- Holly Honderich
- Role,BBC News
Si Ucrania pierde la guerra con Rusia habrá una «Tercera Guerra Mundial», le dijo a la BBC el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, que instó al Congreso de Estados Unidos a aprobar un paquete de ayuda estancado desde hace meses en esa instancia.
Shmyhal expresó un «cauteloso optimismo» respecto a la posible aprobación por parte de los legisladores estadounidenses del muy disputado proyecto de ley sobre ayuda exterior, que tiene US$61.000 millones destinados a Kyiv.
La propuesta, que se vota en la Cámara de Representantes de EE.UU. el sábado, incluye también financiación tanto para Israel como para el Indo-Pacífico.
En declaraciones a la BBC en Washington el miércoles, el primer ministro Shmyhal dijo sobre la asistencia de seguridad estadounidense: «Necesitamos este dinero para ayer, no para mañana ni para hoy».
«Si no la protegemos… Ucrania caerá», añadió. «Y el sistema global de seguridad será destruido… y todo el mundo necesitará encontrar… un nuevo sistema de seguridad.
«O habrá muchos conflictos, muchos tipos de guerras de ese estilo, y al fin y al cabo, esto podría conducir a la Tercera Guerra Mundial».
Esta no es la primera vez que Ucrania emite una advertencia tan alarmante sobre las consecuencias de su posible derrota.
El año pasado, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo que si Rusia gana el conflicto, podría invadir Polonia, desencadenando la Tercera Guerra Mundial.
Pero los funcionarios del Kremlin han ridiculizado tales afirmaciones calificándolas de alarmismo occidental.
El mes pasado, el presidente ruso, Vladimir Putin, desestimó como «una completa tontería» las sugerencias de que Rusia algún día podría atacar a Europa del Este.
Rusia nunca ha atacado a un país dentro de la OTAN, entre los que se incluye Polonia. El pacto de defensa colectiva de la OTAN significa que un ataque a un miembro constituye un ataque a todos.
En la entrevista del miércoles, se le preguntó a Shmyhal sobre una afirmación reciente del presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara baja de EE.UU., el republicano Michael McCaul, que sugirió que miembros de su propio partido estaban siendo «infectados» por la propaganda rusa.
Shmyhal dijo: «Debemos entender que la desinformación y la propaganda están influyendo aquí en Estados Unidos sobre muchas personas y en la Unión Europea sobre muchas personas, igual que en Ucrania».
Oposición de la derecha
La oposición del ala de derecha del Partido Republicano ha bloqueado durante meses otro paquete de ayuda económica a Ucrania.
Algunos de esos legisladores se oponen al envío de decenas de miles de millones de dólares en ayuda al exterior si no se aprueban primero los fondos para la seguridad fronteriza entre Estados Unidos y México.
Estos conservadores también descartaron como difamatoria cualquier sugerencia de que están siendo embaucados por el Kremlin.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo en un comunicado el miércoles que promulgaría el paquete inmediatamente una vez aprobado por el Congreso «para enviar un mensaje al mundo: apoyamos a nuestros amigos».
Ucrania depende de manera crítica del suministro de armas de Estados Unidos y Occidente para seguir luchando contra Rusia, que tiene abundancia de municiones de artillería.
Los meses de estancamiento en el Congreso ya están teniendo profundos efectos en el campo de batalla.
Ucrania se ha visto superada en personal y armas y obligada a retirarse debido al racionamiento de municiones y la caída de la moral.
En febrero, se retiró de Avdiivka, una ciudad cerca de la ocupada Donetsk que había controlado desde que comenzó el conflicto en 2014.
Oleksandr Tarnavskyi, un general que supervisó la retirada, citó una ventaja de 10 a uno de sus enemigos en municiones de artillería y dijo que retirarse después de meses de combates era «la única solución correcta».
El presidente Zelensky atribuyó el hecho a un «déficit artificial de armas» e hizo llamamientos urgentes para obtener más ayuda militar para evitar una situación «catastrófica».
La pérdida de Avdiivka fue la más grave para Ucrania desde que sus tropas se retiraron de Bajmut en mayo de 2023.
Ambas se produjeron después de meses de guerra de desgaste en los que las fuerzas rusas arrasaron edificios con artillería masiva y enviaron oleadas de tropas al frente.
El general Richard Barrons, excomandante del Comando de Fuerzas Conjuntas de Reino Unido, declaró recientemente que teme que Ucrania se aboque a la derrota este año a menos de que se le den las armas y municiones que necesita para asegurar sus filas.
«Estamos viendo a Rusia arrasar en la línea del frente, empleando una ventaja de cinco a uno en artillería, municiones y un excedente de personal», dijo.
«Ucrania podría llegar a sentir que no puede ganar. Y cuando llegue a ese punto, ¿por qué la gente querrá luchar y morir?».
Ambos bandos han sufrido grandes pérdidas en las batallas, pero las crecientes bajas han dejado a Ucrania con escasez de efectivos, a diferencia de Rusia.
A principios de este mes, el gobierno ucraniano redujo la edad de reclutamiento de 27 a 25 años en un esfuerzo por reclutar cientos de miles de nuevos efectivos.
El presidente Zelensky ha dicho que 31.000 soldados ucranianos han muerto desde 2022. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses creen que al menos 70.000 han muerto y muchos más están heridos.
Una investigación de la BBC calcula que al menos 50.000 soldados rusos han muerto. Se cree que decenas de miles han resultado heridos.
Rusia ha transformado su base industrial en una economía de tiempos de guerra: gasta el 40% de su presupuesto nacional en armamentos mientras firma acuerdos con Irán y Corea del Norte para municiones, misiles y drones.