“Amour” en DVD

En pocas palabras. Javier J. Jaspe / Washington D.C.

 Luego de una larga espera, la película en lengua extranjera (Francés) ganadora del Oscar este año ha llegado al público en su version de DVD. Nos referimos a “Amour”, dirigida por Michael Haneke,  también ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes del año pasado, y protagonizada por Jean-Louis Trintignant, Emmanuel Riva e Isabel Huppert.

La película trata el difícil tema de la relación de pareja a raíz de que uno de sus miembros, en este caso la esposa (Riva), sufre un accidente cerebrovascular (ACV) que le paraliza parte importante de sus funciones motoras y le resta las ganas de vivir de manera progresiva. En el caso específico, una relación de pareja de muchos años, profesores de música ya retirados y ambos con una edad de ochenta o más años.  Complementa el cuadro de papeles principales, una hija (Huppert) casada rondando sus 40 años de edad.

En nuestra opinion, estamos ante una película realmente fuera de serie, por la gran calidad de las actuaciones, la adecuada ambientación donde discurre y la experta dirección que realiza Haneke. Lo que sigue, sin pretensions de critico de cine, solo persigue exponer brevemente nuestras reacciones iniciales sobre el tema de la película y su desenlace.

El corazón del tema, por decirlo así, lo constituye principalmente la eutanasia y el suicidio justificados como un acto de amor, definida la primera como la ayuda que se presta a otra persona que sufre una enfermedad terminal para que muera y alivie su pena. En relación con este asunto se ha realizado y sigue realizándose un intenso debate de razones en pro y en contra, en el que preferimos no entrar. Otra cosa es el desarrollo que hace Haneke del mismo en la película hasta su desenlace. Veamos:

 

  • El surgimiento de la enfermedad – El primer ACV se produce en un momento en que la pareja se encuentra comiendo. Por un momento, la esposa se queda inmóvil, como petrificada, para luego recuperar sus funciones sin recordar lo sucedido. Poco más tarde se muestran escenas donde ésta aparece paralizada de la parte derecha de las funciones motoras de su cuerpo. El carácter inesperado y no pocas veces desapercibido de un ACV es algo conocido, pero la película pudo ser más explicita para poner en relevancia el vínculo entre el ACV sufrido por la esposa y la descompensación que sufre en sus funciones motoras como consecuencia del mismo.

 

  • El tratamiendo de la enfermedad – Después de regresar del hospital, la esposa le pide al esposo (Trintignant) que nunca más la regrese al mismo. El esposo accede. Esta decisión resta fuerza a la consideración que hace Haneke del tema. Es decir, en su película considera un acto de amor que a un enfermo de ACV no se le preste ayuda médica hospitalaria y especializada, al confinar la atención de la esposa al cuidado que hace el esposo en el apartamento compartido por la pareja. Esta consideración, como veremos más adelante, guarda relación con el desenlace propuesto por Haneke en su película.

 

  • El desarrollo de la enfermedad – Una de las principales características de un ACV es que puede disparar un proceso esencialmente degenerativo. Las dificultades en las funciones motoras, por ejemplo, tienden a acentuarse hasta extremos que podrían conducir a la muerte. El enfermo, ante el cuadro agravado, puede dar signos evidentes de que sus ganas de vivir se reducen. La secuencia de escenas de la película que se refieren a la forma en que evoluciona la enfermedad de la esposa tiene muchos aciertos, pero también presenta algunas debilidades. La esposa sufre dos sucesivos ACV, el esposo la cuida amorósamente, le prepara y administra los alimentos, la lleva al baño, le cambia los pañales, la ayuda en la práctica de sus ejercicios de lenguaje, le lee las noticias, hace sonar su música preferida, en fin, todo lo que luce recomendable en estos casos. Sinembargo, no hay una secuencia específica clara entre el momento en que la esposa parece entusiasmarse con el uso de su silla con motor para movilizarse en el apartamento y la etapa de postración que la lleva a mantenerse totalmente en cama y a negarse a ingerir alimentos.

