Tristan Cavel / InSight Crime
El presidente Nicolás Maduro ha justificado el retiro del billete de 100 bolívares de Venezuela como una manera de debilitar las economías criminales, pero lo que ha ocurrido en casos anteriores sugiere que los grupos criminales se beneficiarán de esta medida, así como del cierre de la frontera con Colombia.
El presidente hizo el anuncio del retiro de los billetes el 11 de diciembre, lo cual se debería llevar a cabo en tres días, a la par con el cierre de la frontera, según él como una manera de detener a los grupos criminales que presuntamente están acumulando riquezas con billetes de 100 bolívares en países extranjeros y llevando los ingresos obtenidos ilegalmente de nuevo a Venezuela, informó la BBC.
Maduro sostiene que la medida de sacar de circulación los billetes de 100 bolívares afectará a los grupos criminales que se benefician de la dinámica del contrabando entre Colombia y Venezuela, país donde escasean los alimentos, alegando que dichos grupos están acaparando grandes cantidades de billetes en ciudades colombianas como Cúcuta, Cartagena, Maicao y Bucaramanga. Según el medio de comunicación multiestatal TeleSUR, las autoridades venezolanas anunciaron además la incautación de millones de bolívares en billetes de 100 que eran ingresados ilegalmente desde Colombia para luego ser cambiados en casas de cambio.
Pero, según Le Monde, los nuevos billetes de 500 bolívares —los de menor valor en los seis nuevos billetes— apenas salieron el 18 de diciembre, y el 17 de diciembre las autoridades venezolanas decidieron posponer la orden de retiro hasta el 2 de enero, debido a que se presentaron violentos disturbios, informó The Guardian.
Análisis de InSight Crime
Si bien la decisión de sacar de circulación de manera rápida los billetes de 100 bolívares tendrá un leve efecto sobre el capital de las organizaciones criminales, el cierre de la frontera y el subsiguiente malestar social serán beneficiosos para los grupos criminales en ambos lados de la frontera.
Durante mucho tiempo, el petróleo venezolano subsidiado ha pasado a través de la frontera para ser vendido a precios más altos en Colombia. Pero recientemente, y en el contexto de la débil economía venezolana, las estructuras criminales, así como las cantidades de venezolanos que compran productos básicos en la frontera, han creado una nueva dinámica de compra de productos básicos en Colombia para luego ser llevados a Venezuela, donde escasean los alimentos.
Creer, como asegura el presidente Maduro, que 300 mil millones de una moneda tan inestable están siendo acumulados por estructuras criminales por fuera del país, la mayor parte de ellos en billetes de 100 bolívares que valen unos 4 centavos de dólar en el mercado negro venezolano, es una exageración.
Por otra parte, aunque quizá hay una gran cantidad de moneda venezolana circulando en las regiones fronterizas con Colombia, es difícil calcular qué proporción de esos billetes están vinculados al crimen organizado en lugar de las decenas de miles de venezolanos que buscan productos básicos al otro lado de la frontera.
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Lo más probable es que el cierre de la frontera internacional fortalecerá las actividades criminales en ambos lados de la frontera, lo cual se pudo observar durante el último cierre, que comenzó en agosto de 2015 y se prolongó hasta agosto de este año.
Como InSight Crime lo explicó anteriormente, los contrabandistas se vieron obligados a buscar rutas no oficiales controladas por los grupos criminales colombianos conocidos como Bacrim (o «bandas criminales») y por las organizaciones guerrilleras (como el Ejército de Liberación Nacional –ELN– y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –FARC–), los cuales les cobran impuestos a los contrabandistas que se mueven por las fronteras.
En Venezuela, el cierre de la frontera les permitirá a los miembros corruptos de las fuerzas armadas, como la Guardia Nacional, seguir imponiendo cobros a los contrabandistas que deseen cruzar al otro lado, como sucedió durante el último cierre.
La reciente decisión también puede incrementar el precio de los bienes en el mercado negro en Venezuela, lo cual aumentaría las ganancias de los criminales. Y cuanto más tiempo dure el cierre, habrá mayor demanda de la economía ilegal, pues los venezolanos no podrán acceder a bienes básicos vitales directamente en Colombia.
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Aparte de la dinámica del contrabando, las tensiones sociales y la violencia generada por el anuncio del retiro de los billetes pueden abonar aún más el terreno para los grupos criminales de Venezuela. Según RunRun, al menos en doce estados venezolanos se presentaron disturbios como resultado del anuncio del presidente Maduro.
La oposición política y social contra Maduro ha llevado al gobierno a recurrir cada vez más al ejército (considerado por una amplia franja de la población como una entidad corrupta y como un actor clave en el narcotráfico del país), así como a grupos armados y partidarios del gobierno, conocidos como «colectivos» (que son cada vez más violentos) para hacerle frente a la situación. Es posible que esa estrategia continúe si persisten las protestas actuales.