría del lado del aumento de la represión gubernamental, con su secuela de muertos, heridos y detenidos de quienes manifiesten su oposición a la dictadura cívico-militar que sojuzga actualmente a Venezuela. Veremos…

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