La admirada abuelita Rambo, de Melbourne

Gustavo afirma que esta noticia le abre muchas posibilidades de una nueva carrera…

Corita pide que la manden para Venezuela (donde la delincuencia galopa sin control en la actualidad), que la munición que gaste corre por su cuenta.

Su historia ha recorrido el mundo y aparece colgada en innumerables blogs en diferentes idiomas.

(No hemos identificado al autor de la nota que sigue)

La delicada abuela Ava Estelle, de 81 años, quedó tan shockeada cuando dos delincuentes violaron a su nieta de 18 años, que ella consiguió localizar a los depravados, ex convictos, y los baleó en los testículos.

«La anciana señora pasó una semana cazando a esos hombres- y cuando los encontró se vengó de esta forma inusitada», dijo Evan Delp, investigador de la policía de Melbourne.

Enseguida ella tomó un taxi, fue a la delegación de policía más cercana, colocó el arma sobre el escritorio del sargento de la seccional, y dijo con toda calma «Por Dios, esos bastardos no van a violar a nadie más».

Los policías dijeron que Davis Furth, de 33 años, ex-condenado y violador, perdió el pene y los testículos cuando la ultrajada Ava abrió fuego, con su pistola 9 mm, en el cuarto del hotel donde él vivía junto a Stanley Thomas, de 29 años, su compañero de celda durante el período en el cual habían estado presos. La policía dijo que la arrugada vengadora mandó también al otro mundo los testículos de Thomas, pero el médico trató de salvar su pene mutilado.

«Thomas no perdió su masculinidad pero el médico con quien conversé dijo que él no podría usarlo como antes», dijo el investigador Delp a los reporteros. «Los dos hombres todavía se encuentran en malas condiciones de salud, pero creo que deben de estar felices por haber sobrevivido. »

La abuela Rambo entró en acción el 21 de agosto, después que su nieta Debbie fue agarrada y violada en pleno día por dos delincuentes armados con cuchillos.

«Cuando vi la expresión en el rostro de mi Debbie, aquella noche, en el hospital, decidí salir sola atrás de esos bastardos porque imaginé que la justicia sería blanda con ellos.», relató la bibliotecaria jubilada..

«Y yo no les tenía miedo porque tenía un revólver y había practicado tiro durante toda mi vida . Y no fui tan tonta como para devolverlo cuando la ley cambió con respecto a la posesión de armas.»

Así, de acuerdo a la descripción hecha por Debbie, firme como una roca, Ava pasó siete días rondando la vecindad donde se había producido el hecho, hasta que vio entrar a los violadores en el hotel donde vivían.

La anciana señora recuerda «Ni bien los vi, sabía que eran ellos, pero aún así, les saqué una foto y se la llevé Debbie y ella confirmó con total seguridad, que sí lo eran. Entonces, volví al hotel, encontré el cuarto de ellos y golpeé la puerta. En el momento en que el grandote abrió, yo disparé en línea recta entre sus piernas, exactamente donde él quedaría más herido, sabe. Luego entré y disparé sobre el otro cuando él retrocedió, suplicándome que no le hiciera mal. Entonces fui a la Delegación de Policía y me entregué.»

Ahora, especialistas perplejos tratan de saber qué hacer con la abuela vigilante. «Lo que ella hizo está mal y ella infringió la ley, pero es difícil mandar a la cárcel a una anciana señora de 81 años»- dijo el investigador Delp – «Especialmente cuando 3 millones de personas, en la ciudad, la quieren nombrar Prefecta.»

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