América Latina: ¿Se acerca el final del castrocomunismo?

 

 
En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C. / analisislibre.org

El último mes del año que recién finaliza y estos primeros días del año nuevo han  traído consigo algunos indicios de que el final del castrocomunismo en América Latina puede encontrarse cerca. Nos referimos,  a la noticia que circulara el pasado 17 de diciembre, mediante la cual se anunció el inicio de las gestiones encaminadas a la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, con su secuela de acontecimientos inmediatos, incluidas la liberación de un número de prisioneros politicos cubanos y las medidas encaminadas a modificar ciertas reglas aplicables al movimiento migratorio, a las corrientes de comercio o servicios desde el exterior y a las inversiones extranjeras en la isla antillana.

 

El régimen castrocomunista cubano y su influencia en América Latina

Cuando hablamos del posible final del régimen castrocomunista en América Latina nos referimos al existente en Cuba y a toda la influencia que aquél viene ejerciendo sobre los gobiernos de Venezuela y otros países latinoamericanos. En rango de la importancia de esa influencia destaca Venezuela, ya que primero el finado Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro han pretendido, con la tutela de los Castro, la implantación del régimen castrocomunista en este país. Esta tarea no les ha resultado fácil, pues han debido enfrentar el sentimiento democratico y libertario arraigado en su gente, la cual ha venido resistiendo con entereza los avances castrocomunistas de la narcodictadura militar que ha gobernado el país en los últimos 16 años. Resistencia que se ha producido y se sigue produciendo hasta el punto de que ya hay señales indelebles de que el régimen madurista parece estar pronto a dejar el poder.

La influencia del régimen castrocomunista cubano también se ha sentido sobre otros países de la región, valiéndose en buena parte del caballo de Troya venezolano. Así, por ejemplo, algunos gobiernos como los que han regido en Bolivia, Ecuador y Nicaragüa han recibido junto con Cuba, ayudas, subsidios o apoyos financieros significativos del chavismo/madurismo y avanzado en la implementación de reformas para incrementar su carácter autoritario bajo un ropaje seudodemocrático. En los últimos tiempos, especialmente a raíz de la muerte de Chávez y los problemas económicos de Venezuela, el indicado apoyo financiero ha disminuido y algunos de estos países, como puede ser el caso de Bolivia y Ecuador, se han cuidado de no copiar fórmulas económicas que han sido puestas en práctica en Venezuela bajo Chávez y Maduro, como ha sido comentado de manera juiciosa en ciertos medios (http://konzapata.com/2015/01/evo-morales-hizo-lo-contrario-que-chavez-y-maduro-y-ahora-bolivia-esta-mejor-que-venezuela/).

 

Ahora bien, aún reconociendo que el final del régimen castrocomunista cubano daría una puntilla final a dicho régimen y su influencia en América Latina, lo sucedido hasta el momento no permitiría arribar a una convicción firme de que en el curso del presente año se darán pasos significativos en pro de la democratización y la libertad en Cuba. Primero, por la falta de transparencia que han guardado tanto los Castro como el presidente Barack Obama, sobre la posible existencia de un programa complementario en pro de la democratización cubana como condicionante de una definitiva normalización de las relaciones diplomáticas entre los dos países. En segundo lugar, porque todavía está pendiente la discusión del tema en el seno del Congreso de EEUU, dado que sería necesario proceder a la modificación de normas de rango legal, a la hora de levantar efectivamente las sanciones que este último país ha venido aplicando a Cuba.

 

Las hojas de ruta relacionadas con el fin del castrocomunismo cubano

No obstante lo anterior, todavía puede hacerse un ejercicio de escenarios sobre el desenvolvimiento del tema bajo comentario, si uno se atiene a las posibles hojas de ruta que estarían guiando las acciones de las principales partes interesadas, entendiendo por éstas a los gobiernos de EEUU y Cuba, la oposición cubana y el Papa Francisco.

