[box_dark]Este león no es Cecil, pero como éste tenía una voluminosa melena oscura.[/box_dark]
Se trata de un hecho que ha conmocionado a los grupos de protección de animales de África y de varias partes del mundo.
Un cazador supuestamente de nacionalidad española mató al león Cecil, quien por más de una década fue la atracción del principal parque de Zimbabue, Hwange.
«Nosotros lo encontraremos. Tenemos el nombre, pero no puedo mencionarlo hasta que se confirme que fue él quien cometió el crimen. Debe ser procesado por lo que hizo», le dijo a BBC Mundo Jonnhy Rodrigues, presidente de Fuerza de Conservación de Zimbabue (ZCTF, por sus siglas en inglés: Zimbabwe Conservation Task Force).
Y es que, de acuerdo con Rodrigues, el cazador que mató al león de 13 años no sólo acabó con el líder de una manada conformada por tres hembras y sus descendientes.
«No sólo perdimos a Cecil, también a la mitad de su familia porque su descendencia no sobrevivirá la llegada de un nuevo macho. El próximo macho matará a unos 12 cachorros», asegura Rodrigues.
En su artículo «La muerte del león más amado de Zimbabue inicia un debate sobre la caza deportiva» (Death of Zimbabwe’s Best-Loved Lion Ignites Debate on Sport Hunting), publicado en la revista National Geographic, Adam Cruise, explica que los machos leones generalmente matan a los hijos de los líderes muertos o «derrocados» para procrear con las hembras que heredan.
Según Rodrigues, «el cazador español», quien se encontraba con dos acompañantes, logró sacar al león del parque atrayéndolo con una carnada, un animal muerto.
Una vez fuera de Hwange, lo hirió con una flecha. Pero no murió inmediatamente.
«Les tomó dos días encontrarlo y matarlo. Agarraron la cabeza y trataron de destruir el collar que llevaba, que es muy costoso y que tiene GPS», indicó el presidente de ZCTF.
Lo degollaron y le quitaron la piel.
Científicos de la Universidad de Oxford le habían colocado a Cecil el collar como parte de un estudio, que comenzó en 1999, sobre la población de leones en esa área.
Investigación
El pasado 13 de julio, la Asociación de Cazadores y Guías Profesionales de Zimbabue (ZPHGA, por sus siglas en inglés: Zimbabwe Professional Hunters and Guides Association) emitió un comunicado en el que confirmaba la muerte del animal en un terreno privado en un safari y aseguraba que hay una investigación en marcha.
El 23 de julio, esa organización confirmó que expulsó «de manera indefinida» al cazador profesional que estaba a cargo del safari del cual formó parte la persona que mató a Cecil.
«El cazador profesional y la compañía para la cual trabaja han colaborado en la investigación. ZPHGA reitera que no tolerará la caza ilegal o cualquier práctica que no sea ética por parte de sus miembros y personal», señaló la organización.
De acuerdo con Rodrigues, dos personas de nacionalidad zimbabuense han sido detenidas y se prevé que sean llevadas ante un tribunal en Zimbabue el 6 de agosto.
Rodrigues indicó que tiene información de que el cazador le pagó al operador del safari unos US$46.000 para poder dispararle al león.
Una fuente que Cruise cita en su artículo y que prefiere mantenerse anónima señaló que «grandes felinos podrían ser atraídos usando carnadas como señuelo para que salgan de las áreas protegidas contra la caza y entren en áreas donde sí hay concesiones. Eso me muestra el nivel de desesperación de los operadores de caza».
Pero para muchos, el lugar donde Cecil murió no debería hacer ninguna diferencia a la hora de condenar el hecho.
«Me opongo firme y vehementemente a la legalización y a la práctica de la caza de leones en cualquier zona. Personalmente animaré a Parques Nacionales de Zimbabue y a funcionarios del gobierno a que se comprometan con detener la matanza de leones de forma inmediata», escribió en un comunicado, Beks Ndlovu, CEO de Grupo de Campamentos y Bosques (African Bush Camps).
Justicia
El presidente de ZCTF insiste en conversación con BBC Mundo: «Lo que hicieron fue ilegal. Queremos que la justicia siga su curso».
«Los demás cazadores que vienen deben entender que no se pueden salir con la suya. Deben ser procesados judicialmente por lo que hacen», añadió.
«Hay muchas organizaciones que están muy molestas por lo que pasó. Cecil era muy conocido en todo el mundo. Muchos de los turistas venían a ver este animal y a su familia. Es muy malo lo que pasó», señaló Rodrigues.
Sin duda la repercusión de la muerte de Cecil se puede apreciar en el mundo de las organizaciones defensoras de los animales.
Desde España, Luis Muñoz, director de la organización sin ánimo de lucro Chelui4lions, que promueve la conservación de los leones, le cuenta a BBC Mundo que ha estado en contacto con varias organizaciones en África que han confirmado que el cazador es un ciudadano español.
«Se conoce cuál fue la agencia que organizó la expedición», indicó.
Para Muñoz este caso es clave porque ilustra «el problema de la caza descontrolada en África».
No tiene certeza de lo que pasará con el supuesto cazador español, pero la muerte de Cecil le está abriendo los ojos al mundo sobre lo que sucede en África.