Un inmenso Triller

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 Juan José Monsant Aristimuño

Nuestra generación, quizá incluso la de nuestros padres, no conocieron pandemias como las narradas en la Biblia por   profetas y escribas catalogadas de plagas, como castigo divino ante los desenfrenos del hombre.

       Los historiadores, han relacionado la Edad Media con las pavorosas pandemias que azotaron vastas regiones de Europa. Visualizamos ese escenario cargado de pestilencias y antiguos zombis vagando por los caminos cuál si fuera una escena de “The walking dead”, esa serie televisiva distribuida por Fox Networks desde el 2010 que hoy va por su décima temporada. Confieso que nunca he podido terminar de ver uno solo de sus capítulos, a pesar de estar rodeado de fanáticos de ella. He deducido que el fondo del argumento es la interminable lucha del bien contra el mal, y las contradicciones, bajezas, temores, codicias y noblezas de los sobrevivientes (supuestamente representan el bien) que impiden vencer al mal, representado por los muertos vivientes.

Crecimos con Christopher Lee y sus Drácula terroríficos, con Vincent Price y Boris Karloff; a Nesferatus, Long Chaney y Bela Lugosi alcancé a verlos mucho después, en la Cinemateca de Caracas dirigida por el agudo escritor y critico cinematográfico Rodolfo Izaguirre, padre del igualmente escritor Boris Izaguirre. Lugosi quizá fue el más auténtico de los Drácula conocidos, pues había nacido al pie de los montes Cárpatos, lugar donde se sitúa el origen de Drácula, quien en realidad fue según la leyenda, el príncipe Valaquia Vlad, conocido como Vlad “El Empalador”, dada su costumbre de capturar a sus enemigos, los invasores otomanos, y darles muerte por empalamiento. Esa leyenda la convirtió el escritor irlandés Bram Stoker en el personaje más conocido de la cinematografía del terror, en su libro “Drácula” publicado en 1897. Todos los zombis y vampiros conocidos nacieron de la inspiración de Stoker, y de la inglesa Mary Shelley en su obra “Frankenstein o el moderno Prometeo”, editado en 1818.

Al hablar de zombis contemporáneos no podemos dejar pasar el musical “Triller” (1984) interpretado por Michael Jackson, que vendió más de 65 millones de copias en aquél entonces. Aparte de la composición musical y la letra, el impacto fue la coreografía, un Jackson de zombi acompañado de una camada de zombis danzando, deambulando, en una oscura calle de Chicago, emulando las películas de terror de los años cincuenta.

Con la irrupción del Coronavirus, de alguna manera nos hemos convertido en expertos en microbiología, su origen, causa y destino del virus “matagente”. Desde una conspiración contra Occidente, hasta el haberse escapado de un laboratorio ruso, como rezago de la “Guerra fría, y trastocadas declaraciones atribuidas a Evo Morales, sobre que China había ganado la Tercera Guerra Mundial. Hay quienes recomiendan tomar una pócima de cebolla con ajo, pasada por miel, colocar una escoba detrás de la puerta, vitaminas y anticoagulantes. Lástima que no recomienden un buen scotch de malta bebido al caer el sol.

Lo real es que han comenzado a aparecer los zombis y las idioteces. Idioteces como las de Podemos de España, que invitaron a una concentración pro fémina el mismísimo ocho de marzo, para cinco días después volverse incontrolable la expansión del virus. López Obrador hizo un video invitando a la gente salir a pasear, y cuatro días después se evidenció la magnitud de la pandemia instalada en México. En los Estados Unidos la ligereza como fue tratado el tema durante casi tres meses y la realidad, hizo que Trump declarara prácticamente el Estado de Emergencia y citó al presidente de El Salvador, como antecedente preventivo a imitar. Algo parecido le ocurrió al Primer Ministro inglés, y terminó en una sala de cuidados intensivos. En Venezuela, según el gobierno, solo hay nueve casos, pero el país entero se ha convertido en un inmenso “Triller” sin música, y el mundo un “Waking dead”. A partir de allí, hay que intentar sobrellevar esta pandemia de virus e idioteces

Un comentario sobre “Un inmenso Triller

  1. Me encantó el trabajo, solo recordar al Fracula de mis años juveniles es maravilloso. o
    Pero en Venezuela se manejan otras cifras de casos de «Convid 19» llegándose a decir que la pandemia tapa las verdaderas necesidades del pueblo: hambre, falta de gasolina y medicinas.
    El coronavirus es un aliado de Nicolás Maduro

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