Gustavo Coronel: Carta de un jóven venezolano, desde Canadá

Gustavo Coronel *  /  Washington, DC – analisislibre.org

Hace unos días intercambié mensajes con un jóven amigo quien trabaja y vive en Canadá. Le pedí que me hablara un poco de su vivencia y me envió esta nota. Le pedí autorización para transcribirla en mi blog, sin mencionar nombres. Creo que es interesante para mis jóvenes compatriotas en Venezuela.
Hola Gustavo:
 Me preguntas que hacemos por acá (Canadá). Diría que somos unos inmigrantes más en este país de inmigrantes.  Ya hace tiempo sentía que era muy difícil vivir en Venezuela. Me sentía como un “un número” en la lotería de la inseguridad, notaba que se perdían los espacios y veía a mis muchachos “acostumbrarse” a lo que no es normal.
No sé cuánto tiempo tienes que no visitas Venezuela  (tengo ya 11años fuera de mi país).  Me pareció interesantísimo como, caminando por los centros comerciales caraqueños este pasado diciembre (estuve de visita para navidad), los observé  “full” de gente,  como si nada estuviera pasando. Sobresalían las largas colas para tramitar cualquier servicio (por ejemplo, un cuñado pasó 3 horas y media para obtener un nuevo chip de su celular Movilnet extraviado el día anterior). El resto, como lo describe la prensa… supermercados con largas colas porque llegó tal o cual producto, concesionarios sin vehículos (excepto aquellos que venden vehículos chinos), muchas motos cargando todas más de un motorizado… y una continua sensación de estar en riesgo. . La gente  se acostumbra.  Si, Gustavo, se acostumbra.
No pude dejar de observar que el empleado común nos veía a mí y a mis hijos (altos y de tez y cabello más claro que el venezolano típico) como con cierto resentimiento. A mi esposa, también la veían medio feo pero sólo porque estaba con nosotros pues ella es más negrita. Las tiendas en su mayoría estaban abastecidas con artículos claramente calculados a dólar de mercado negro. Los precios representan un desafío a nuestra capacidad de comprensión e imaginación. Por ejemplo, una noche de hotel para un turista en el Marriot de Playa Grande costaría $770 si la pagara con mi tarjeta de crédito, pero solo $77 si la pagara con dólares vendidos en el “inexistente” mercado negro.
Actividad o producto
Bs.
$ Oficial
$ Libre
En Calgary (CAD)
Harina Pan
                   6
             0.9
            0.1
            3,5
Tanque de Gasolina
                   5
             0.7
            0.1
          70,0
Cena en Restaurant (pp)
           1.500
         230,8
          23,1
          60,0
Zapatos Adidas
           5,000
         769.2
          76.9
          90,0
Libro
               300
           46.2
            4.6
          40,0
Mercado mensual para 5 personas
         10,000
     1,538.5
        153.8
     1.400.0
Noche de Hotel
           5,000
         769.2
          76.9
        140.0
Salario Minimo, al mes
           2.373
         365,1
          36,5
        1.725
.
CAD = Dólar canadiense. Está prácticamente a la par con el dólar de los Estados Unidos
NOTA Gustavo: Y aquí se ve la tragedia. El salario mínimo de un Venezolano, al cambio de mercado negro, en el cual se tasan la mayor parte de los bienes en el país, le impide vivir decentemente. El Mercado mensual para cinco personascuesta cinco veces el salario mínimo mientras que en canadá es menos de un salario mínimo.  Es una economía totalmente deforme que obliga a mucha  gente a delinquir para subsistir.
Sigue mi amigo:
Llegamos a Calgary a finales del 2011 con residencia permanente que nos otorgaran en el 2008 y luego de un fallido intento de radicarnos en Florida donde, desafortunadamente, terminé trabajando para una empresa fundada por un Venezolano quien result ser poco honesto. Una historia parecida a la de Francisco Illarramendi a quien también conocí cuando PDVSA buscaba  financiamiento para sus proyectos de la Faja y refinerías de Citgo. El terminó en las mismas condiciones por fraude a inversionistas, entre ellos, el Fondo de Pensiones de Pdvsa. Unas manchas más para nuestro país, como si no tuviéramos demasiadas.
Afortunadamente, estamos bastante bien en Calgary. Es una ciudad parecida al Houston de hace 20-30 años, con espectaculares paisajes en sus alrededores. Estoy trabajando para XXXXX, una empresa petrolera de Canadá, en el campo de control de proyectos.
Todavía hay mucho trabajo por acá, aun cuando el petróleo canadiense se cotiza bastante bajo en comparación con el WTI (precio referencia, West Texas). Hoy por hoy existe un cuello de botella importante para exportarlo a otros mercados distintos al americano que cada vez demanda menos, dado lo intenso de la explotación del gas/petróleo de esquisto.
Hay muchos Venezolanos aquí, nadie sabe cuantos con exactitud pero se dice que hay unas 1000 familias en Calgary y otras 1000 familias entre Fort McMurray y Edmonton. Han llegado acá por tandas, las primeras quizás hace unos 11-12 años. El caso más ejemplar yo diría es XXXXXX, quien llego aquí hace unos 11 años para conformar un grupo interesante . Es gerente  de una empresa canadiense en la cual «casi» sólo se habla español y se come arepa en las mañanas.  Los más exitosos han venido de Lagoven.
