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Fernando Conde
Análisis Libre
El presidente Joe Biden ha hecho en pocos meses lo que NO hizo el inepto Donald Trump: traer de regreso a sus hogares en Estados Unidos a compatriotas estadounidenses que estaban en condición de rehenes por los regímenes de Vladimir Putin y Nicolás Maduro, desde Rusia y Venezuela, respectivamente.
Gracias a las gestiones de Biden y su equipo, se consiguió la liberación de diez estadounidenses y cinco británicos a cambio de un detenido y un político ruso, además de los dos sobrinos de Cilia Flores, la mujer de Maduro, quienes cumplían condena por narcotráfico. Además, Biden ayudó a la liberación de 215 ucranianos, incluidas tres mujeres embarazadas, a cambio de 55 soldados rusos del contigente militar asesino de Putin.
Ahora bien, quiero dar mi opinión sobre las críticas del Senador republicano de la Florida, Marco Rubio, por la liberación de los narcosobrinos Flores. El señor Rubio es una vergüenza. Desde siempre, incluso durante la II Guerra Mundial, el intercambio de rehenes o prisioneros entre países enemigos ha sido algo común y parte de la diplomacia. Recuerdo el caso de uno de los dos espías que informó a Estados Unidos de los misiles que puso Rusia en Cuba, lo cual generó una crisis entre el 14 y el 28 de octubre de 1962, que estuvo a punto de convertirse en la Tercera Guerra Mundial.
De los siete rehenes estadounidenses en Venezuela, uno de ellos estaba en riesgo vital por razones de salud, y los familiares pidieron reiteradamente a Biden que hiciera lo posible de traerlos a Estados Unidos. Las hijas lloraban a las afueras de la Casa Blanca en medio de un clamor desgarrador por la libertad de sus padres o esposas. En las últimas semanas, ellas una y otra vez denunciaron el maltrato que sufrían los estadounidenses en la prisión de Venezuela.
Hace poco se reunieron con Biden en la Casa Blanca y el presidente se comprometió en traerlos a casa. El procedimiento NO se saltó la Independencia de poderes que hay en Estados Unidos, la prioridad tanto para el poder ejecutivo como el judicial es la vida, la seguridad y el bienestar de los estadounidenses, por eso ambos aprueban la liberación.
El próximo objetivo es la libertad de la jugadora de baloncesto Brittney Griner. El desconocimiento de la realidad o por su mentalidad de secta trumpista incrustada en su manipulado cerebro, nuchos venezolanos se han tragado una vez más el cuento de los mismos republicanos que apuestan al caos para retomar el poder en Estados Unidos. Ellos deben tener claro algunas cosas: primero, si Biden no hubiera hecho el canje con el régimen de Maduro y muere uno de esos rehenes estadounidenses, en este momento el caradura Rubio y otros republicanos hubieran criticado a punta de gritos e improperios al presidente Biden.
Lo insólito es que Rubio y el Senador Rick Scott votaron en contra de fondos para redoblar la ayuda a los floridanos tras el paso del huracán Ian, que ha dejado 102 muertos y una estela de destrucción. Eso sí es un cínismo.
Ahora, pregunto a los llamados «magazolanos» adoradores de Trump: ¿por qué no le piden a Trump que hable con su amado Putin, para que deje de sostener al régimen de Maduro? ¿Por qué no hicieron eso antes?
Esos venezolanos que están criticando a Biden por liberar a siete estadounidenses en Venezuela, ¿cuándo fue la última vez que escribieron en su Facebook una nota por la liberación de su país? ¿Cuándo fue la última vez que tomaron una acción para tal fin? Si entre esos siete liberados por Biden de las garras de Maduro estuviera una hija tuya, ¿estarías criticando al presidente de Estados Unidos?
Por otra parte, los sobrinos de Cilia Flores en la cárcel nunca serán un factor para liberar a Venezuela de la dictadura chavista. El principal factor son los propios venezolanos con sus deseos de ser libres. ¿Te quedó claro?