 

Las hojas de ruta que favorecen el proceso democratizador

De entrada, podría decirse que aun cuando pueden estar inspiradas por motivaciones distintas y guardar diferencias en cuanto los pasos y procedimientos a seguir, existiría bastante empatía en las hojas de ruta del gobierno de EEUU, bajo la presidencia de Barack Obama, la oposición cubana y el Papa Francisco, en lo que atañe al propósito de llevar la libertad y la democracia a Cuba.

Efectivamente, la política del gobierno del presidente Obama ha sido defensora de los principios consagrados en la Carta Democrática Interamericana y la legislación internacional en materia de derechos humanos. Por tanto, sería consecuente con esta politica la aplicación de una hoja de ruta que lleve hacia un ambiente de democratización, libertad y respeto de los derechos humanos en Cuba, favoreciendo, entre otros propósitos, la  realización de elecciones libres, respeto a la actividad de los partidos opositores, el cese de la represión a la disidencia, libertad de prensa y el funcionamiento de un régimen que permite la alternabilidad en el ejercicio del poder. No contamos con elementos de información sobre la hoja de ruta que mueve actualmente a la oposición política cubana, pero me atrevo a sostener que en la misma pueden integrarse sin dificultad la obtención, entre otros, de objetivos similares.

Algo parecido podría decirse del Papa Francisco. Ésto no sólo porque el Vaticano bajo el mandato de otros Papas contribuyó de manera decidida a la erradicación del comunismo en la entonces Unión Soviética y en los países que formaban parte de su área influencia en el este y centro de Europa, sino porque él mismo, al haber estimulado el acercamiento de EEUU y Cuba para la normalización de sus relaciones, podría estar dando señales de encontrarse guiado por un esfuerzo que beneficie el clima democratico y libertario en un país que, como Cuba, constituye el último país de la región latinoamericana.sometido enteramente a un régimen comunista (https://www.analisislibre.org/papa-aplaude-dialogo-entre-ee-uu-y-cuba/).

 

La hoja de ruta de los Castro

 

Cosa distinta sucedería con la hoja de ruta del gobierno de Cuba, salvo que Raúl Castro tenga en la manga una agenda de democratización, lo cual descartamos, al menos por ahora. Por tanto, me inclino por pensar, a efectos de este artículo, que los Castro poseen una hoja de ruta en la cual se condicionan los avances en el proceso de normalización diplomatica con Estados Unidos, a que se respete el status quo politico que les permite a ellos y al Partido Comunista Cubano ejercer el control de la vida política en Cuba. En otras palabras, los Castro estarían procurando seguir el modelo puesto en aplicación en China, a instancias de Deng Xiaoping, donde se ha venido implementando un programa de liberalización capitalista del sistema economico, manteniendo al mismo tiempo el ferreo control del Partido Comunista Chino sobre el sistema politico.

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En mi opinión, los Castro podrían no tener todas las de ganar, en su pretension de mantener inalterado el control politico de carácter dictatorial comunista que han venido ejerciendo sobre la población cubana por más de cincuenta años. Entre las principales razones para sostener esta posición, comentamos brevemente las siguientes:

Cuba no es China y mucho menos Raúl Castro es Deng Xiaoping – Ésto, no  sólo por las pronunciadas diferencias en dimension geográfica, tamaño poblacional, importancia económica y significado geopolítico, entre otros indicadores, los cuales no admiten comparación entre los dos países, sino también porque el advenimiento del proceso de liberalización económica en China fue impulsado por Deng Xiaoping como respuesta a los dos grandes fracasos de medidas impulsadas por Mao: El Gran Salto Adelante a finales de los cincuenta y la Revolución Cultural entre los sesenta y setenta del siglo pasado. Deng estuvo entre los dirigentes encargados de implementar la primera, pudiendo constatar los efectos nefastos de la llamadas comunas en la caída de la producción agrícola, lo cual produjo hambre y miseria en el pueblo.

