En pocas palabras. Javier J. Jaspe
analisislibre.org / Washington D.C.
No nos eqauivoquemos, el Mundial de Futbol (FIFA) de Brasil fue un evento exitoso, por lo demás, entretenido, bien organizado y con muchos momentos gratos, que se compara favorablemente con otros campeonatos celebrados en el pasado. También nos trajo una cajita de sorpresas, lo cual, como dice Pelé, no es raro en las competencias mundiales de futbol. Ahora, de esa cajita habría que sacar el triunfo de Alemania sobre Argentina, ya que desde hace algún tiempo, algunos apostaban dólares o euros contra bolívares devaluados, por el primer lugar para la escuadra dirigida por Joachim Löw.
La cajita de sorpresas
Pero de que hubo sorpresas, las hubo, al menos en lo que a este cronista respecta, apenas un aficionado al deporte rey que cada cuatro años nos proporciona un grato mes de catarsis y relax para poner a un lado la rutina diaria. Entre estas sorpresas destacamos brevemente las siguientes:
La eliminación temprana de España, Inglaterra e Italia – El primer golpe lo recibimos en la primera parte del torneo, con la salida de estos equipos que han sido campeones en eventos mundiales del pasado. Personalmente, significó un revés significativo en las expectativas que había cifrado en España, no sólo porque fue el titular en el 2010 en Suráfrica, sino por los triunfos recientes logrados por equipos españoles en competencias del futbol europeo. La salida de Inglaterra la sentí por simpatía hacia los gratos momentos que nos deparan los juegos de los equipos de la liga inglesa, retransmitidos con regular asiduidad a través de los canales por cable que ofrecen estos servicios en Washington D.C. Lo de Italia se veía venir por la falta de un espíritu de equipo tan necesario para enfrentar los exigentes compromisos planteados en la contienda. Si uno junta los anteriores países al no muy lucido desempeño de Portugal, Grecia, Bosnia y Croacia, pareciera haber indicaciones de que una parte importante del futbol europeo se encuentra en una tendencia decadente, por lo que requiere la adopción de medidas para su fortalecimiento con vista a su participación en futuras contiendas mundiales.
Mejor papel de los equipos latinoamericanos – Por mucho tiempo los equipos bandera de Latinoamérica en el campeonato mundial habían sido Argentina, Brasil y Uruguay, por haberlo ganado en anteriores oportunidades y por seguir demostrando condiciones para optar al primer lugar en sucesivos eventos mundiales. Durante el camponeato de Brasil de este año se produjo un cambio cualitativo importante. Por un lado, si bien Argentina pudo llegar a la parte final y titularse sub-campeón, el anfitrión, Brasil, fue vapuleado fuertemente por Alemania y Holanda en sus dos últimos juegos, logrando a duras penas el cuarto lugar, mientras Uruguay fue incapaz de lograr pasar a los cuartos de final, luego de la sanción a Luis Suárez que comentaremos más adelante..Por otro lado, equipos de otros países de la región latinoamericana han comenzado a despuntar con brillo que anuncia mejores laudos en futuras competencias mundiales: México y Chile, si bien no pudieron llegar a cuartos de final tuvieron actuación destacada y vendieron cara su derrota en los octavos de final; por su parte, Colombia y Costa Rica lograron clasificar para cuartos de final, perdiendo en juegos bien apretados frente a Brasil y Holanda, respectivamente, dos países que se precian de tener una mejor preparación técnica y tradición futbolística que los indicados países latinoamericanos.
Mayor audiencia en Estados Unidos – Ésto no sólo porque Estados Unidos logró clasificar para octavos de final, sino porque el alto componente latino de su población, por lo general aficionado al futbol, ha llevado a cadenas importantes como Univisión y ESPN a realizar una amplia cobertura del campeonato mundial por television e Internet sin escatimar esfuerzos, tanto en español como en inglés.. En esta labor han debido vencerse resistencias originadas en el formato de los juegos de un deporte como el futbol, los cuales requieren de dos largos períodos (cada uno de no menos de 45 minutos) sin interrupción que imposibilitan la transmission de cuñas comerciales. Esta característica hace al futbol menos atractivo para su patrocinio comercial frente a otros deportes como el futbol americano y el basketbol, los cuales permiten pausas frecuentes en su formato que hacen posible una mayor transmission de cuñas para promover a las empresas y marcas patrocinantes. Pese a este inconveniente, la transmisión de los juegos desde Brasil contó con el apoyo de firmas importantes como Hyundai, McDonalds, Coca Cola, Subway y Budweiser, para mencionar algunas.
