Rommell García, New York
A pesar de las inclemencias del mal tiempo, no decae la multutudinaria ocupación de jóvenes a Wall Street, en el Distrito Financiero de la Ciudad de Nueva York. Esta concentración se ha caracterizado por satirizar y denunciar a los financistas especuladores, los más ricos,las corporaciones y la codicia de los banqueros, Su efervescencia incluso se ha extendido a ciudades importantes a lo largo de los Estados Unidos.
Un tema común que explican los organizadores de la toma al Parque Zuccotti (Occupy Wall Street), en sus convocatorias, especialmente por internet, se refiere a qué se escuchen en alta voz las quejas del 99 por ciento del país y no del 1%, que sigue enriqueciéndose.
Al igual que se vio en la «primavera árabe», actualmente éste grupo de jóvenes se encuentra dando la cara en «el otoño estadounidense» con una gran ofensiva para recuperar el sueño americano. Sin embargo, donde el movimiento falla es en la falta de solidez para presentar sus demandas, pues al principio de las protestas no tenían ninguna. Sólo perseguían causas quijotescas, tales como qué se eliminara el retrato del expresidente Andrew Jackson del billete de 20 dólares por haber sacado de sus tierras a los indígenas que habitaban territorio norteamericano.Sin embargo esa denuncia de que el 99 por ciento de las personas han sido abusadas por el 1% de los super ricos, tiene un sentido explicito.
Es muy importante saber que la estabilidad económica de Estados Unidos en el siglo XX, se definió por el poder adquisitivo de la clase media y que desde comienzos de los años 80, a partir de los mandatos de Ronald Reagan, la política económica y fiscal modificó el camino con otras perspectivas de crecimiento, cuyos atributos se centraron en reducciones impositivas para el sector empresarial y los contribuyentes de ingresos más altos, que son los del tope de la piramide: el 1%., que mencionan los indignados y cuyos ingresos,según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), entre 1979 y 2007,se elevó a un 275%, mientras que el del 60%, de la clase media, quedo por debajo del 40% por casi treinta años. Sin duda alguna, la capa media de la sociedad norteamericana ha sido el motor de la económia, pero por la codicia del sector financiero, ha sufrido una reducción de sus recursos monetarios, y por esa redistribución de la riqueza se encuentra disminuida su capacidad crediticia para su desarrollo.
El sentimiento ante mercado de muchos de los manifestantes que ocupan Wall Street (Ocuppy Wall Street), es erróneo pues los bancos son instituciones invalorables que cuando cumplen sus funciones de mover sus propios recursos y el de sus depositarios: capital, para un buen uso, elevan el nivel de la económia. Por supuesto, también incrementan vertiginosamente sus ganancias. En las épocas buenas asumen los riesgos de sus clientes. Al igual que en tiempos de crisis es el que expone su capital a la vulnerabilidad coyuntural del mercado.
Es indignante que instituciones como el Bank of America pretenta cobrar 5 dólares por el uso de sus cajeros. O que banqueros que fueron rescatados por los contribuyentes, durante el comienzo de la recesión económica del 2008, se sientan acosados por las actuales regulaciones.
Durante el tiempo que han permanecido, en el Parque Zuccotti. han dado muestras de gran impaciencia y coraje, grupos que son cruciales para la reelección del Presidente Barack Obama. Ellos son desempleados, minorias, sindicatos, mujeres e intelectuales,etc. Ya el ambientalista y exfuncionario de la Casa Blanca, Van Jones, sostuvo reuniones en Washington con dirigentes laborales, miembros del Partido Democrata del Congreso y portavoces de los grupos sociales que, bajo el nombre de «America Dream», presionan desde el ala izquierda para que Obama cumpla con algunas de las promesas ofrecidas en su pasada campaña electoral.
Hay suficientes elementos para pensar que los grupos de jóvenes indignados se hayan convertido en una especie de iman para manifestar descontento. Sus objetivos deberían ser políticos y tendrían que centrarse en puntos más concretos, al dar formulas para el auxilio de las hipotecas o los tipos de tributos que asumirán las transaciones financieras. Así como mayores protecciones para los derechos de los trabajadores y progresivas imposiciones de impuestos para los más ricos. Actualmente el país necesita un cambio de énfasis en las políticas públicas para proteger los bancos que fomenten el crédito en diferentes actividades económicas y privadas.
Igualmente se debe ampliar el gasto público para crear más puestos de trabajo. Y, el desarrollo de una fuerte estrategia, a largo plazo para aumentar la industria manufacturera en el país y no en Asia y el resto del mundo.
El pedir legislaciones no es función de éstos jóvenes (quienes deberían estar envueltos en sus actividades profesionales para contribuir al desarrollo del país y su crecimiento personal). esas diligencias son trabajo de los legisladores, cabilderos y lideres nacionales, a quienes los ciudadanos les han dado un voto de confianza para que los representen y luchen por sus reivindicaciones. Es inconcebible que en un país como Estados Unidos, el hombre común salga a protestar en espacios públicos donde no tiene cabida por su falta de legitimidad para llegar a un buen término.
Pero, lo importante de esta iniciativa de los indignados (Occupy Wall Street )es que se ha creado una camisa de fuerza para advertir que Wall Street y los banqueros avaros, no vuelvan a sumergir la nación dentro de una aguda crisis econónica de la cual aun no ha emergido.