Se avecinan rupturas contra Nicolás Maduro

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Francisco Olivares

Siguiendo orientaciones que ya ha aplicado el régimen cubano, Nicolás Maduro se refugia en el sector militar para intentar blindar su Gobierno. Acosado por una crisis económica nunca vista en el país, que coloca a Venezuela como el más inflacionario del mundo, con un retroceso económico, propio de países que han salido de un estado de guerra, Maduro avanza en la militarización del país.

Ahora pone a un militar de su confianza al frente de la petrolera estatal PDVSA y el Ministerio de Energía y Minas, el mayor general Manuel Quevedo, quien fuera ministro de Vivienda, director de la Misión Barrio Nuevo Tricolor y jefe del Comando Regional número 5 de Caracas de la Guardia Nacional Bolivariana.

Como indicamos en un amplio reportaje para Diario Las Americas, Maduro ha seguido los pasos de Raúl Castro, entregando al sector militar las áreas claves de la economía del país, las carteras ministeriales más importantes, las empresas del Estado dejando en sus manos el control las importaciones de los principales rubros en el área de alimentación e insumos para el país.

Asimismo los militares que han hecho carrera dentro del Gobierno, han ascendido a los más altos rangos de la institución, pasan tras su retiros a ocupar importantes cargos en la política o asumen gobernaciones de estado, desplazando a líderes formados en las regiones.

Pero al igual que en Cuba, ese desplazamiento de dirigentes por militares ha traído rechazo dentro del chavismo y aunado a la crisis económica y social que vive el país, se sacrifican cabezas importantes de la revolución.

En la estatal petrolera ya van 56 presos, la mayoría gerentes importantes, acusados de corrupción y Maduro habla de un profunda reestructuración.

Desde su posición como representante de Venezuela en la ONU, el ex presidente de la estatal, quien se ha sentido aludido y amenazado desde su salida de esa posición y más tarde del ministerio de Economía, Rafael Ramírez, ha comenzado a hablar luego de tres años, alertando sobre el rumbo equivocado que lleva la economía venezolana y la corrupción como dos componentes de la crisis.

Señala Ramírez que: “mientras existan sectores que se han hecho inmensamente ricos con el tema cambiario, el mercado negro, la obtención de divisas baratas, las empresas detenidas, las grandes instituciones financieras que manipulan, el sector económico vinculado estrechamente a la desestabilización, con un accionar permanente (…)el cerco se estrecha”. Y agrega que hubiese sido más cómodo no decir nada. Ramírez ha defendido con vehemencia la necesidad de hacer la unificación cambiaria que es una fuente importantísima de corrupción.

La semana anterior, otra importante figura del chavismo, José Vicente Rangel había alertado que los ciudadanos venezolanos “Estamos contra la pared” alertando sobre la alta inflación.

Es evidente que hay una fractura interna en el chavismo sobre cómo Maduro está conduciendo la crisis económica y su gabinete se llena de militares.

No podemos asegurar que dentro del chavismo pueda surgir una importante corriente que se incline por una apertura de la economía, pero una salida democrática requiere de que factores internos del chavismo que se percaten del daño y la tragedia que para todos significa continuar con el atrasado modelo cerrado impuesto por el madurismo y la cúpula que se ha beneficiado económicamente.

Concluye Ramírez en su escrito que debemos mirar el futuro y acota que existen muchas experiencias internacionales de países “en peores condiciones o profundas crisis económicas y que se superan de manera exitosa”. Es decir aboga por un cambio de rumbo urgente. 

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