La rendición de Cliver Alcalá, un valioso trofeo para EE.UU.

Cartel de ‘se busca’ del exgeneral venezolano Cliver Alcalá, por quien EE.UU. llegó a ofrecer una recompensa de diez millones de dólares el pasado jueves.

En 1999 se aliaron con guerilleros colombianos para «inundar»de cocaína a los Estados Unidos. Además de enriquecerse, le harían daño al «imperio» con el flagelo de la droga. El jueves Estados Unidos los acusó de narcotráfico. El viernes, uno de ellos decidió entregarse y cooperar con los fiscales.

.

.

La rendición ante Estados Unidos de un general retirado del ejército de Venezuela que esta semana fue acusado junto al presidente en disputa Nicolás Maduro, y una docena de otros funcionarios, bajo cargos de narcotráfico, representa un enorme trofeo para las agencias de inteligencia y de lucha contra el narcotráfico norteamericanas.

El general retirado, Cliver Alcalá, se entregó ayer en Barranquilla a agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y fue transportado en un avión que el viernes por la noche, según diversos medios, aterrizó en Nueva York, donde el militar venezolano servirá como un valioso informante.

Durante años, la DEA y otras agencias estadounidenses venían armando un rompecabezas con el que lograron graficar la trayectoria del llamado Cártel de los Soles, integrado políticos y militares venezolanos y por comandantes disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Pero la entrega de Alcalá provee a los estadounidenses una perspectiva desde la entrañas de dicho cartel, que exportaba cocaína a Estados Unidos a través de Centroamérica y el Caribe, y a Europa y África, pasando por Surinam. Alcalá podrá ayudar a Estados Unidos a rellenar los huecos en el dibujo de las actividades de este cartel narcotraficante.

El viernes no se había informado si a cambio de su cooperación con los fiscales del caso, Alcalá recibiría alguna parte o la totalidad de los 10 millones de dólares que Estados Unidos había ofrecido por información que condujera a su captura.

Alcalá se entregó a agentes estadounidenses en Barranquilla, la ciudad costera donde había estado viviendo desde que en el 2018 huyera de Venezuela tras descubrirse un complot en el que él habría estado involucrado para derrocar a Maduro.

Según la acusación, cuando Alcalá era un hombre de confianza del fallecido líder Hugo Chávez, éste le ordenó coordinar con oficiales corruptos del ejército venezolano, con carteles colombianos y con miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para «inundar Estados Unidos con cocaína». La idea era no sólo enriquecer a los involurados, sino también hacer daño a Estados Unidos con el flagelo de la cocaína.

El Cártel de los Soles

La organización conocida como el Cártel de los Soles se originó alrededor del año 1999, cuando miembros del ejército de Venezuela se aliaron con líderes de las FARC para procesar cocaína en laboratorios cercanos a la frontera con Colombia, en el estado de Apure, explica el encausamiento contra Alcalá y los otros implicados.

Los líderes de las FARC aprovecharon que en esos tiempos se habían creados las “zonas de distención” ya que la guerrilla estaba empezando el proceso de entablar negociaciones de paz con el entonces presidente colombiano, Andrés Pastrana.

Las FARC recibieron armamento de grado militar por parte de los militares venezolanos, a cambio de cocaína. La droga era entonces cargada en aviones que despegaban de pistas clandestinas y que volaban hacia Estados Unidos haciendo escalas en Honduras e islas del Caribe.

Los colombianos conseguían la droga y la vendían al Cártel de los Soles, que se encargaba de introducirla a Estados Unidos. Según el encausamiento, de 28 páginas consultado por la Voz de América, el nombre del Cártel de los Soles surgió de las estrellas doradas que los altos mandos de la Guardia Naional Bolivariana usan en sus uniformes.

Los militares venezolanos eran los jefes operativos de los envíos de droga. Pero los líderes eran el fallecido líder Hugo Chávez, Nicolás Maduro, que en esos tiempos era diputado de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el militar Hugo Carvajal ‘El Pollo’, quien dirigía la unidad de contrainteligencia del Ejército, y el mayor general Cliver Alcalá.

En el año 2004, el Departamento de Estado norteamericano calculaba que unas 250 toneladas de cocaína estaban saliendo de Venezuela hacia los Estados Unidos. El encausamiento indica que para garantizar esos vuelos, el cartel pagaba sobornos, de los que se beneficiaban los mismos Maduro, Cabello, Carvajal y Alcalá a cambio de información sobre los radares aéreos y marítimos de Venezuela.

Para el año 2010, el departamento de Estado ya tenía identificado a Honduras como un lugar de escala para los vuelos de droga provenientes de Venezuela. En ese año 2010, Estados Unidos detectó por lo menos 75 vuelos no autorizados que hacían escalas en pistas clandestinas.

La producción de cocaína del Cártel de los Soles se apoyaba en los laboratorios que las FARC habían montado en territorio venezolano. Un primer laboratorio fue creado en el 2003, cuando al líder de las FARC ‘Jesús Santrich’ se le entregaron 300.000 dólares para que montara el laboratorio en el estado venezolano de Apure.

En el 2005, Chávez, agrega el encausamiento, ordenó a Maduro que gestionara la destitución de los jueces venezolanos que no apoyaran la presencia de las FARC o sus operaciones de narcotráfico en Venezuela. En esos tiempos, Venezuela estaba dando por concluída su cooperación con la DEA.

El poder y negocio de Maduro mejoró en el 2006. En ese año fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores por Chávez. Y ese año, según la acusación federal estadounidense, Maduro recibió cinco millones de dólares, a través de un intermediario, resultado de una operación de lavado de dinero de las FARC provenientes de secuestros y narcotráfico.

La forma en que Maduro lavaría esa plata fue montando una operación de cultivo de palma africana para la producción de aceite, la cual era presentada como un negocio legítimo. Ese mismo Año, el gobierno venezolano anunció que empresarios de Malasia habían acordado invertir en Venezuela en plantaciones de palma africana y en el procesamiento de aceite.

Ese mismo año, el Cartel e los Soles sufrió un golpe que dio a Estados Unidos indicios de la participación de militares venezolanos y guerrilleros colombianos en el negocio del narcotráfico. El Cartel de los Soles despachó un avión del Hangar Presidencial en el aeropuerto de Maiquetía, en Caracas, con una carga de 5,6 toneladas de cocaína. La aeronave aterrizó luego en el aeropuerto de Ciudad del Carmen, en Campeche México. Las autoridades mexicanas incautaron el cargamento.

Pero el negocio seguía creciendo, según la acusación federal. En el 2008, el Cartel de los Soles y la dirigencia de las FARC acordaron que Venezuela entregaría a la guerrilla mayores cantidades de armas y municiones, a cambio de una mayor producción de cocaína. Para ese tiempo, Maduro ejercía como ministro de Relaciones Exteriores. Y en una reunión con los líderes de la guerrilla colombiana abusó de su autoridad para comprometerse a garantizar que la frontera con Colombia permanecería abierta para facilitar el trasiego de drogas de los laboratorios en la zona fronteriza hacia las pistas clandestinas en territorio venezolano.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *