Una mentira de internet: Stanford. Las apariencias engañan

Stanford. Las apariencias engañan. *

fuente: Mentiras repetidas, mentiras de internet

Esta mentira, creada aproximadamente en 1998, suele difundirse por correo electrónico (tiene mucha presencia en internet en idioma inglés, en español bastante menos); el formato habitual es una presentación con el título «apariencias» o «las apariencias engañan». Nunca mejor dicho (es ironía).

Primer cuadro de la presentación mentirosa

En resumen, lo que se dice es que una pobre pareja malvestida  visita, sin cita previa, al presidente de la Universidad de Harvard. Después de horas de espera, consiguen hablar con él; le cuentan que su joven hijo, fallecido (en ocasiones se añade que por un accidente), había estudiado un año en Harvard y como había sido muy feliz allí, quieren «levantar algo, en memoria de él, en el campus de Harvard»; no una estatua, sino un edificio. El presidente, harto de semejante visita de unos pobretones aldeanos, indignado y extrañado, les dice que no saben lo que cuesta eso, que ellos llevan gastados en los edificios de Harvard siete millones y medio de dólares. Ante esa respuesta, la mujer le comenta a su marido lo barato que resulta, y en consecuencia deciden construir una universidad entera, la de Stanford, en memoria de su hijo.

Se puede ver una de las versiones en español en EnHábito, llena de detalles mentirosos (inefable lo que se cuenta de la secretaria del rector); en los comentarios se refuta su veracidad.

Lo que es verdad:

– Que la foto es realmente del matrimonio formado por Leland Stanford y Jane Elizabeth Lathrop(verla en Wikipedia), aunque corresponde al año de su boda, mucho antes de lo que se relata.
– Que el matrimonio Stanford tuvo un (único) hijo fallecido en la adolescencia (no por accidente, sino de tifus)
– Que el matrimonio Stanford fundó la Universidad de Stanford y que este hecho tiene relación con la muerte de su hijo (al poco de morir su hijo en Italia, decidieron perpetuar su memoria de alguna manera, barajaron varias posibilidades y finalmente una de las que se llevó a término fue la fundación de la Universidad de Stanford)
– Que el matrimonio Stanford mantuvo una entrevista con el «presidente» (en castellano diríamos rector, supongo) de la Universidad de Harvard, previa a la fundación de la Universidad de Stanford (también acudieron a otras universidades, como Cornell, MIT, y Johns Hopkins; verStandford History, FAQs.)

Lo que es mentira: Todo lo demás. O sea, es mentira el núcleo de la historia, porque de lo que la historia trata es de que «las apariencias engañan«, y el hecho (cierto) de la fundación de la Universidad de Stanford por el matrimonio Stanford se cuenta sólo como ejemplo o demostración de que «las apariencias engañan».

En concreto:

1) Es mentira que los Stanford vistieran pobremente y tuvieran pinta de aldeanos.

Leland Stanford fue, como empresario, uno de los «cuatro grandes» en la industria ferroviaria de California, Presidente de la Central Pacific Railroad y luego de la Southern Pacific Company, además de propietario de viñedos y caballos de carreras y un gran terrateniente; como político fue un líder del Partido Republicado, Gobernador de California en 1862 y Senador desde 1885 hasta su muerte.

Wikimedia Commons

Como dato curioso, Leland Stanford encargó a Muybridge que fotografiara el galope de un caballo para averigüar si en algún momento las cuatro extremedidades no tocan el suelo: las famosísimas series fotográficas, precursoras del cinematógrafo, se realizaron con caballos propiedad de Stanford («Occident» y «Sallie Gardner»)

Familia Stanford, aprox.1882

Basta fijarse en la fotografía que suele ilustrar la presentación mentirosa, para constatar que las personas en ella representadas ni llevan vestidos de «algodón barato» ni «humildes trajes», ni son «campesinos» (estas expresiones, u otras similares, son la traducción aproximada que aparece en las versiones de la historia de los términos ingleses utilizados en la versión «original», «a faded gingham dress», «a homespun threadbare suit», «backwoods, country hicks»).

No tenían apariencia de pobres campesinos en la fecha de su boda, ni tampoco, como puede observarse en el retrato de familia con el malogrado Leland Jr., en fechas más cercanas a la fundación de la Universidad (1885).

Destaca en ambas fotografías la mirada firme y aplomada de Leland Stanford, ¿donde está el campesino modesto y tímido? ¿y qué decir de la Sra.Stanford? ¿hay algo de la fragilidad que sugiere la falsa historia?

2) Es mentira que Leland Jr. hubiera estudiado en Harvard.

3) Es mentira, tal como se cuenta, la entrevista con el rector de la Universidad de Harvard.

En primer lugar, porque como se explica en Jane Stanford: The woman behind Stanford University (traduzco del inglés) «los Stanfords eran muy famosos, por eso su tragedía pronto fue de general conocimiento. Los periódicos publicaron relatos detallados de la muerte de su hijo, y recibieron un aluvión de cartas, postales y telegramas de condolencia tanto de familiares y amigos, como de gentes desconocidas«; prueba de ello es la noticia aparecida en The New York Times el 5-1-1885: «California asombrada ante el extraordinario despliegue en torno al cadáver del joven Leland Standford»

¿Cabe imaginar una situación más alejada a la descrita en la falsa historia? ¿Cabe imaginar que esta pareja se presentaran como dos parias, sin avisar, en la Universidad de Harvard, y se les hiciera esperar horas antes de entrevistarse con su rector?

En segundo lugar, la visita a la Universidad de Harvard no fue sino una más de las que hicieron a otras universidades ya citadas, buscando consejo y orientación sobre el propósito, ya decidido por parte de estos potentados, de perpetuar la memoria de su hijo (la fortuna de la familia Stanford a finales del siglo XIX, según Wikipedia en inglés, se estima en torno a 50 millones de dólares USA, equivalente a 1 billón de dólares USA del año 2005 -ojo, nunca sé de lo que hablo cuando hablo de millones y billones USA; en todo caso, muchísimo dinero-). Jamás pensaron en erigir estatua ni edificio alguno en Harvard, sino en la otra punta de norteamérica, en Palo Alto, California.

En la web de la Universidad de Standford se describe así la entrevista (traducimos del inglés):

«Deteniéndose en la costa este a su regreso desde Europa, los Stanford visitaron varias universidades y consultaron con sus rectores. El detalle de su visita al rector Charles W. Eliot en Harvard la recuerda el mismo Eliot en una carta enviada a David Starr Jordan (primer rector de Stanford) en 1919. Cuando los Stanford se entrevistaron con Eliot todavía no habían decidido si fundar una universidad, una escuela técnica o un museo. Eliot recomendó una universidad, y les dijo que la inversión sería de alrededor de 5 millones. Según parece, Jane y Leland se miraron y estuvieron de acuerdo en que podrían acometer dicha inversión.»

* Fuente: http://mentirasrepetidasinternet.blogspot.com/2011/11/stanford-las-apariencias-enganan.html

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