 

Igualmente, Deng sufrió en carne propia los efectos de la Revolución Cultural con la remoción de sus funciones de dirigente del partido comunista chino, exilio y trabajos forzados, lo cual le fue reconocido a la muerte de Mao al restituírsele en dichas funciones junto con una innegable aureola y ascendencia sobre el resto de los dirigentes. En cambio, Raúl Castro dista mucho de tener credenciales como las exhibidas por Deng. Su papel hasta época reciente fue el de haber sido un segundón en el mando que le correspondió a su hermano, Fidel, en la conducción de la revolución cubana. Por esta razón, ahora, cuando soplan aires que pueden traer la democracia y la libertad a Cuba, difícilmente tiene autoridad moral y prestigio para exigir que se retrase el proceso democratizador y se mantenga la hegemonía y control del partico comunista cubano sobre la población.

El apoyo petrolero venezolano no puede continuar – En los últimos años, la economía cubana y la hegemonía de los Castro y el partido comunista cubano se han mantenido fundamentalmente gracias al subsidio petrolero otorgado por los gobiernos de Chávez y Maduro. Este subsidio no puede continuar debido a la baja en los precios petroleros y a la grave crisis política, económica y social que confronta Venezuela, por lo que ahora la economía cubana deberá contar con otras fuentes de obtención de divisas, situación que ha potenciado el interés de los Castro en promover el proceso de normalización de sus relaciones con Estados Unidos. Dicho de otra forma, la posición negociadora del gobierno comunista cubano frente al gobierno de EEUU se encuentra en su punto más débil, por lo que difícilmente estaría en capacidad de exigir que se retrase el proceso democratizador de la sociedad cubana.

El Congreso de EEUU exigirá cambios favorables a la democratización – Aunque no es descartable que el presidente Obama tenga una agenda para exigir en el marco de la normalización de relaciones diplomáticas, que el régimen castrocomunista cubano de pasos hacia la democratización del país, de no ser así, seguramente el Congreso de EEUU le hará este requerimiento. Hacia allí apuntan las declaraciones que ya han hecho algunos de sus miembros. Al lado de este requerimiento en el marco de las relaciones bilaterales, bien sea por iniciativa propia del presidente Obama o también por requerimiento del Congreso, también es lógico que en los foros interamericanos donde se ventile el caso cubano, Estados Unidos promueva como paso previo a cualquier iniciativa o propuesta en beneficio de los Castro, el que se les exija un compromiso expreso, positivo y preciso tendente a la democratización del país.

La oposición cubana se ha robustecido – Uno de los efectos inmediatos producidos por el adelanto del proceso de normalización de relaciones Cuba-EEUU es el fortalecimiento de la oposición democrática cubana. La liberación de más de 50 detenidos politicos ocurrida en días pasados está llamada a potenciar el movimiento opositor cubano y a brindar marco propicio para la incorporación de nuevos activistas politicos. Esta es una prueba de fuego para la misma permanencia del proceso normalizador y su avance hacia la consolidación de las relaciones EEUU-Cuba. De allí que si a los detenidos que han sido liberados se les ha exigido mantener una conducta pasiva o se les ha amenazado con nuevas detenciones o en cualquier caso se les detiene en caso de que persistan en la realización de actividades pacíficas de oposición al gobierno castrocomunista, éste ya estaría incurriendo en una conducta que debe ser considerada inaceptable para seguir avanzando en el proceso de normalización de relaciones y el reclamo de EEUU a los Castro no debería hacerse esperar (http://www.eluniversal.com/internacional/150113/disidentes-recien-liberados-dicen-que-seguiran-luchando-por-cuba).

