Nicholas Burns: Me gustaría que la mayor voz de América Latina fuera la de Lula y no la de Chávez”


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Ante los abrazos de oso del mandatario venezolano Hugo Chávez, que en muchas oportunidades usó la figurita de Lula o de Kirchner a conveniencia, el gobierno estadounidense decidió aplicar la misma fórmula, en una mezcla de advertencia a Caracas y de impulso a Brasilia y Buenos Aires.

En su paso por Brasil, Nicholas Burns, subsecretario de Estado norteamericano, el funcionario dijo que “no estamos obsesionados con Hugo Chávez”. “Francamente, no es alguien en quien pensamos… no es un gran factor para Estados Unidos”, enfatizó.

En el primero de sus dos días de visita a Brasil, señaló que el continente “quiere ver una agenda positiva… no políticas fracasadas del pasado”, en referencia al socialismo del siglo XXI que propone Chávez.

»Si Chávez quiere llevar a su país en la dirección de algunas de esas políticas fracasadas, es su decisión», dijo el subsecretario.

En cambio, señaló, »preferimos trabajar con países como Brasil», que “sin duda”, es el socio más poderoso de Washington en la región junto con la Argentina.

Más críticas a la incorporación de Venezuela al Mercosur

El ex subsecretario de Estado estadounidense, Robert Zoellick, volvió a criticar la incorporación de Venezuela como miembro pleno del Mercosur ya que “su Gobierno está quebrando las instituciones de la democracia”, según declaraciones recogidas en el diario brasileño O Globo.

El actual vicepresidente de Goldman Sachs Internacional sostiene que “Chávez es un problema y no sólo en relación a Estados Unidos. Ahí están las nacionalizaciones, la censura a la prensa y el intento de quebrar la democracia en el país”.

Otra preocupación de Zoellick es la influencia chavista en otros países de la región: “Chávez está dirigiendo una ola populista con efectos en Bolivia y Ecuador”, algo que el ex funcionario considera un peligro ya que “los gobiernos de izquierda surgidos en estos países no tienen soluciones para ayudar a la población”.

Para mitigar el efecto Chávez, Zoellick volvió a instar a Brasil a jugar un papel más activo en América Latina “y balancear estas tendencias populistas” con unas posiciones. “Me gustaría que la mayor voz de América Latina fuera la del presidente Lula y no la de Chávez”, señaló.

Sin dudas, se trata del mismo guante que recogió el mandatario brasileño en el Foro Económico de Davos, cuando varios líderes mundiales le expresaron su preocupación por la influencia de Venezuela en otros países y, especialmente, por el anuncio de la nacionalización de las empresas privadas, una medida para la que Chávez solicitó libertad para gobernar por decreto durante 18 meses.

Al volver de Davos, se filtraron las críticas de Lula y de su homólogo argentino Néstor Kirchner a Chávez durante la XXXII Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur del pasado 18 y 19 de enero. El hecho fue entendido como un intento de frenarle los pies a Chávez y de marcar claramente quienes mandan en el bloque, al que Venezuela se incorporó como miembro pleno, aunque tiene hasta el año 2010 para completar los aspectos técnicos de su incorporación.

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