El presente campeonato también abrió la oportunidad de realizar breves pausas para proveer liquidos a los jugadores, en algunas zonas calurosas de Brasil donde se escenificaron varios de los juegos. Estas pausas permitieron incrementar el espacio dedicado a cuñas commerciales y constituyen un precedente novedoso que quizás podría abrir campo para repetirse en futuros campeonatos de la FIFA. En cualquier caso, abrigamos la esperanza de que el mayor entusiasmo despertado en este mundial por el futbol se mantenga en Estados Unidos, en provecho de un incremento en el desarrollo de este deporte, permitiendo al país participar con mayor éxito en la copa de la FIFA a disputarse en Rusia en 2018.
Pobre desempeño de Brasil – Es posible que cuando Pelé pronunció la frase sobre la cajita de sorpresas se estaba refiriendo concretamente al pobre desempeño de Brasil en el presente campeonato, sobre cuyo triunfo había grandes expectativas. Desde los primeros juegos se veía a un equipo brasileño que le faltaba cuajar bien para poder vencer en los difíciles compromisos que tenía por delante. A medida que avanzaba el torneo, el comentario era que si bien Brasil había logrado clasificar para los octavos y cuartos de final, lo había hecho a duras penas y que muy difícilmente podría superar los retos planteados en los juegos de la fase semifinal del campeonato. Ello en efecto así se confirmó al Brasil perder de manera aplastante frente a Alemania, 7 a 1 y luego contra Holanda por el tercer puesto, 3 a 0.
Como he sido por muchos años un admirador del futbol brasileño, sentí bastante el descalabro de Brasil en este campeonato. En su descargo no dejo de pensar que quizás la ausencia de Neymar y Silva pesaron bastante en este resultado, pero luego me respondo que el desempeño de un país de la tradición futbolística de Brasil, donde 9 de cada 10 de sus habitantes practica este deporte, no podía depender de la actividad de dos jugadores. El equipo ha debido contar con reservas de jugadores suficientes en el plantel de relevo, para llenar cualquier falla de los miembros titulares de la selección. No me queda dudas, algo anduvo mal en la conformación y preparación del equipo, por lo que se impone un período de evaluación y autocrítica para corregir los defectos observados y prepararse para la próxima contienda mundial. Por lo pronto, ya se han anunciado cambios en la dirección de la selección. Otros efectos en el campo de la política no se han hecho esperar, pues parte de la población ha reaccionado con indignación ante los resultados obtenidos, mediante manifestaciones públicas y hasta violentas. Tampoco se descarta que estos pobres resultados del equipo brasileño repercutan en las próximas elecciones donde Dilma Rousseff optará por continuar en la presidencia de la república…
Predominio de la concepción que privilegia al equipo en la final – Arriba dijimos que el triunfo de Alemania no fue una sorpresa, ya que muchos apostaban por el triunfo de la escuadra teutona. Ahora me refiero a un asunto más general ligado a la concepción del juego de futbol. Generalmente, cuando en la final se enfrenta un equipo latinoamericano y un europeo, se produce la confrontación de concepciones diferentes del juego. Se dice que mientras los europeos favorecen una orientación que privilegia la estructura y el movimiento de los jugadores de acuerdo con guiones prefijados, los latinoamericanos dan mayor relevancia a la espontaneidad y la iniciativa individual en función de las condiciones específicas en que se desenvuelve el juego.
Pues bien, durante la final entre Argentina y Alemania el juego pareció transcurrir para ambos equipos conforme a la concepción europea. Es posible que en el caso de Argentina esta actuación deba bastante al hecho de que varios de los miembros de su selección forman parte de equipos que actúan en las temporadas regulares de las ligas europeas, pero notamos que la actuación de sus jugadores, incluidos Messi e Higuaraín, estaba como prefigurada, por no decir maniatada, al seguimiento de un marco de actuación rígida posiblemente autoimpuesto o derivado de instrucciones impartidas por la dirección antes del comienzo del partido. Si esta interpretación es correcta, parece recomendable que el equipo argentino evalúe la conveniencia de persistir en esta ruta en futuras contiendas mundiales, sin descartar que posiblemente sería adecuado dar mayor cabida en el plantel a jugadores de su reconocida liga local.
