Hugo Chávez y el Rey Juan Carlos I: La venganza cruel!

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-Hugo Chávez se vengó del Rey Juan Carlos I y su “Por qué no te callas”, financiando la franquicia bolivariana de Podemos, que ha roto el tablero político español.

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.William Cárdenas Rubio-Vargas 

Análisis Libre, Madrid

Las relaciones de Hugo Chávez con el gobierno de España estuvieron signadas por el amor y el odio de quien irrumpió en la política iberoamericana con un discurso castro-comunista, antiimperialista e indigenista.

En los primeros años, incluso antes de haber alcanzado la presidencia de Venezuela, Chávez era recibido amablemente y colmado de atenciones. De ello fui testigo de excepción pues para entonces era diplomático de nuestra Embajada en Madrid y tuve participación profesional en la coordinación y ejecución de algunas de éstas.

Pero una vez instalado en el poder en el Palacio de Miraflores, estas relaciones comenzaron a agriarse, especialmente a partir del 11 de abril del año 2002, cuando Chávez acusó a José María Aznar de haber repaldado el supuesto golpe de estado que pretendió derrocarlo.

Aznar se había precipitado en su pronunciamiento oficial sobre aquel episodio, y ocurrió lo que nadie se imaginaba: A los dos días Chávez volvió al poder al diluirse la intentona!

A partir de entonces, el bolivariano, que no hizo ningún propósito de enmienda a lo interno, todo lo contrario, se hundió aún más en el fango castro comunista que lo inspiraba, con el apoyo expreso y manifiesto de Fidel Castro, optó por convertir el gobierno del Partido Popular de José María Aznar en el flanco predilecto de sus ataques.


Y algunos hechos comenzaron a marcar la conducta antihispana del gobernante bolivariano.  El 12 de octubre de ese mismo año 2002, el llamado “Día de la Raza” en Venezuela, comenzó a denominarse “Día de la Resistencia Indígena” mediante Decreto 20828, sancionado por la Asamblea Nacional.

Dos años más tarde, justo el 12 de octubre de 2004, la estatua de Cristóbal Colón que se encontraba en el Parque de Los Caobos, en el Centro de Caracas, fue derribada y arrastrada por las calles hasta el Teatro Teresa Carreño donde Chávez y afectos al régimen celebraban el “Dia de la Resistencia Indígena”.

El Partido Popular salió del poder en 2004 tras los trágicos sucesos del Atentado de Atocha y a partir de entonces las relaciones de Chávez con España se relajaron con la llegada del socialista José Luis Rodríguez Zapatero a la Moncloa, al punto de firmarse importantes acuerdos comerciales, particularmente algunos en materia de defensa que permitían a Venezuela la adquisición de buques y aeronaves.

Y ese era el clima que se vivía cuando llegamos en noviembre de 2007, a la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile, cuando el discurso intemperante de Hugo Chávez contra el expresidente José María Aznar, fue interrumpido por el Rey Juan Carlos, Jefe del Estado español, con el conocido “Por qué no te callas” que le dio la vuelta al mundo, pero especialmente al tablero político del Reino español.

A millones de personas les sorprendió que el Jefe del Estado español, quien había hecho gala en innumerables oportunidades de un saber estar en los foros diplomáticos tanto multi, como bilaterales, le espetara al caudillo bolivariano aquella lapidaria frase. Obviamente, había ocurrido algo que Su Majestad consideraba  insoportable, y esa fue su reacción, que ha pasado a ser uno de los hechos que marcaran la historia de su reinado.

Otro de los sorprendidos fue el propio Hugo Chávez, quien se quedó mudo ante la actitud del Monarca. Y esto fue mucho para un líder parlanchín, populista y vociferante, que además se sentía representar a millones de “descamisados”.

El orgullo de Chávez quedó muy mal herido, tanto, que a partir de entonces empezó a cavilar sobre cuál sería su terrible venganza. Como populista podía aceptar cualquier cosa, menos que su imagen de Caudillo fuerte, esperanza de los irredentos, heredero de las gestas antiimperialistas y de las victorias republicanas por la libertad de muchos pueblos, pudiera ser mancillada por el Monarca del otrora imperio español.

A partir de entonces comienzan a sucederse una serie de hechos que van marcando el rumbo de la política exterior venezolana hacia el Reino de España y todo lo que esta significaba para nuestros pueblos y nuestra cultura.

No tuvo que esperar mucho el Caudillo venezolano. Ya para entonces, pululaban por los rincones del Palacio de Miraflores un grupo de mercenarios ideológicos españoles, que comulgaban con sus ideas socialistas, bolivarianas, anti demócratas y revolucionarias. Habían llegado al país como asesores de la Constituyente de 1999, impregnados en las supuestas corrientes del nuevo constitucionalismo latinoamericano.

