España-Venezuela: Cualquier parecido no es mera coincidencia

William Cárdenas Rubio / Análisis Libre, Madrid

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Las consideraciones que expongo a continuación en apretado resumen, son conocidas por su carácter reciente, público, y en algunos casos, por haber este suscrito participado en estos procesos y formar parte de mi experiencia vital.

Carlos Andrés Pérez, resultó electo el año 1988 para ejercer por segunda vez la Presidencia de la República de Venezuela, de la cual fue desplazado,  por la acusación que le formuló el Fiscal General de la República, Ramón Escobar Salón, por haber incurrido en el delito de malversación de fondos públicos (17 millones de $), provenientes de la Partida Secreta, con la que Pérez había financiado operaciones en Nicaragua a favor de Violeta Chamorro. En un hecho inédito para la democracia venezolana, se acordó el Antejuicio de Mérito del Presidente, quien el 21 de mayo de 1993 fue apartado de su cargo, lo que aceptó con gran respeto institucional, para someterse a un largo proceso que lo condujo a prisión. Este hecho fue avalado por importantes factores políticos, económicos y mediáticos de la sociedad venezolana. Previamente, en 1992, Pérez había enfrentado con éxito dos intentos de golpe de estado protagonizados por el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, cuya principal consecuencia fue la ruptura del bipartidismo venezolano. Posteriores manifestaciones de Pérez, fueron premonitorias del oscuro panorama que amenazaba a nuestro país.

Mariano Rajoy Brey, fue electo Presidente del Gobierno español el 21 de diciembre de 2011, con mayoría absoluta, mandato que renovó, con mayoría simple, para una segunda Legislatura el 29 de octubre del año 2016. Su presidencia terminó abruptamente, tras la Moción de censura presentada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE),  el 25 de mayo de 2018, como consecuencia de la sentencia que considerada probado que el Partido Popular se había beneficiado, desde 1989, de la trama de corrupción conocida como Caso Gurtel. La Moción fue debatida y aprobada el 1º de junio de 2018, con 180 votos a favor, en los que el PSOE contó con el apoyo de Unidas Podemos, ERC, PdeCAT, PNV, Compromis, EH Bildu, y NCa. Previamente, la Monarquía Parlamentaria española, había experimentado el año 2014, la aparición de Podemos y sus marcas blancas, Compromís, Mareas, etc. y con ella, la ruptura abierta del bipartidismo español.

Rafael Caldera Rodríguez, uno de los padres de la democracia venezolana, sustituyó a Carlos Andrés Pérez, luego del ínterin del Presidente encargado Ramón José Velázquez. Alcanzó el poder en las elecciones de 1993 con el apoyo de lo que se conoció como “El Chiripero” venezolano: Una alianza de partidos que abrazaba el arco cromático de la política venezolana, en el que se agruparon organizaciones de  derecha, centro e izquierda, como Convergencia, el MIN, ORA, URD, el Movimiento al Socialismo (MAS),  el Partido Comunista de Venezuela, el MEP, y hasta la extremista Bandera Roja, para cubrir un período,de transición política (1994-1998), cuyo hecho más connotado públicamente, fue la liberación, en 1994, del golpista Hugo Chávez, al sobreseerse su causa, quien procedió a crear el Movimiento Quinta República, con el que alcanzó el poder en 1999.

Pedro Sánchez Castejón sustituyó al Presidente Mariano Rajoy en su Legislatura inconclusa. S.M. Felipe VI dispuso su nombramiento el 1º de junio de 2018 y  aquel tomó posesión del cargo al día siguiente. Su promesa de convocar elecciones pronto fue sustituida por su ánimo de agotar la legislatura hasta junio de 2020, pero la reprobación de los Presupuestos Generales del Estado, le obligó a convocar elecciones para el 29 de abril de 2019. El resultado de estos comicios, habida cuenta de la fragmentación del Parlamento español, como consecuencia de la ruptura del bipartidismo ocasionada por la aparición de Podemos, acentuada con el surgimiento de Ciudadanos y VOX, impidió que Sánchez, aunque había liderado la fuerza más votada, lograra los suficientes apoyos para ser investido. Esto condujo a que Felipe VI disolviera las Cortes y se convocara nuevamente a elecciones, esta vez el 10 de noviembre de 2020. De nuevo el PSOE resultaría la fuerza más votada, y en esta ocasión, en una maniobra política, que recuerda a la que el mismo Sánchez utilizó después de que el 2016 fuera obligado a dimitir de la Secretaría General de su propio partido, acudiendo a sus bases y a unas elecciones las primarias para recuperar el control, Sánchez pactó con  las fuerzas políticas españolas reconocidas como  comunistas, de extrema izquierda, nacionalistas y separatistas, con el marxismo castrochavista de Unidas Podemos y Pablo Iglesias, como factores fundamentales de la coalición, con el apoyo del abanico policromático de PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias, BNG y Teruel Existe; y la abstención de ERC y Bildu. Así, tras año y medio en funciones al frente del gobierno español, Sánchez dio inicio a una legislatura que tiene todas las características de ser un período de transición hacia un destino político incierto para la sociedad española.

En Venezuela, 20 años después de la llegada de Hucho Chávez Frías al poder, todos hemos visto como esta alianza de fuerzas castrocomunistas, marxistas, protagonistas de la Revolución Bolivariana y del Socialismo del Siglo XXI, que a la muerte de Chávez a finales de 2012 ha dado continuidad Nicolás Maduro, acabó con el país más rico en términos comparativos de toda Iberoamérica. Hoy en Venezuela se ven los resultados de un régimen que se ha caracterizado por el hambre, la miseria, la tragedia por la falta de alimentos y medicinas, las violaciones a los derechos humanos, la corrupción, el narcotráfico, el terrorismo, y los crímenes de lesa humanidad, y que lamentablemente, hay que señalarlo, ha contado con aliados que hoy se encuentran nada más y nada menos, que  en altos cargos del gobierno español.

En España, todo es incertidumbre, pues los pactos de Pedro Sánchez con las fuerzas independentistas que le han dado el apoyo para llegar al poder, amenazan seriamente la unidad del Estado español. Pero por si esto fuera poco, la presencia en La Moncloa y en el Gabinete de Ministros, de marxistas y  mercenarios ideológicos del chavismo, se extienden como una larga sombra de que en este país europeo del primer mundo, se pongan en práctica las recetas del Comunismo, del castro chavismo bolivariano y del Socialismo del Siglo XXI, que solo traen miseria, pobreza, tragedia, dolor y crimen, como hemos visto recientemente en Venezuela, y mucho antes en Cuba. Si hubiera alguna duda, ya un  recién estrenado Ministro del Gobierno, se encargó de despejarla, al recomendar ¡seguir el ejemplo del comandante Fidel Castro!

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