La actuación disciplinaria de la FIFA dejó mucho que desear – Este es uno de los aspectos que debería merecer una serena reflexión por parte de la FIFA, aprovechando la experiencia del camponeato mundial de Brasil. Durante los juegos no se observó una unidad de criterios por parte de los árbitros a la hora de sancionar las infracciones de los jugadores. Mientras algunos arbitros se hacían la vista gorda ante las infracciones, como sucedió durante el encuentro entre Colombia y Brasil durante los cuartos de final, donde resultó gravemente lesionado Neymar, otros sancionaban con espíritu draconiano cualquier falta, incluso las de carácter leve. Un caso representativo de este comportamiento severo sucedió en el juego entre México y Holanda, cuando en el último minuto el arbitro decidió sancionar con penalty a México, ante una falta que francamente no merecía la pena maxima, privándolo de calificar para los cuartos de final. En cambio, el árbitro del partido entre Holanda y Costa Rica en los cuartos de final se hizo el desentendido, cuando el arquero Tim Krul, cuya incorporación por Holanda en el último minuto del juego en el orden reglamentario todavía se discute, procedió a hostigar e intimidar a los jugadores del equipo centroamericano, en momentos que éstos se disponían a patear la bola durante la fase de penalties (http://www.lapatilla.com/site/2014/07/07/portero-holandes-revela-sus-tecnicas-de-intimidacion-puede-caerle-sancion/).
Adicionalmente, vale mencionar, que según versiones circuladas la FIFA había instruido con carácter general a los árbitros que evitaran sacar tarjetas amarillas (http://www.lapatilla.com/site/2014/07/07/la-fifa-insta-a-los-arbitros-evitar-tarjetas-amarillas/). Esta instrucción, de ser cierta, significa que la FIFA se inmiscuyó de manera general y anticipada, en una materia que debería quedar librada a la soberana apreciación de los árbitros durante cada juego. Si lo anterior no bastara, la gota que rebasó el vaso lo constituyó la actuación de la FIFA en relación con el caso de Luis Suárez, jugador de la selección de Uruguay, quien fue acusado de morder a un jugador del equipo italiano (Chellini). En este caso, la FIFA ha venido desplegando una severidad digna de mejor causa, con el fin de aparecer como guardian de la disciplina en el torneo mundial, aspecto en el cual se mostró mayormente ausente.
Ciertamente, el caso de Luis Suarez ha sido de todo, menos bien manejado por la FIFA. Nótese que no estamos abogando por dejar de sancionar una conducta como la de Suárez, en caso de que la misma aparezca suficientemente comprobada y tipificada como falta merecedora de las sanciones establecidas en los reglamentos aplicables. Mucho menos nos solidarizamos con quienes han despachado la decisión de la FIFA, por supuestamente ser producto de animadversion hacia Suárez y/o Uruguay, por su extracción humilde, o por otras razones que no vienen al caso.
No obstante, consideramos que su tratamiento se realizó de manera poco transparente, ya que no se han explicado de manera amplia, los daños ocasionados, las pruebas presentadas, los alegatos formulados por las partes involucradas, ni los motivos que darían fundamento al elenco de graves sanciones impuestas a Suárez por la FIFA. La resolución del caso fue apresurada y la FIFA parece haber actuado presionada por el carácter notorio y publico del hecho, como buscando un chivo expiatorio para escudar su propia negligencia en materia disciplinaria y para darle una salida de imagen a Italia, la cual tuvo una pobre participación en el torneo.
Por otra parte, las penas impuestas por la FIFA a Suárez pecaron de draconianas (suspension del campeonato mundial, prohibición de actuar en el futbol por cuatro meses y multa de más de 100 mil dólares, ver por ejemplo: http://www.lapatilla.com/site/2014/07/10/que-es-lo-que-luis-suarez-puede-o-no-puede-hacer-durante-su-sancion/) y distaron mucho de servir como un precedente válido con carácter disuasivo, como es la finalidad de toda pena, ya que muy pocos jugadores suelen morder durante los encuentros. En cambio, en relación con las patadas, rodillazos, manotazos, cabezasos, empujones, zancadillas y otras faltas reprobables, las cuales abundaron durante el campeonato mundial, algunas graves hasta el punto de haber causado lesiones de significación a jugadores valiosos como Neymar, la FIFA no hizo nada.
