La Nación: Maduro sube la apuesta y denuncia otra conspiración

 

Dijo que hay un plan para dar un golpe de Estado; el chavismo acusó a la oposición de comprar aviones de guerra

Por Daniel Lozano  | Para LA NACION *

CARACAS.- Paramilitares, magnicidios y 18 aviones de guerra dispuestos a derribar al gobierno. Si las denuncias del chavismo fueran verdaderas , Venezuela estaría a punto de sufrir su propia Bahía de Cochinos bolivariana, versión siglo XXI.

«Estamos enfrentando un plan de la derecha fascista con apoyo desde Colombia de grupos violentos para asaltar el poder político», denunció Nicolás Maduro en el último capítulo de la «conspiranoia» nacional.

«Qué buen chiste el de los aviones de guerra», contraatacó el líder opositor, Henrique Capriles, para resumir, en los mejores términos posibles, la reacción incrédula de la mitad opositora del país.

La Venezuela del surrealismo mágico se escribe todos los días. Y uno de los que enriquecen el relato es el nuevo ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, hasta hace muy poco director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Ayer compareció ante los medios para detallar la detención de dos grupos de «paramilitares» en los estados fronterizos de Táchira y Portuguesa.

Este militar, que también ordenó la captura del cineasta estadounidense Tim Tracy (acusado de ser miembro de la CIA y liberado por falta de pruebas y como gesto de buena voluntad ante Estados Unidos) y del general Antonio Rivero, detalló: «Nos llamó poderosamente la atención que tengan como misión Caracas para cometer un hecho que ellos dicen desconocer. Y nos crea la suspicacia de qué conexiones políticas pudiesen tener con la extrema derecha venezolana. No nos extrañaría que viniesen dentro de esos planes atentar contra la vida del presidente».

Unas cábalas poco científicas que le sirvieron para sembrar el estado de desconcierto en el país, incluso de preocupación, ya que también develó que la policía busca en Caracas a otro grupo paramilitar que tendría en su poder armas largas.

Según los datos aportados por el ministro, varios de los detenidos pertenecen al grupo de los Rastrojos, habituales en zonas fronterizas colombo-venezolanas. Investigaciones periodísticas demostraron que estos antiguos paramilitares, hoy convertidos en bandas de delincuencia común, mantienen buenas relaciones con miembros de la guardia bolivariana, quienes permiten el contrabando de combustible.

Rocío San Miguel, presidenta de Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, puso en duda de inmediato las palabras del ministro. «Los paramilitares tuvieron que evadir 31 zonas de seguridad en Táchira para llegar a Portuguesa. Y más de 88 unidades de la Guardia Nacional. ¿Para qué sirven entonces las fuerzas armadas?», dijo.

«Ratifico: desde Colombia se conspira contra nuestra patria. La derecha coordinó nuevamente que vengan grupos asesinos. Son el brazo armado que ejecuta el plan de la derecha fascista», insistió Maduro, que desde diciembre denunció la inoculación del cáncer contra Hugo Chávez; intentos de magnicidio contra él y contra el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello; una operación para envenenarlo desde Bogotá; la guerra económica de la oligarquía; sabotajes eléctricos, y el asesinato de un periodista deportivo ordenado por Álvaro Uribe. Sólo en este último caso la policía investiga la vida personal del reportero. Jamás profundizó en la conspiración política inventada por el presidente.

En el país de la «conspiranoia», todo es posible. José Vicente Rangel, ex vicepresidente y el asesor más estrecho de Maduro, acusó anteayer a la oposición de comprar 18 aviones de guerra en Estados Unidos, para ubicarlos en una base de Colombia.

El llamado Rasputín del Palacio de Miraflores apostó porque los dirigentes del antichavismo preparan una agresión armada con la participación de mercenarios, «como ocurrió tantas veces en distintos momentos y naciones», en una clara referencia al fracasado desembarco en la cubana Bahía de Cochinos.

Los ecos de la denuncia del chavismo llegaron hasta Bogotá. «Creo que lo mejor que puede hacer Colombia es solicitar la verificación de la ONU», sugirió el vicepresidente, Angelino Garzón, en un intento de serenar los caldeados ánimos diplomáticos entre ambos países

 * Enlace: http://www.lanacion.com.ar/1590705-maduro-sube-la-apuesta-y-denuncia-otra-conspiracion

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