Hay asociaciones de Venezolanos en las cuales existen grupos de Gaita, de Golf, de Baile Típico y otras actividades como Picnic, Softball, Bazares, etc. que nos reúne varias veces al año.
Creo que seguirán llegando nuevas tandas de inmigración pues todavía parecieran existir muchas oportunidades para personal calificado e inversión en el área de metalmecánica.
Las empresas de ingeniería no ofrecen la mejor calidad y actúan como en una especie de oligopolio y con una muy alta rotación de personal cosa que, a diferencia de nuestra cultura ex Pdvsa, aquí es muy normal. Asimismo, las grandes empresas de ingeniería no hacen EPC; solamente EP pués la construcción la hacen otro grupo de empresas que también actúan en forma de oligopolio.
Lo anterior, junto con el hecho que la mano de obra es escasa y muy costosa, que la mayoría de los proyectos se ejecutan en el norte de Alberta a las márgenes del rio Athabasca en el medio de la nada y con siete meses de invierno que afectan la productividad, hacen que todo sea muy caro. Al llegar me llamó mucho la atención que un proyecto de mejoramiento para unos 190.000 barriles de petróleo pesado por día cuesta aquí unoss $14 mil millones, mientras que un proyecto muy similar que hicimos en la faja (antes que nos botaran) costó unos $5.5 mil millones.
Como consecuencia de lo anterior, ahora las empresas petroleras canadienses están persiguiendo alternativas en los mercados internacionales en Corea, España, India y China.
Canadá goza de un altísimo nivel de calidad de vida, a excepción del frio que puede alcanzar los -30 C o -40 C en un número de días que equivaldría a unas dos o tres semanas al año. El resto del invierno de Calgary debe tener un promedio entre -5 C a -20 C, que no es tan malo dado lo seco del clima acá. Sin embargo, el invierno es por lo menos un mes más largo que el típico invierno de la Costa Este. El sistema de salud es envidiable, parecido al Francés o Alemán, aunque en algunas ocasiones el acceso al especialista puede tardar hasta 5-6 meses si no es considerado de urgencia. Existen muy buenas universidades,  suficientes para la demanda, pues no todos los graduados de High School aspiran ir a una universidad. Muchos estudiantes (quizás la mayoría) salen del colegio a institutos tecnológicos o directamente al mercado de trabajo donde pueden ganar lo suficiente para mantener un nivel de vida de clase media bastante bueno. Los problemas de seguridad se limitan a un caso aislado de vez en cuando. Es una sociedad poco violenta (mi esposa bromea diciendo que no puede haber ladrón o asesino que se la ocurriría salir a -40 C a asaltar o hacer daño a nadie!!!). Yo pienso que esta gente drena parte de esa violencia en los deportes como Hockey, Lacrosse o esquiando a velocidades extremas. Los más tranquilos juegan “curling”, una especie de arrimemuy sofisticado.
Como todo buen inmigrante extrañamos la familia y a los amigos. A diferencia de Florida, Calgary no es destino, salvo para aquellos que salgan con el sólo propósito de venir a visitarnos y por lo tanto pasa mucho tiempo mientras tenemos la oportunidad de ver a los nuestros. Extrañamos la playa, el médico amigo o familia, los Caracas-Magallanes en el estadio (quizás una de las pocas cosas que vi mejor que antes, aunque el nivel de juego per sé ha decaído), los tequeños y los quesos frescos de leche sin pasteurizar. También, cuando nieva mucho, recuerdo aquel cuento del maracucho en Colorado que circulaba por la internet.
Nuevamente quiero desearte todo lo mejor, junto a la familia !  Un abrazo  y seguiré leyendo  el  blog,
                                                        Aquí el nombre de mi amigo.
* Geólogo, analista político, autor de la novela: «ElPetróleo viene de la Luna»

2 comentarios en “Gustavo Coronel: Carta de un jóven venezolano, desde Canadá

  1. es interesante semejante carta. es normal pienso que en todos los paises debe haber gente que nace en el pais equivocado, afortunadamente ya estás en tu pais ideal, lo lamentable es que sigas pensando en playas tropicales, arepa,quesos nuestros, recuerda eso como un mal recuerdo que nunca debió haber sido, lo importante es que tus descendientes estaran en el sitio que haz elegido, alli te sientes bien y eso es lo importante, no debieras venir a sentirte mal, porque te hacer daño,

  2. No hay tal cosa de nacer en un país equivocado. Aquí el equivocado parece ser justamente Ricardo Valecillos. Con todo respeto, sin ánimo de polemisar ni ofender a nadie.
    Por lo demás es normal que quien no se siente bien en una determinada parte, en este caso Venezuela, busque los modos de irse. Lo importante es no quedarse de brazos cruzados cuando sabe que un poquito más allá hay un mundo de posibilidades de avanzar y prosperar. Saludos.
    Muchas gracias a Gustavo Coronel por compartir la carta. Saludos.

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