China a través del espejo, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York

 

 

En pocas palabras. Javier J. Jaspe

Washington D.C. / analisislibre.org

Me refiero a la exposición “China through the looking glass” (“China a través del espejo”),  la cual se llevó a cabo recientemente en The Metropolitan Museum of Art de Nueva York (“Museo Metropolitano de Arte de Nueva York”). Sin duda, una exposición digna de verse por los cuatro costados, como se dice en criollo. Si tiene suerte, todavía podrá ver una amplia descripción de la exposición, con fotos y comentarios, en el website del museo: http://www.metmuseum.org/exhibitions/listings/2015/china-through-the-looking-glass

Sería una tarea realmente árdua reseñar dentro de las limitaciones de un artículo, los diversos aspectos de la exposición, por lo que me concentraré en una selección de aquellos que me llamaron más la atención, para luego expresar unos breves comentarios finales. En esta labor, la información contenida en el aludido website de la exposición me ha sido de una gran ayuda, la cual he debido traducir del inglés al español. Este artículo fue elaborado en momentos que la exposición estaba abierta, por lo que aparece redactado en tiempo presente. Veamos

La exposición

Encuentro de arte con moda – La exposición es producto de la colaboración efectuada de manera coordinada entre el Instituto del Vestido y el Departamento de Arte Asiático, lo cual explica que los objetos exhibidos se hayan distribuido en salas del propio museo (206 a 218 y 132) y en las salas 980 y 981  del Centro del Vestido Anna Wintour (gran gurú de la revista Vogue). En este sentido, de acuerdo con lo expresado en la propia literatura del evento, la alta costura es yuxtapuesta con vestidos,  pinturas, porcelanas y otras manifestaciones de arte, incluyendo películas, con el objeto de revelar reflejos de imágenes chinas.

Del mismo modo, se destaca que desde los primeros contactos europeos con China en el siglo XVI, Occidente ha estado fascinado con los objetos e imágenes enigmáticos del Este, los cuales han proporcionado inspiración para los diseñadores de moda desde Paul Poiret hasta Yves Saint Laurent, cuyos diseños están influidos a cada momento por romance, nostalgia e imaginación.

Finalmente, se expresa que la exposición incluye más de 140 ejemplos de alta costura y de ropa original e innovadora hecha en serie, junto con diversas expresiones de arte chino. Así mismo, fragmentos de películas chinas, incluidas sus bandas musicales, para mostrar cómo la visión que tenemos de China se encuentra enmarcada en narrativas que son producto de su cultura popular, así como para evidenciar la importancia del cine como medio a través del cual es posible entender la rica historia de China.

El nombre de la exposición – Pienso que es interesante resaltar, que el nombre de la exposición tiene una doble connotación. La primera es que, según sus organizadores, la expresión “through the looking glass” es traducida en idioma chino como “Moon in the Water” (“luna en el agua”).  Por otra parte, la misma expresión hace uso de una idea empleada en los libros de Lewis Carroll sobre Alicia en el país de la maravillas (“Alice in Wonderland”), publicados en  la década de los setenta del siglo XIX. Ésto, porque Carroll se vale de un sueño de Alicia para narrar la trama que la lleva a penetrar a través del espejo (“through the looking glass”), para viajar a un país maravilloso y conocer los interesantes personajes que la acompañarán en el resto de esta conocida historia. Esta historia ha sido llevada al cine en variadas ocasiones, siendo la última la adaptada por los estudios Disney y dirigida por Tim Burton en 2010, con actuación de Johnny Depp, Mia Wasikowska, Helena Bonham Carter y Anne Hathaway, entre otros.

Las galerías

Galerías 980, 981 y 132: Del emperador al ciudadano

En estas galerías se exhiben trajes que representan  la evolución de la moda china desde la dinastía Qing (Galería 980: años 1644 a 1911 ),  pasando por el periodo de advenimiento de la República China (Galería 981: años 1912 a 1949),  hasta llegar al periodo que cubre la presente República Popular China (, Galería 132: 1949 hasta el presente).

