VOA / Análisis Libre –
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, inauguró el jueves la Cumbre para la Democracia con la participación de más de 100 países escogidos, en la que instó a los gobiernos a continuar enfrentando «los desafíos» actuales en torno a los valores universales.
«La democracia no se produce por accidente, tenemos que renovarla de generación en generación y es un compromiso de todos», dijo Biden al inaugurar el evento virtual. Recordó que en el 2020 la organización Freedom House «marcó 15 años de retroceso de la democracia (…) incluyendo Estados Unidos».
La cita está encaminada a abordar los retos que enfrentan los sistemas democráticos globalmente ante un resurgimiento de la autocracia y con cuestionamientos de cómo marcha la propia democracia en Estados Unidos.
Achacó este retroceso a «la presión externa de personas autocráticas que pretenden exportar su influencia y ampliar sus políticas y prácticas represivas». Aunque admitió que no todos los invitados estarán de acuerdo en todo, los instó a «unirse» en torno a los valores en común: la justicia, la libertad de prensa, de expresión y de región, en general los derechos individuales de todos.
«La democracia no es un estado, es un acto», enfatizó Biden. Esbozó en su discurso de apertura como un tema clave la lucha contra la corrupción global y lo planteó incluso como una tarea nacional. «Debemos hacer rendir cuenta a las personas corruptas», dijo.
También presentó un nuevo esfuerzo financiero para la asistencia democrática a nivel mundial.
«Vamos a comprometer más de 200 millones de dólares», dijo Biden para garantizar -por ejemplo- valores básicos como la libertad para el ejercicio de la prensa en el mundo. Dijo que ese fondo será administrado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID).
«Medios libres y voluntarios, sin controles innecesarios es la mejor manera de garantizar la democracia que sufre grandes amenazas a nivel mundial», señaló. «A través de USAID vamos a crear este nuevo fondo para ayudar a proteger a los periodistas de las demandas que entorpecen o pretenden entorpecer su trabajo».
El evento, que se celebra de forma virtual desde Washington y se extenderá hasta el viernes, es parte de la promesa de campaña de Biden de fortalecer la democracia en todo el mundo en un momento en que muchos ponen en duda la validez y durabilidad del sistema.
Biden reiteró que buscará “acciones específicas y compromisos para reformas internas coherentes” destinadas a esas metas.
«Necesitamos una ley que nos permita garantizar la libertad de voto», dijo, acerca de medidas que impidan «la discriminación en el acceso al voto».
«Debemos garantizar la concurrencia a las urnas, no dificultarla», afirmó. Explicó además que al tiempo que su gobierno trabaja «para perfeccionar» cuestiones internas, «estamos recomprometiéndonos con las democracias a nivel mundial».
Dijo que el esfuerzo irá también encaminado a proteger a «los denunciantes» y a luchar contra la corrupción a nivel global.
Tras el discurso de Biden, está previsto que los líderes celebren una plenaria de dos horas a puerta cerrada y más tarde habrá intervenciones de la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, y un panel sobre la recuperación de la pandemia presidido por el secretario de Estado, Antony Blinken.
El líder opositor de Venezuela, Juan Guaidó, hablará en la cumbre a las 11:45 de la mañana.
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Otros propósitos de EE. UU.
Biden dijo que EE. UU. seguirá potenciando la participación cívica de niños y mujeres, así como a la comunidad LGTBI.
Además afirmó que pretende aprobar reformas sobre las normativas laborales y las organizaciones de trabajo «para abordar el acoso y reducir la posibilidad de que los países puedan abusar de las nuevas tecnologías incluyendo las de vigilancia en lo que describió como «un esfuerzo por suprimir los deseos de la población de expresarse».
«El Departamento de Estado y USAID van a poder potenciar económicamente los esfuerzos de nuestros socios y de la sociedad civil de los países», dijo.
Países sin acceso a la Cumbre
La lista de países invitados ha causado controversias, porque incluye a naciones con democracias débiles y deja fuera a otros más integrados a los principios democráticos globales.
Un caso prominente es la exclusión de las naciones del Triángulo Norte de Centroamérica: Guatemala, Honduras y El Salvador.
“Algunos de los países que no fueron invitados son democráticos, pero han tenido algunas actividades muy preocupantes que nos llevaron a excluirlos”, dijo el asesor para América Latina del presidente Biden, Juan González, en referencia a las naciones del Triángulo Norte.
Tampoco estarán en la cumbre Nicaragua y Venezuela. No obstante, el presidente del gobierno interino de Venezuela, Juan Guaidó, hablará en el evento este jueves.
También se ha dicho que la cumbre es una oportunidad para Biden para movilizar respaldo contra una percibida influencia autoritaria de Rusia y China, especialmente tras la invitación de Taiwán, lo que enfureció a Beijing.
Eventos previos a la Cumbre, celebrados el miércoles, analizaron temas como la situación de la prensa, de los presos políticos, el avance y retos de las mujeres, entre otros.