 

  • La familia ante la enfermedad – En las escenas donde transcurre el papel que juega la hija ante la enfermedad de la madre parece encontrarse una de las mayores fortalezas de la película. El esposo defiende su derecho a manejar de manera exclusiva la relación con su esposa enferma, mientras la hija reclama la necesidad de estar enterada sobre el verdadero estado de salud de su madre, pero sin realmente involucrarse y tomar una actitud firme para que una institución especializada le preste ayuda, muy probablemente por las implicaciones económicas de esta opción. De esta manera, Haneke hace suyo el concepto generalmente aceptado en el mundo desarrollado, donde predomina una vision restringida de la familia, de que a la hora de la verdad y en los momentos de dificultad, una pareja sólo se tiene a sí misma, probablemente porque tanto los hijos como otros parientes se encuentran concentrados en atender los problemas de sus respectivas familias.

 

  • El personal de ayuda y la enfermedad – La descripción de las funciones que juegan los conserjes del edificio, el personal de limpieza y las enfermeras es impecable en la película, pero la escena donde el esposo despide la segunda enfermera deja bastante que desear. El esposo se ve vacilante y algo ambigüo al expresar las razones en que basa su decisión, lo cual contrasta con la actitud desafiante y vulgar de la enfermera. En beneficio de Haneke, quien es austríaco, es posible que los matices de esta escena hayan sido inspirados por una apreciación de los franceses y su comportamiento basada en sus diferencias culturales y de educación.

 

Por lo que respecta al desenlace de la película, Haneke se las ingenia para producirnos el mayor impacto posible. Ésto, porque a lo largo de la misma, uno se había acostumbrado a la idea de que el esposo estaba resignado a cuidar amorosamente a su esposa durante la enfermedad hasta el momento natural de su muerte. En este desenlace, en momentos que el espectador menos lo espera, el esposo de manera impulsiva asesina la esposa, mientra el resto de las escenas sugieren que él también se mata. De esta forma, Haneke opta por una solución que se inscribe en la corriente de quienes promueven la eutanasia y el suicidio como solución, con la cual no concordamos.

Aunque se disienta de la solución propuesta por Haneke en su película, hay que reconocerle coraje al llevar a la pantalla un problema muy difícil y sobre cuya solución existe tanta controversia. Personalmente, pienso que ni la eutanasia ni el suicidio son soluciones a nuestros problemas, ya que está en manos de Dios decidir el momento de nuestra partida de la faz de la tierra. Además, el rechazo a las soluciones de la ciencia médica hospitalaria o a los centros especializados de cuidado de pacientes en etapa terminal, que se hace manifiesta en la actitud  tomada por el esposo para complacer a la esposa, prácticamente configura el guión de la película de manera acomodaticia, para llevar discretamente el espectador a simpatizar con la solución propuesta por Haneke.

Al final, es evidente que Haneke pretende basar en un acto de amor, la conducta del esposo en asesinar a su esposa y quitarse él mismo la vida. Sinembargo, opinamos que esta conducta también pasa por el hecho de haber asumido el esposo con carácter exclusivo las funciones de cuidado de la esposa en su enfermedad, ya que esta decisión le produjo el estrés, la impotencia y la angustia que contribuyeron a llevarlo a la desesperación y a optar por tal solución.

En pocas palabras, “Amour”, una impactante película, con una brillante actuación de Jean-Louis Trintignant, Emmanuel Riva e Isabel Huppert, que sugerimos ver en su reciente version en DVD. Una película que  bien merece los importantes galardones otorgados por el Festival de Cannes – 2012 y el Oscar – 2013, donde se trae a consideración el tema de la eutanasia y el suicidio como solución a los problemas de nuestra existencia. Sin duda, un tema difícil y susceptible de mucha polémica. Veremos…

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