Galería 980: El vestido Manchú – En la exposición se destaca que los diseñadores occidentales generalmente concentran sus impulsos creativos en torno la vestimenta usada en la corte imperial, hecha con telas estampadas donde abundan ricas y espléndidas imágenes, tales como: murciélagos, nubes, olas marinas, picos de montañas y especialmente dragones, los cuales serían representativos de la autoridad imperial. La gran mayoría de los vestidos exhibidos en esta sala fueron usados por emperadores chinos y varios de ellos pertenecen al Museo Imperial de Beijing. Los mismos, por lo general, tienen bordados símbolos que destacan las virtudes y cualidades del emperador. Por ejemplo, las estrellas, el sol y la luna, representaban ilustración; las montañas, gracia y estabilidad, mientras que un hacha significaba determinación.

Galería 981:  El gipao (vestido mandarin en alguna terminología) – En esta sala se exhiben varios gipaos modernos correspondientes al periodo transcurrido entre las dos guerras mundiales del siglo pasado, cuya popularidad atribuyen los organizadores al hecho de haber sido llevados por actrices chinas famosas en películas de Shanghai, conocido en ese entonces como el Hollywood del Este. Entre éstas se destaca  la actriz Hu Die, quien fue designada reina del cine, con base en una elección de carácter nacional realizada por el periodico Star Daily en 1933. Los organizadores comentan que en el Occidente Hu Die representó en su época el símbolo de la feminidad china, como lo testimonia el hecho de haber aparecido su retrato en una de las ediciones de la revista estadounidense Vogue, en 1929, como ejemplo de la moderna elegancia china.

Galería 132: El traje Mao (the Zhongshan suit) – En esta sala se exhiben varios ejemplos del llamado traje Mao (por Mao Tse Dong), mayormente usado a raíz del advenimiento de la República Popular China en 1949.  En opinion de los organizadores, el traje Mao todavía permanece como un poderoso símbolo de estilo de la ropa de China, a pesar de que desde principios de los noventas del siglo pasado comenzó a desaparecer de los guardarropas de la gran mayoría de los hombres y mujeres chinos, aparte de los funcionarios gubernamentales. También se dice que muchos diseñadores occidentales de ropa encontrarían atractivo el traje Mao, en razón de su practicalidad y funcionalismo. Además de que, por su uniformidad, implicaría una especie de idealismo y utopia reflejada en una aparente liberación de la ofuscación por lograr con la ropa diferenciaciones basadas en distinciones de clase social y género.  Finalmente, se comenta, que durante la última parte de los años sesentas del siglo pasado, el traje Mao se convirtió en Occidente en un símbolo del proletariado anticapitalista siendo, además, acogido entusiástamente por los intelectuales de la izquierda europea por su efecto contrario al statu quo vigente.

 

El Imperio de los siglos

Galerías 206 a 218: El imperio de los signos

Los vestidos y objetos incluidos en estas galerías vienen a constituir uno de los segmentos más importantes de la exposición, ya que como lo sostienen sus organizadores, ella más que sobre China por si misma, es más bien acerca de una fantasia colectiva de China. Esta fantasia sería producto de una interacción cultural representada por los circuitos de intercambio a través de los cuales ciertas imágenes y objetos han emigrado por sobre las fronteras geográficas.

En este sentido, la exposición apunta a la importancia estética de explorar todos los productos de nuestras fantasias culturales. Por tanto, en lugar de censurar o rechazar manifestaciones relacionadas con otra cultura que no son enteramente exactas, la exposición aboga por estudiar las mismas en sus propios términos, para apreciarlas desde un principio como el resultado de un proceso creativo que permite descubrir entre ellas un lenguaje uniforme propio de signos compartidos.

Por tanto, para los diseñadores que participan en la presente exposición (Ralph Lauren, Chanel, Dior, Yves St. Laurent, Karl Lagerfeld, Valentino , Galliano, entre otros), China representaría una tierra de signos flotando libremente, donde la postmodernidad encuentra su expresión natural. Como Marco Polo o Gulliver, ellos son viajeros itinerantes en otro país, reflexionando sobre sus tradiciones culturales y artísticas, como si éstas fueran una exótica extension de las suyas propias, de una manera mítica, ficticia y fantástica. De allí que al existir esta China solamente en su imaginación, cuando tienen como referencia artefactos o vestidos chinos, los diseñadores no reproducen copias literales o imágenes exactas de los mismos, sino que los reinterpretan mediante parecidas y paradójicas construcciones postmodernistas.

