Los «monos sabios» del Mercosur

Para los «monos sabios» del Mercosur «los gobiernos no tienen principios sino intereses».
La defensa de los DD.HH. fue valor fundamental que debemos rescatar

por Alfredo Michelena *
El ingreso de Venezuela al Mercosur confirma aquello de que » el amor y el interés fueron al campo un día, más pudo el interés que el amor que te tenía». Los tres presidentes de Mercosur hicieron de «monos sabios», por aquello de «ver, oír y callar», al dejar pasar uno de los hechos más emblemáticos que sobre el irrespeto a los derechos humanos (DD.HH.) y a las convenciones internacionales acababa de perpetrar el caudillo de Sabaneta.
El tema de la denuncia del Pacto de San José o Convención Interamericana de los DD.HH., es decir, la salida de la jurisdicción de la Corte Interamericana de los DD.HH., que acababa de suceder ni se mencionó. Tampoco la concreción de la salida del CIADI, órgano dependiente del Banco Mundial, para dirimir disputas fue tema en la reunión. Todo fue sonrisas y petrodólares, es decir, compras, entrega de concesiones petroleras y proyectos grandiosos, como una compañía naviera.
Lo más grave es que dos de los tres presidentes que arrullaron al criollo fueron guerrilleros, estuvieron presos y fueron torturados, y en esos tres países la brutalidad de los regímenes militares impactó al mundo. Sin embargo, el tema de la defensa de los DD.HH. fue opacado, por los que en un momento necesitaron de ello.
No es que «los países no tienen amigos sino intereses» como dijo Lord Palmerston a mediados del siglo XIX, más bien sería que «los gobiernos no tienen principios sino intereses». Para muchos esto es lo que se llama la realpolitik, que pone los intereses materiales sobre los ideológicos. Lo más grave es que mientras los «monos sabios» del Mercosur luchan por expandir sus economías capitalistas de la mano de sus industriales, mientras que el régimen criollo lucha por expandir su ideología atacando la libre competencia y acosando a nuestros empresarios. Es el perfecto «mach», cóncavo y convexo. Es la «tormenta perfecta», que arrasará a Venezuela y probablemente termine tumbando la trastabillante unión aduanera del Mercosur.
Me imagino que las izquierdas podrán ahora decir poco de los abusos de la potencias o imperios frente a gobiernos débiles cuando han aceptado esta situación, en la cual está presente la violación sistemática de los DD.HH. de los venezolanos, como lo reportan varios informes de organismos internacionales, ONG y gobiernos. Claro, ya no es brutal como la de las dictaduras sureñas de los años setenta y ochenta, pero si sistemática. Deja menos huellas visibles que las del pasado, pero al igual que ellas es una forma de represión y dominio totalitario del Estado sobre sus ciudadanos. Por cierto que, nuestra república democrática civil combatió las dictaduras sureñas sin pedir nada a cambio. ¿Ilusos?, posiblemente, pero firmes en la defensa de los DD.HH. Esto fue un principio fundamental para nuestra patria que debemos rescatar. Cuando venga el cambio, espero que hayamos aprendido la lección.

* Sociologo, Msc Economía (London), diplomático, editor de diplodemocracia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *