Por Mayé Primera
La mayoría de quienes participaron ayer en el plebiscito sobre el estatus político de la Puerto Rico frente a Estados Unidos se manifestaron a favor de que la isla se convierta en el Estado número 51 de la unión, en una estrella más de la bandera estadounidense. Pero la consulta, realizada en medio de las elecciones generales en las que los puertorriqueños eligieron a un nuevo gobernador, a alcaldes y parlamentarios, no tiene carácter vinculante. Ahora queda en manos del Congreso de Estados Unidos decidir si prospera o no la idea de su incorporación.
A la primera pregunta del plebiscito -“¿Está usted de acuerdo con mantener la condición territorial actual?”–, 53,62% de los electores de poco más de 1,2 millones de sufragios válidos respondieron “No”. Y a la segunda pregunta –“Conteste cuál de las siguientes opciones no territoriales usted prefiere: Estadidad, Independencia, Estado Libre Asociado Soberano”– el 62,32% de los puertorriqueños votaron a favor de la estatidad. Dicho de otro modo: a favor de que Puerto Rico deje de ser un Estado Libre Asociado, dependiente de Estados Unidos, y se convierta en el Estado número 51 de la Unión. En tanto, 32,71% eligió la opción de que la isla fuese un Estado Libre Asociado Soberano, y el 5,2%, estuvo de acuerdo con que Puerto Rico fuese una nación completamente independiente.
La de ayer era la consulta que se hacía a la población, desde que Puerto Rico se convirtió en Estado Libre Asociado en 1952, acerca del tema del estatus político. Nunca antes, en los plebiscitos de 1967, 1993 y 1998, se impuso la incorporación a Estados Unidos como opción. El resultado, sin embargo, no implica mayores consecuencias jurídicas.
La última palabra acerca del cambio de estatus de Puerto Rico la tendrá el Congreso de Washington, que deberá ponderar las consecuencias económicas que acarrearía la incorporación de la isla. Las cifras de desempleo y pobreza no ayudan a que se tome en cuenta la opinión de los electores: el paro en la isla se calcula en 13,6% y el ingreso per cápita anual es de 15.203 dólares anuales, que representa menos de la mitad del ingreso en el Estado más pobre de la unión.
A la hora de elegir al nuevo gobernador de la isla, las preferencias de los electores se cruzaron. De acuerdo a los resultados preliminares ofrecidos por la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) en la madrugada de este miércoles (hora de San Juan), el candidato opositor Alejandro García Padilla, abanderado del Partido Popular Democrático (PPD) y partidario de preservar el estatus político actual, lidera los comicios con el 47,70% de los votos.
Mientras, el gobernador y candidato a la reelección por el Partido Nuevo Progresista (PNP), partidario de la estatidad, Luis Fortuño, habría obtenido el 47,18% de los escrutinios. De momento, el gobernador Fortuño no ha aceptado la derrota de la que hablan los primeros conteos y ha dicho a medios locales que esperará que se cuente hasta el último voto, con la confianza puesta en que logrará la reelección.