A continuación se hace un paso rasante por estas galerías:

Galería 206: Wuxia (heroes de las artes marciales) – Esta galería contiene trajes usados en las artes marciales. Los organizadores destacan que las más apremiantes fantasias de los diseñadores occidentales están motivadas por Wuxia, genero literario donde se narran historias de héroes de las artes marciales. Estos héroes en su actuación se encontrarían sujetos a un código estricto que incluye valores como justicia, honestidad, y benevolencia, así como un desdén por la riqueza y el deseo por lo mundano. En virtud de que estos valores generalmen te se asocian al budismo, se exhiben igualmente algunos de los más antiguos ejemplos  de arte budista chino que posee el museo.

Galería 207: China antigua – En esta galería se incluyen vestidos y objetos de diseñadores occidentales que han encontrado su inspiración en obras de arte chino. Si bien la tendencia de estos diseñadores es preferir obras del siglo XVII en adelante, también es posible encontrar referencias inspiradoras de formas artísticas pertenecientes a épocas anteriores, tales como cerámicas del neolítico, objetos de bronce de la disnatía Shang, espejos de la disnatía Tang, figuras funerarias y modelos arquitectónicos de la dinastía Han, esculturas e imágenes del budismo de los primeros años y muestras de literature china Antigua.

 

Galería 208: Guo Pei – En esta galería se incluyen vestidos de diseñadores chinos, como es el caso de Guo Pei, el cual se muestra a continuación. Este impresionante diseño, se encuentra inspirado en imágenes budistas, ya que la parte superior del vestido y los adornos de la falda siguen la forma de la Flor de Loto, uno de los ocho símbolos de la iconografía budista que representa pureza espiritual e ilustración. Pero, al mismo tiempo, representa una manifestación de occidentalismo, pues la falda sigue la forma de crinolina inflada que estuvo de moda en la ropa usada en la mitad del siglo XIX en el mundo occidental.

 

Galeria 209

 

Galería 209: Anna May Wong – En esta galería se exhiben modelos inspirados o usados por la singular actríz chino-estadounidense, Anna May Wong, nacida en Los Angeles en 1905 como Huang Liushuang. Al decir de los organizadores, en términos de moldear las fantasias de los occidentales en relación con China, ninguna figura ha tenido un mayor impacto en la moda que esta gran artista. Especialmente, puntualizan los organizadores,  a traves de su actuación en notables películas desempeñando variados roles de la mujer enigmática oriental, bien sea como dócil, obediente o sumisa Flor de Loto, o como temible, explotadora o calculadora Dama Dragón.

Galería 210: Saint Laurent & Opium. ChinoiserieLa ropa y objetos exhibidos en esta galería están llamados a reflejar la presencia de China en la alta costura o en el diseño de la ropa hecha, de una manera ficticia o inventada, como una especie de Chinoiserie  donde se combinan elementos estilísticos orientales y occidentales en una forma de pasticho.  Chinoiserie es una expresión derivada del  idioma Francés con la cual se designó un estilo inspirado por  la idea que se tenía de China como un lugar de misterio y romance en la última parte  del siglo XVII y que tuvo su máxima expresión en la mitad del siglo XVIII, a través de figuras chinas; pagodas con atractivos techos; y paisajes pintorescos con elaborados edificios, pájaros exóticos y plantas floridas. En este orden de ideas, los organizadores  reconocen con su presencia en esta galería que, a la fecha de la exposición, la más exuberante y extravagante expresión de Chinoiserie en el mundo de la moda la constituye la colección de otoño/invierno 1977 de Yves Saint Laurent, la cual coincidió con el lanzamiento controversial de su perfume Opium.

Galerías 211 & 212: Perfume – Reconociendo la influencia que la idea de China, elaborada por la imaginación occidental, ha tenido en el mundo de la perfumería, en esta galería se exhiben envases de perfume representativos de tal influencia. Los organizadores destacan que Paul Poiret fue el primer diseñador que produjo un perfume inspirado por la idea de la China romantica (Nuit of Chine, 1913). Otros perfumes y marcas incluirían: Orient and Sakya Mouni del mismo Poiret, Joy de Jean Patou, Le Jade de Roger & Gallet, Pa-Ri-Ki-Ri de Henriette Gabilla y La Fille du Roi de Chine de Callot Soeurs, este ultimo con un diseño de su envase que recuerda la práctica milenaria china de detener el crecimiento del pie femenino (foot-binding).