 Roberto Viciano Pastor, Rubén Martínez Dalmau, Víctor Ríos, algunos de ellos profesores de la Universidad de Valencia, e integrantes de la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), fueron los que iniciaron el trabajo, y luego en una segunda camada arribaron Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Pablo Iglesias, Carolina Bescansa, Jorge Vestringe y muchos más, que besaban el suelo por donde pasaba el Comandante, a cambio de jugosos dividendos contractuales ($), por supuestas asesorías, pero derivando en cómplices de un régimen narcoterrorista y violador de derechos humanos.

Así que para Hugo Chávez fue tan sencillo como decirles, que a partir de marzo de 2008, la misión fundamental de estos nuevos asesores iba a ser la creación de una franquicia bolivariana en España. Era la exportación de la Revolución Bolivariana a suelo europeo. Se preguntaba el Caudillo bolivariano ¿Sí había tenido éxito en toda América, exportándola a Ecuador, Bolivia, Argentina, Nicaragua y demás pueblos que integraron la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), por qué no iba a tener éxito en España? ¿Es que acaso en España no hay también cientos de miles de pobres e igual número de incautos?

Era la manera de vengar aquella dolorosa afrenta y abrir un camino inexplorado, pero para el que se sentía capaz, amparado en los increíbles precios del petróleo, que habían alcanzado niveles inimaginables, y  especialmente apoyado por unos lacayos españoles inescrupulosos, que odian a su Monarquía y a todo lo que signifique libertad.

 

[box_dark]Acompaño a este artículo, la información de prensa que hizo pública la orden ejecutiva de Hugo Chávez de dotar con siete millones de euros (7.000.000€), a los citados lacayos que en ella se señalan, con el propósito de crear dicha franquicia política. (Abrir)[/box_dark]

 

De manera que cuando en julio de 2008 se produjo el reencuentro de los dos mandatarios, en la Isla de Palma de Mallorca, ya el daño estaba hecho, y la venganza se había puesto en marcha. El Rey Juan Carlos obsequió a Chávez una camiseta que llevaba impresa una foto de aquel episodio en Chile. Chávez a su vez, le hizo una premonición sobre lo que estaba por venir: Te has dejado barba, como Fidel Castro!

Hugo Chávez no pudo conocer el éxito de su plan porque murió al poco tiempo, el 30 diciembre de 2013, aunque oficialmente dicen que fue el 5 de marzo del año siguiente. Pero justo el 11 de marzo de 2014, sus cachorros españoles ya estaban fundando la franquicia bolivariana de PODEMOS, disfrazándola de mil maneras para sorprender a su nueva víctima: El pueblo español,  financiados por la dictadura venezolana, en montos que sólo podremos conocer cuando caiga ese oprobioso régimen.

Ya en mayo de 2014 obtenían unos resultados importantes en las elecciones europeas logrando 5 escaños, de 54 en disputa, y en las Elecciones Generales de diciembre de  2015, terminaron de dar un vuelco al, hasta ese momento, estable bipartidismo español, obteniendo 69 escaños y el 20,68 % de los votos, con Pablo Iglesias como cabeza de lista, y sumando a su causa otras marcas izquierdistas, En Común Podem,  Compromis-Podem, y En Marea, de reciente creación, con las que fueron unidos en coalición electoral.

Los hechos se precipitaban vertiginosamente, y para quienes la política es más que un ejercicio cotidiano, todo hacía presentir que vientos de tempestad soplarían sobre el escenario político que había dado estabilidad a la Monarquía Parlamentaria que gobierna España. Y fueron estos quienes avistaron los riesgos de un parlamento fragmentado, en el que las mayorías resultaran de difícil composición, al punto que impidieran lo que tendría que ocurrir casi por razones naturales: La abdicación del Rey Juan Carlos I, y su Sucesión en condiciones de normalidad.

Fue así, que el 2 de junio de 2014, el Rey Juan Carlos I anunció, intempestivamente, que dejaba el Trono de la Corona Española a su hijo Felipe de Borbón,  hecho que comunica al Presidente del Gobierno Mariano Rajoy. El periodista José Antonio Zarzalejos, publica en “El Confidencial”, un artículo que titula “El Rey abdica para salvar a la Monarquía de la crisis institucional”.

De manera que, previa la aprobación de la Ley Orgánica correspondiente tanto en el Senado como en el Congreso de los Diputados, por unas Cortes todavía estables, el 19 de junio el Rey  Felipe VI, comenzó a regir los destinos de España.

Lo que ha pasado después lo conocemos suficientemente. El arco parlamentario español ha sido sacudido a izquierdas y derechas, está roto, fragmentado, bloqueado y no ha encontrado su equilibrio bipartidista. En él los cachorros de Hugo Chávez siguen perturbando y tratando de obtener dividendos; estamos llegando a las 4 elecciones generales en menos de 4 años; y ahora, por si fuera poco lo sucedido, dos de los delfines predilectos del Caudillo bolivariano, Pablo Iglesias e Ïñigo Errejón, son candidatos a la Presidencia del Gobierno en las  elecciones del 10 de noviembre. La venganza ha sido muy cruel!

 Abogado y Diplomático

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