El pasado oculto de Fatou Bensouda, Fiscal de la CPI

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William Cárdenas Rubio-Vargas
Análisis Libre, Madrid

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Entre 1998 y 2000, la actual fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, fue ministra de Justicia en el régimen de terror de Yahya Jammeh en Gambia.

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“Los  horrores ocultos de Gambia: Hitler, Rambo y Bombardier:

El régimen represivo de Yahya Jammeh se apoyaba sobre tres organismos clave que le permitían mantener una doble cara. El líder adorado por su pueblo mantenía una estructura que le daba pie a matar o amenazar con impunidad. En primer lugar, los Junglers. Conocidos también como los Black Black o Ninjas porque vestían de negro, eran un selecto grupo de 15 o 20 soldados de su máxima confianza. Ellos se encargaban de los asesinatos extrajudiciales y de atemorizar a la población.

 

Apodados Hitler, Rambo o Bombardier y escogidos en el seno del Ejército, fueron entrenados en contrainsurgencia y contraespionaje por un mercenario italiano. Al frente de los Junglers estuvo muchos años el sanguinario capitán Tumbul Tamba, uno de los hombres más temidos en Gambia.

 

En segundo lugar, la Agencia Nacional de Inteligencia funcionaba al margen de la ley. Tenía informantes por todo el país, lo que le permitía estar al tanto de las actividades de cada ciudadano. “Gambia tiene orejas” era una frase repetida en tiempos de Jammeh. En sus dependencias se llevaban a cabo muchas de las torturas que están saliendo a la luz, como la sala conocida como bambadinka o el agujero de los cocodrilos. Allí falleció el opositor Solo Sandeng en 2016, uno de los factores que precipitó la caída del régimen.

 

Finalmente estaba el aparato judicial. Todo el sistema judicial de Jammeh estaba a su servicio y carecía de independencia. El régimen solía contratar a magistrados nigerianos a sueldo para las más altas instancias.

Entre 1998 y 2000, la actual fiscal general de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, fue ministra de Justicia. Al menos dos víctimas la han acusado de ignorar sus demandas, de mantener hasta 90 días en detención a opositores y de mirar hacia otro lado en casos de torturas. De momento, no ha sido convocada a la Comisión de la Verdad”

 

Extracto del artículo “Los Horrores Ocultos de Gambia”, elaborado por el periodista José Naranjo, desde Banjul (Gambia) y publicado por el Diario El País, de España, el 13 de julio de 2020.

 Un boina roja, Yahya Jammeh, llegó al poder en Gambia luego de un golpe de estado en 1994, prometiendo que no iba a instalar una dictadura. Gobernó dos años con una junta militar y se hizo una Constitución a la medida, aprobada por un referéndum, que le permitió elegirse cuatro mandatos seguidos. Entre tanto, cercenó derechos y libertades bajo el argumento que había llegado al poder para sanear al país de la corrupción del régimen anterior. Controló el poder judicial, que se convirtió en instrumento de persecución y terrorismo, allí fue donde encontró el apoyo y la complicidad de Fatou Bensouda. Utilizó el miedo como instrumento para mantener a la sociedad sometida en un puño. El paralelismo entre lo sucedido en Gambia y lo ocurrido en Venezuela es impresionante.

Cuando pretendía reelegirse por quinta vez, después de 22 años en el poder, fue derrotado en diciembre de 2016 por una coalición opositora en unas elecciones que desconoció. La intervención de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEEDAO), que amenazó con utilizar la fuerza e invadir Gambia, le obligó a abandonar el poder en enero de 2017, exiliándose en Guinea Ecuatorial. Su fortuna se calcula en 1.800 millones de dólares.

Ahora, tres años después de haber sido obligado Yahya Jammeh a dejar el poder, se empieza a conocer el régimen de terror que instaló en Gambia y que describe el artículo de El País. Pero Fatou Bensouda se ha desempeñado como Vice Fiscal de la CPI desde el año 2004 y como Fiscal desde el 2012, es decir durante12 años, más de la mitad del mandato de su ex jefe Yahya Jammed, y no movió un dedo en su contra.

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