Galería 213: Vajilla de porcelana en colores blanco y azul – En esta galería se exhiben trajes elaborados con telas estampadas con los diseños que se han venido utilizando por muchos años en la elaboración de vajillas de porcelana en colores blanco y azul, tanto en China como en varios países de Occidente. Los organizadores destacan que la historia de este tipo de vajillas de porcelana incluye siglos de intercambio cultural entre Este y Oeste. Inicialmente desarrollada en Jingdezhen durante la disnatía Yuan (1271-1368), la aludida vajilla de porcelana fue exportada a Europa durante el siglo XVI. Debido al incremento de su aceptación en los siglos XVII y XVIII, varias  fábricas en Holanda (Delft), Alemania (Meissen) e Inglaterra (Worcester) comenzaron a producir sus propias imitaciones de este tipo de vajillas. Uno de los ejemplos más representativos del diseño usado en Europa es el llamado modelo Willow (arbol conocido en español con el nombre de Sauce), en el cual se describe un paisaje centrado en un Sauce rodeado de una pagoda y un pequeño puente con tres figuras cargando utensilios, el cual fuera hecho famoso por el ceramista inglés Thomas Minton. Con el tiempo este diseño fue copiado por los fab ricantes de vajillas de ceramica en China y exportados a Occidente, con lo cual un diseño que es visto como chino es más bien el producto de un intercambio cultural entre Este y Oeste.

Galeria 214

 

Galería 214: Caligrafía – En esta galería se exhiben trajes con telas estampadas con caligrafía china.  Como lo indican los organizadores, no es una sorpresa que los diseñadores de moda de Occidente se hayan visto motivados para utilizar la caligrafía china, ya que la misma es considerada como la más alta forma de expresión artistica en China. Sinembargo, al comentar los vestidos de Gabrielle “Coco” Chanel y Christian Dior aquí exhibidos, indican que el interés primario en el uso de la caligrafía china es decorativo y no radica en su signficado semántico. En el caso de Dior, por ejemplo, no deja de producir hilaridad, que el texto utilizado pertenezca a una carta del autor Zhang Xu (Siglo VIII), en el cual éste se queja de estar sufriendo un dolor de estómago…

Galerías 215 & 216: Exportaciones de seda- En estas galerías se exhiben chales y otras telas de seda, así como papeles para cubrir paredes, con motivos que revelan la influencia ejercida por el intercambio comercial entre Este y Oeste. Al efecto, los organizadores destacan que el afán insaciable de Occidente por adquirir  telas de seda china, prácticamente arranca desde que florecieron las corrientes de comercio entre China y el Imperio Romano, al final de la primera y principios de la segunda centurias de la era Cristiana. Este interés se habría intensisficado en el siglo XVI, cuando se expandió el comercio maritimo, aumentando la disponibilidad de productos lujosos chinos que, principalmente en los siglos XVII y XVIII, dió lugar a la Chinoiserie, según se explicó al comentar la Galería 210.

Galería 217 – La luna en el agua- Esta galería exhibe varios trajes de famosos diseñadores, en una especie de alegoría a  la parte principal del título de la exposición en inglés (“Through the Looking Glass”), la cual, según los organizadores, es traducida en idioma chino como “Moon in the Water” (La luna en el agua).  Por tal motivo, los trajes se presentan sobre una superficie cubierta de agua, con la imagen de una gran luna en la parte de arriba. Los organizadores también aclaran que la expresión Moon in the Water, usualmente empleada en poesía para significar un anhelo romántico, tiene connotaciones negativas y positivas. Así. cuando se usa para describir un objeto hermoso, puede estar aludiendo a una cualidad de perfección misteriosa o difícil de aprehender,  hasta el punto de que tal objeto se convierte en algo ilusorio o decepcionante y hasta desconfiable. Dos poemas se incluyen como ejemplos: “Like picking a blossom in a mirror/Or grabbing at the moon in water/I stare at you but cannot get near you” (Huang Tingjian, Siglo XI); «In vain were all her sighs and tears/In vain were all his anxious fears:/As moonlight mirrored in the water/Or flowers reflected in a glass.» (Cao Xuegin, siglo XVIII).