Al momento que esto escribimos, se ha anunciado que la FIFA declaró sin lugar la apelación formulada por Suárez (http://www.eluniversal.com/deportes/brasil-2014/140710/la-fifa-rechaza-las-apelaciones-por-la-sancion-al-uruguayo-suarez ), por lo que a este jugador le ha quedado abierta la posibilidad de apelar al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Ello significa que la decisión de la FIFA no es definitivamente firme, hasta tanto no se agoten las instancias de alzada. Por tanto, sorprende que la FIFA haya decidido prohibir al Barcelona, equipo que decidió contratar a Suárez por varias temporadas, el realizar la presentación de este jugador en un acto que estaba llamado a ser efectuado en los próximos días (http://www.lapatilla.com/site/2014/07/13/la-fifa-frena-la-presentacion-de-luis-suarez/). Este gesto de la FIFA no pareciera tener justificación y aparece como producto de un ensañamiento, para persistir en su actitud draconiana frente al indicado jugador uruguayo. A nuestro juicio, como decimos en criollo, a la FIFA se la ha pasado la mano en el juzgamiento de Suárez y no es descartable que se encuentre expuesta a una demanda de daños por parte de este jugador.
El Mundial de Futbol (FIFA) de 2018 en Rusia
No quisieramos terminar esta breve reseña sin referirnos brevemente al Mundial de Futbol (FIFA), convocado a realizarse en Rusia dentro de cuatro años. Al respecto, no vemos razón de bulto para dudar que los rusos podrán organizar y llevar a cabo de manera exitosa este compromiso. Las recientes olimpíadas de invierno celebradas en Rusia, posiblemente dieron credenciales al gigante ruso para que la gente pueda pensar con fundamento en esta misma dirección. Otra cosa es que este evento estaría llamado a tener repercusiones políticas, ligadas a las conocidas aspiraciones de Putín de resucitar la hegemonía rusa sobre los países que en el pasado formaron parte de la órbita soviética, puestas especialmente de manifiesto en el contexto de la actual crisis Ucraniana. De persistir Putín en este empeño, el panorama que se presenta para el próximo campeonato mundial de futbol no luce tan alentador, más cuando recientemente el mandatario ruso ha anunciado su decisión de restablecer a Cuba como centro para ejercer desde allí el espionaje sobre Estados Unidos (https://www.analisislibre.org/rusia-reabrira-base-de-espionaje-en-cuba/), con lo cual da también muestras de querer reiniciar el juego de la guerra fría que vivió el mundo por un largo trecho hasta la caída del muro de Berlín en 1989
Prescindiendo de consideraciones políticas, sólo agregaría dos comentarios adicionales. En primer término, que el aludido evento mundial futbolístico en Rusia plantea con carácter inevitable a Estados Unidos, la necesidad de darle la mayor prioridad a la preparación de una selección nacional que se encuentre capacitada para competir con mejor éxito que el obtenido en la recién finalizada contienda mundial brasileña. En segundo término, diría que el campeonato mundial de Brasil ha revelado varios nombres de los equipos participantes que bien por razones de edad, pero sobre todo por la buena calidad de su desempeño, si sus respectivos países logran clasificar, muy posiblemente serán llamados a participar en el campeonato mundial de Rusia en 2018.
Sin ánimo de ser aguafiestas para otros equipos, también indicaría que en número de jugadores, la escuadra campeona alemana aparece con sobrada ventaja, por lo que ahorraré espacio y no mencionaré nombres. En el ámbito latinoamericano, limitándome a tres nombres como máximo, de los equipos que clasificaron para los octavos de final, incluiría los siguientes: Neymar, Oscar y Thiago Silva (Brasil); Messi, Di María e Higuaraín (Argentina); James Rodriguez, Cuadrado y Armero (Colombia); Luis Suárez, Forlán y Cavani (Uruguay); Guillermo Ochoa, Dos Santos y Guardado (México); Keylor Navas, Campbell y Bolaños (Costa Rica); Alexis Sánchez, Valdivia y Beausejour (Chile).
En pocas palabras, el Mundial de Futbol (FIFA) de Brasil 2014, un evento exitoso que nos proporcionó un grato mes de catarsis y relax para poner a un lado la rutina diaria, pero que también vino acompañado de una cajita de sorpresas. En los párrafos que anteceden nos hemos referido brevemente a estas sorpresas y agregado consideraciones muy preliminares sobre el Mundial de Futbol (FIFA) a celebrarse en Rusia en 2018, y a ellos remitimos. Veremos…
analisislibre.org