La CIDH califica de irrespeto acusaciones del representante de Venezuela

¨Nadie hasta ahora ha tratado así a la Comisión Interamericana¨, dijo el presidente de la CIDH, Florentino Meléndez, mientras que el relator, Paulo Sergio Pinheiro, pidió al gobierno de Venezuela que retire sus señalamientos.

Por Jose Emilio Castellanos
Washington

Las fuertes acusaciones del gobierno de Venezuela contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA generaron dudas sobre los posibles motivos que pueda tener el Gobierno venezolano para no aceptar la presencia de observadores en el país, a tiempo que se espera por un Comunicado del organismo interamericano.

Tras la intervención del representante del gobierno de Venezuela, Germán Saltrón, el presidente de la Comisión interamericana de Derechos Humanos, Florentino Meléndez, calificó los señalamientos como un a falta de respeto al organismo internacional, a tiempo que el relator de la Comisión para Venezuela, Paulo Sergio Pinheiro, solicitaba que Venezuela retirara sus señalamientos.

La sesión, efectuada en un día de ligera nevada en la capital, estaba programa a para efectuarse a puertas cerradas, pero fue abierta al público y a la prensa, lo que permitió presenciar un evento que fue calificado por algunos observadores como un acto sin precedentes en las asambleas de la Comisión.

Como paradoja, el primer presidente de l Comisión interamericana de Derechos Humanos fue el novelista y ex presidente venezolano Rómulo Gallegos.

En opinión de observadores, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos puede levantar un informe aunque no se le permita su presencia en un país, como ocurrió en el caso de Fujimori en Perú. Con anterioridad algunos regímenes en Argentina, Chile y Brasil obstaculizaron la presencia de la Comisión. La tendencia actual ha sido la de invitar a la Comisión para que brinde aportes en la defensa de los derechos humanos.

La agenda preveía una intervención sobre la posición oficial de Venezuela en materia de derechos humanos. Sin embargo, en su intervención de media hora, el representante del gobierno de Venezuela, Germán Saltrón, acusó a la la Comisión de formular críticas infundadas, mala praxis, extralimitación en sus funciones, conducta negligente, falta de objetividad y transparencia, tergiversación de información del gobierno, imputaciones sin fundamento, banalización de procedimientos, extralimitación de funciones, vagas referencias y actuación de mala fe.

Ello originó la reacción del Presidente de la Comisión, Florentino Meléndez, quien calificó los señalamientos como falta de respeto a la institución interamericana.

Meléndez expresó que es la primera vez que escuchaba en una audiencia de la Comisión señalamientos tan fuertes contra la Comisión Interamericana.

¨ Nadie hasta ahora ha tratado así a la Comisión Interamericana que yo sepa y me pregunto por qué el gobierno actual de Venezuela trata así a la Comisión Interamericana, incluso con señalamientos de falta de respeto a un órgano principal de la OEA, y a siete personas que trabajamos aca para contribuir al mejoramiento de los derechos humanos de nuestros pueblos de cooperar con los estados para que cumplan con sus obligaciones.».

Más adelante denunció la falta de voluntad política de Venezuela para permitir una visita de sus miembros al país, y recordó que el presidente Hugo Chávez trató a los integrantes de la CIDH de eunucos intelectuales.
A renglón seguido, exhortó a Venezuela a que brinde un trato respetuoso al organismo, que cumpla con sus obligaciones internacionales y permita una visita del relator encargado de Venezuela en la Comisión.
Por su parte el, relator de la Comisión para Venezuela, Paulo Sergio Pinheiro, «, pidió al gobierno de Venezuela que retire sus señalamientos, y que se le permita viajar al país. Sostuvo que «acusar a un interlocutor de mala fe no es señal de cooperación»
¨Voy a terminar mi mandato aquí y no voy a visitar Venezuela», dijo. Meléndez.
Saltrón mantuvo la posición de su gobierno y ratificó que no puede presumir la buena fe de la Comisión, a la que acusó de «tergiversar» informaciones sobre el respeto a los derechos humanos en el país y no haberse pronunciado sobre el golpe de estado del 2002.

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