 

Galería 218: Muebles de la época Ming – En esta galería se exhiben varios vestidos de la colección de Valentino Garavani conocida como “Manifesto”,  expuesta en Shanghai en 2013. Según los organizadores, el diseñador habría elegido el rojo, no solo porque es uno de sus colores preferidos, sino porque el mismo tradicionalmente en China corresponde al elemento “fuego”,  el cual es un símbolo de buena suerte y felicidad. También hacen notar que el rojo, luego de la fundación de la República Popular China en 1949, pasó a representar a la revolución comunista. Es de hacer notar que esta es la única oportunidad en que se usa la palabra “comunista” a lo largo de la literatura compañante de la exposición, que hemos tenido disponible para preparar la presente reseña.

Algunos breves comentarios finales

Bueno es fantasia, pero…- No me malinterpreten, se trata de una exposición formidable, pero el formato basado en fantasias sobre China puede hacer perder el contacto con la realidad que se vive en este importante país en los actuales momentos.  Mientras la veía me pareció sentir una especie de afán por transmitir una imagen edulcorada de las dificultades que vive la sociedad china,  para vencer el ambiente de control dictatorial que ejerce el Partido Comunista Chino (PCCH).  El tema de la moda durante el periodo comunista, palabra ésta que sólo se nombre en una oportunidad a lo largo de la extensa y notable literatura que acompaña la exposición, aparece principalmente circunscrita al traje Mao que ya nadie usa. De allí que la exposición, salvo las que puedan reflejarse en las fracciones de películas que se presentan fugazmente, no incluye muestras representativas de los modelos de vestimenta que vienen usando los ciudadanos chinos, especialmente a partir de la apertura económica que vive China desde la implementación de las reformas promovidas por Deng Xiaoping a partir de los años ochentas del siglo pasado. La exposición habría hecho una bienvenida contribución si hubiese arrojado luces sobre las tendencias de moda en la China actual.

Grado de aceptación de la ChinoiseriePara el espectador no queda claro cuál ha sido el grado de aceptación en la propia China, de los diseños creados por los modistos occidentales a través de su fantasia sobre dicho país, conocidos como Chinoiserie. Por ejemplo, cuál fue la reacción de la sociedad china y del PCCH sobre la  colección de otoño/invierno 1977 de Yves Saint Laurent (Galería 210), que tanto precian los organizadores de la exposición. Para no ir tan lejos, y ubicarnos en un ambiente más cercano en el tiempo y de reforma económica protocapitalista, cuál ha sido la reacción  en China en relación con la colección en rojo de Valentino Garavani (Galería 218), efectuada en Shanghai en 2013.  Es decir, cuál es la tendencia en la preferencia de los consumidores chinos,  se inclinan por diseños típicamente orientales? o por modelos creados por la fantasia occidental de la Chinoiserie?, o más bien prefieren diseñadores chinos que mezclan elementos orientales y occidentales como Guo Pei (Galería 208).  Estos son aspectos que brillan por su ausencia en la literatura que se ha tenido disponible para acompañar a la exposición.

Diseñar vestidos, una forma de arte? – Con la adición del teatro y el cine (unque algunos todavía manifiestan resistencia a admitir todo tipo de teatro y cine),  las artes se han clasifificado en siete grandes categorías: arquitectura, escultura, pintura, música, poesía, danza y teatro/cine. Hay tendencias recientes para agregar la fotografía y el dibujo de historietas como formas modernas de arte, pero que sepamos, se trata de aspiraciones no aceptadas generalmente todavía. Es posible que también algunos hayan querido ver el diseño de vestidos de alta costura como una forma de arte, lo cual explicaría la fuerte vinculación que los grandes diseñadores y empresarios del mundo de la moda mantienen con importantes museos, a los cuales aportan fuertes donaciones y subvenciones. Uno de los ejemplos representativos, lo constituye la estrecha relación que mantiene el Instituto del Vestido con el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, organizadores de la exposición sobre China reseñada en este artículo. Es más, para el próximo año ya se anuncia otra exposición sobre este ultimo país: “Chinese Whispers: Tales of the East in Art, Film, and Fashion (Haute couture and avant-garde ready-to-wear fashions from designers such as Yves Saint Laurent, Alexander McQueen and Laurence Xu will be displayed alongside paintings, films and decorative art pieces)”.

