Gulag: Nueve décadas de represión comunista

 Imagen tomada de fee.org Foundation for Economic Education

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«… satrapía que dejó una estela de muertos estimados entre 20 y 30 millones, incluyendo los que perecieron por la hambruna generada por sus erráticas políticas económicas y las victimas de deportaciones masivas…»

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José Ignacio Moreno Leon *

Análisis Libre @analisislibre

Los regímenes dictatoriales a nivel mundial siempre han usado, como palancas de apoyo para sostenerse, criminales sistemas represivos que han dejado una estela de muertes y graves violaciones de los derechos humanos. Destacan entre estos macabros ejemplos los sistemas genocidas implantados por Pol Pot en Camboya, Adolfo Hitler en Alemania, Mao Zedong en China y Stalin en la URSS.

Saloth Sar, más conocido como Pol Pot fue el dictador de Camboya quien con sus criminales Jemeres Rojos emprendió entre 1975 y 1979, durante su régimen de orientación Maoísta el denominado genocidio camboyano, causante del exterminio de más de 2,5 millones de seres humanos de ese país asiático, es decir, cerca del 30% de la población de Camboya para establecer un sistema comunista en lo que el tirano denominó como la Kampuchea Democrática  que estuvo durante ese periodo sometida a frecuentes masacres y a una dramática crisis económica y social.

Adolfo Hitler, impulsado por una ideología racista, autoritaria y criminal, promovió entre 1933 y 1945, mediante su régimen nacional socialista el exterminio de más de 6 millones de judíos en lo que se conoce como el Holocausto. Y según investigaciones recientes, se estima que el total de víctimas de esa tiranía NAZI estuvo cerca de 20 millones de seres humanos, incluyendo el exterminio practicado en más de 40 campos de hacinamiento y aniquilación que incluían no solo a judíos, sino también gitanos, polacos, discapacitados, prisioneros de guerra soviéticos, afros alemanes, testigos de Jehová, homosexuales y disidentes políticos.

Mao Zedong, el dirigente comunista chino, fundador de la República Popular China, se identifica como el mayor asesino del siglo XX por el régimen de terror que, con su visión paranoica impuso, mediante un genocida experimento de ingeniería social fundamentado en sus planes de El gran salto y La Revolución Cultural aplicados entre 1949 y 1969. Planes que fueron causantes de la muerte por asesinatos y hambrunas de más de 78 millones de chinos, víctimas, en su gran mayoría de los llamados guardias rojos, esbirros ejecutores de las purgas masivas de quienes Mao consideraba como no afectos a sus esquizofrénicos programas, todo lo cual generó adicionalmente en ese gigante asiático un grave caos económico y social.

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Pero el caso de Joseph Stalin y el proceso represivo que este dictador marxista impuso en la Unión Soviética se hace relevante por estarse cumpliendo 9 décadas de la instauración de esa satrapía que dejó una estela de muertos estimados entre 20 y 30 millones, incluyendo los que perecieron por la hambruna generada por sus erráticas políticas económicas y las victimas de deportaciones masivas por razones étnicas y religiosas. Cifra solo superada por la provocada por el genocida chino.

 Stalin acentuó los programas represivos que desde 1918, bajo el régimen de Lenin comenzaron a aplicarse mediante el establecimiento de campos de trabajo forzado y correctivos. Para ello institucionalizó a partir de 1929 -año de «la gran ruptura»-, el castigo y exterminio masivo de quienes no comulgaban con las ideas y procedimientos de su régimen tirano, mediante la creación de un sistema de más de 50 campos y 423 colonias de trabajos forzados en toda la Unión Soviética y el cual operó desde 1930 hasta la muerte del tirano genocida en marzo de 1953.  Fue lo que se conoció como los Gulags, el primero establecido en la isla de Solowski, en el mar Báltico para 3000 prisioneros, y la gran mayoría de ellos instalados en regiones remotas e inhóspitas en el noreste de Siberia. Se estima que en esos centros de confinamiento y exterminio se llegó a tener recluidos  cerca de 14 millones de prisioneros entre presos comunes y políticos y que en los mismos perdieron la vida 1,6 millones de recluidos. No olvidar que las purgas políticas de Joseph Stalin no solo se concentraron en la represión masiva, sino igualmente el dictador, desde el comienzo de su régimen inició un proceso de exterminio de sus principales oponentes en la cúpula comunista, entre los cuales se señala los asesinatos de Nikolai Bukharin, secretario general del Comités Ejecutivo del partido comunista, en marzo de 1938, Nikolai Yezhov, jefe de la NKVD -la policía secreta- en febrero de 1940, y el más relevante por haber sido su principal oponente, el asesinato en México de León Trotsky, quien había sido Jefe  de la Cuarta Internacional  Comunista, en agosto de 1940.

Aleksander Solzhenitsyn, premio Nobel de Literatura de 1970 por su obra Un día en la vida de Iván Denísovich, publicada en 1962, realizó un extenso y detallado recuento de los campos de concentración y trabajo forzado  soviéticos contenido en su otra obra  Archipiélago Gulag, cuya primera edición en ruso se hizo pública en diciembre de 1973, y a partir de entonces surgieron múltiples traducciones a nivel mundial, con ventas que alcanzaron a más de 10 millones de ejemplare hasta llegar a ser considerado el libro más influyente del siglo XX contra el poder comunista. El autor, quien estuvo confinado en esos campos por más de 8 años, recopiló entre 1958 y 1968 datos de su propia experiencia y más de 200 testimonios orales de quienes fueron sus compañeros en esos centros de confinamiento y reprensión política para denunciar valientemente el represivo sistema comunista imperante en la Unión Soviética desde los tiempos de Stalin. A raíz de esa primera publicación la temible policía política de régimen -KGB- emprendió la persecución a los lectores de la obra y la amenaza en contra del autor, quien fue arrestado en febrero de 1974 y, luego de quitarle la nacionalidad rusa, fue expulsado de su país y solo pudo regresar y recuperar su ciudadanía en 1994. La institución de los Gulags fue finalmente clausurada en 1960, durante el régimen de Nikita Jrushchov, pero el sistema represivo comunista en cierta medida se mantiene en la Rusia de Putin, quien hizo carrera en el partido hasta llegar a ser director del Servicio Nacional de Seguridad, sucesor de la KGB, como antesala de su ascenso a la máxima jerarquía del comunismos ruso.

  • Ha sido Ministro Energía y Minas, Rector de la Universidad Metropolitana (Caracas), embajador en Canadá

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