Los aires de liberalización económica a raíz del proceso de normalización contribuirán a una renovación del liderazgo cubano – La experiencia vivida por la extinta Unión Soviética, bajo el liderazgo de Gorbachev, demostró que correspondió a las nuevas generaciones nacidas bajo el régimen comunista, el organizar y dirigir los esfuerzos encaminados hacia su terminación. Tomando en cuenta esta experiencia, nada de extraño tiene que entre las nuevas generaciones de dirigentes del partido comunista cubano se suscite una tendencia favorable a la terminación del régimen castrocomunista. Definitivamente, pensamos que las tareas que tiene planteada la sociedad cubana para desarrollar sus actividades en el contexto de las medidas de liberalización económica actualmente en curso son de tal magnitud, que las mismas exceden las posibilidades del vetusto liderazgo encabezado por Raúl Castro (http://prodavinci.com/blogs/la-revolucion-de-fidel-vs-la-cuba-de-raul-en-indicadores-economicos-por-anabella-abadi/). Por tanto, en un período corto tenderá a producirse una renovación del liderazgo cubano, posiblemente en manos de quienes ven con simpatía la necesidad de acompañar las medidas de liberalización económica con las que en el área política favorezcan la democratización de la sociedad cubana.

Fidel-Castro

La muerte de Fidel disparará con mayor vigor los aires de libertad y las actividades de lucha por la democracia – Lejos estamos de  desear la muerte de ningún ser humano, así se trate de Fidel, pero por su avanzada edad y enfermedades, ésta es una consecuencia que probablemente ocurrirá en un lapso relativamente corto (http://www.noticierodigital.com/2015/01/mientras-circulan-rumores-de-la-muerte-de-fidel-castro-detectan-tension-entre-sus-familiares/). El fallecimiento del lider máximo de la revolución, luego de haber sojuzgado a la sociedad cubana junto con su hermano Raúl, por más de 50 años, no dejará de producir sus consecuencias de estimular las ansias de libertad y de democracia del pueblo, como sucedió en Venezuela, por ejemplo, a la muerte del dictador Juan Vicente Gómez.

El ambiente en los demás países latinoamericanos donde funcionan democracias estimulará el proceso democratizador dela sociedad cubana. Actualmente, en gran parte de los países de América Latina predomina un ambiente de democracia y libertad. Es cierto que los gobiernos de Cuba y Venezuela se las han ingeniado para utilizar a Unasur en algunas ocasiones, como un elemento favorable a sus designios castrocomunistas. Sinembargo, después del lanzamiento del proceso de normalización de relaciones EEUU-Cuba y dada la grave crisis venezolana, esta utilización de Unasur será cada vez más difícil. Al contrario, el ambiente democratico existente en países importantes de la región, como México, Brasil, Chile y Colombia, entre otros, contribuirá a potenciar el proceso de democratización de la sociedad cubana, en foros internacionales como Unasur, Mercosur y la OEA, para citar algunos..

Los cambios políticos en Venezuela contribuirán a darle la puntilla final al régimen castrocomunista cubano. Esto no es un vaticinio sino la consecuencia necesaria del grado de interacción que ha existido entre el gobierno de los Castro y los gobiernos de Chávez y Maduro. El régimen de inspiración castrocomunista de Maduro se encuentra en estado agónico. El régimen cubano lo sabe y en los últimos tiempos ha tratado de guarder distancia con Maduro. Pero, pese a estos distanciamientos, todavía es mucho lo que los Castro dependen del subsidio petrolero venezolano. En cualquier caso, de producirse el cese del gobierno de Maduro y cambios politicos para la transición hacia la democracia y libertad en Venezuela, tales cambios traerían consigo la eliminación del subsidio cubano y el agravamiento de los problemas económicos, con su inevitable efecto entre los factores que desembocarían en el final del régimen castrocomunista cubano.

En pocas palabras, el último mes del año que recién finaliza y estos primeros días del año nuevo han  traído consigo algunos indicios de que el final del castrocomunismo en América Latina puede encontrarse cerca, luego que se anunciara el inicio de las gestiones encaminadas a la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Pese a que los Castro tendrían una hoja de ruta para mantener el control que ellos y el Partido Comunista Cubano ejercern sobre la vida política en Cuba, algunos factores podrían contrarrestar el logro de este objetivo. En los párrafos que anteceden pasamos breve revista a algunos de las razones que estarían gravitando más bien en favor de la democratización de la sociedad cubana y a ellos remitimos. Veremos

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