Aunque comprendo la actitud complaciente de los museos de arte, con el fin de obtener fondos de los diseñadores de vestidos y otros empresarios del mundo de la moda para financiar sus actividades, personalmente, no acompaño la idea de ver el diseño de vestidos de alta costura como una forma de arte. Me parece que esta actividad no reúne los elementos artísticos ni requiere mayores esfuerzos de reflexión intelectual para ser investida con tal carácter, como si sucede con las siete manifestaciones de arte mencionadas con anterioridad. El tema que referimos no ha sido extraño ni en el cine ni en la literatura. En el primero, puede mencionarse como ejemplo, la película sobre la relación amorosa mantenida por algún tiempo entre Cocó Chanel e Igor Stravinski (Cocó & Igor, 2009, con Anna Mouglalis y Mads Mikkelsen), en una de cuyas escenas, según recuerdo, en un momento de conflicto, Stravinski le reclama a Chanel que cese de equiparar su tarea de diseñar vestidos con la compleja labor de componer música donde se requiere una larga formación académica y un gran esfuerzo intelectual. Por su parte, en la literatura, destaca el caso del Premio Nóbel, Mario Vargas Llosa, quien se queja de la trivialización de la cultura occidental en la vida moderna, hasta el punto  de que en “la civilización de nuestros días es normal y casi obligatorio que la cocina y la moda ocupen buena parte de las secciones dedicadas a la cultura y que los <chefs> y los <modistos> y <modistas> tengan ahora el protagonismo que antes tenían los científicos, los compositores y los filósofos” (Mario Vargas Llosa: La civilización del espectáculo (Alfaguara, Prisa Ediciones, México, 2012),

Opium: una presentación controversial – Dada la tendencia moderna a la repudiable tolerancia con las drogas, especialmente puesta de manifiesto en el creciente número de películas donde cada vez más se escenifican escenas que sirven de acicate a su consumo, saludo con un reconocimiento positivo lo dicho por los organizadores de la exposición sobre la presentación que hizo Yves Saint Laurent de su perfume Opium. En efecto, los organizadores dejan constancia que este fue un hecho altamente controversial en 1977, pues se percibió que la escogencia del nombre del perfume servía para endosar el uso de drogas duras como el opio, trivializaba la llamada Guerra del opio sostenida entre China y Gran Bretaña en la mitad del siglo XIX, y usaba a la mujer como un objeto en el commercial que se utilizó para su promoción publicitaria.

Una nota romantico/musical latina con Nat King Cole – Finalizo con una referencia a una película china que vi recientemente, la cual estuvo entre los fragmentos de películas escogidas para acompañar a la exposición en la galería 981. Me refiero a In the Mood for Love (año 2000, dirigida por Wong Kar Wai), la cual contiene numerosas muestras del buen gusto de la mujer china moderna al escoger y usar sus vestidos. Por supuesto, los latinos tenemos notables diseñadores de vestidos, con marcas de perfumes incluidas. Baste mencionar a Carolina Herrera, Narciso Rodriguez y el recordado Oscar de la Renta, lamentablemente fallecido hace poco tiempo. Ahora, sabido es que en materia de música, cuando se trata de salsa, merengue o boleros, entre otros estilos, difícilmente podemos ser superados, como seguramente lo sabe el Director de la referida película, Wong Kar Wai. Lo digo porque fue grato escuchar en la grandiosidad del museo y en el contexto de la singular y maravillosa exposición aquí reseñada, el bolero “quizás, quizás, quizás” (escrito por Osvaldo Farrés), en la interpretación del inolvidable Nat King Cole. A continuación va el enlace de esta interpretación por si desean escucharla: https://www.youtube.com/watch?v=habWYM364RA.

En pocas palabras, China a través del espejo (China through the looking glass), una exposición digna de verse y que bien valía el viaje de Washington D.C. a Nueva York este verano. Desde ya esperamos la exposición que se anuncia en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York sobre China el próximo año: Chinese Whispers: Tales of the East in Art, Film, and Fashion.” Veremos, Dios mediante…

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *