-Estatua de Don Pelayo. Imagen dreamstime.com
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Anàlisis Libre
El discurso pronunciado en Madrid por la Presidenta de la Comunidad, Dª Isabel Diaz Ayuso, el 18 de abril pasado con motivo de haberle sido otorgada la Medalla conmemorativa de los 1300 años de la Batalla de Covadonga por parte del Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias, de una densidad histórica y política extraordinaria, está llamada a convertirse la pieza oratoria de mayor entidad dentro del inmenso océano político, comunicacional y literario donde se debate en España sobre las particularidades de nuestro pasado, presente y porvenir.
La forma como abordó un hecho de singular importancia en la historia política de este país, para convertirlo en hilo conductor de nuestro devenir y razón última de nuestro destino fue realmente admirable. Hizo de él no sólo vehículo de una narrativa heroica sino que lo convirtió en instrumento filosófico de la que es su bandera de lucha: La Libertad!
Desde luego, la lucha de siete siglos por la Reconquista y la construcción del Nuevo Mundo, son dos epopeyas singulares que hacen de España una nación única y diferente, y eso parece que se ha olvidado en nuestras escuelas, institutos y universidades, ante lo cual Ayuso se rebela por entender que forma parte de una estrategia para vaciar de contenido nuestra memoria histórica.
Además, lo convirtió en el perfecto trampolín para poner sobre la mesa otros grandes logros alcanzados por la Hispanidad, que parecieran dejarse de lado por quienes hoy pugnan por el desmembramiento de un pueblo noble y creador, dicho todo con sencillez y sin presunción alguna.
De nuevo, una Isabel se asoma a la historia de este gran país.
William Cárdenas Rubio, Madrid