Un obrero indocumentado de origen centroamericano ganó un millón de dólares en la lotería de Maryland, Estados Unidos, pero por temor a no poder hacerlo efectivo por sus limitaciones con el inglés y no saber leer ni escribir, aceptó la ayuda de una empleada de la empresa donde labora, y ésta lo cobró a su nombre, dando origen a una demanda judicial en una Corte .
Ramón Bentura Ortiz nació en Guatemala y desde hace doce años se encuentra en Estados Unidos donde trabaja colocando techos en construcción. Con la ilusión de obtener por vía del azar recursos para salir de la pobreza, acostumbra jugar el popular “raspadito” o “scratch off” de la lotería de Maryland, con lo cual ha sido favorecido en más de dos oportunidades, una de ellas cuando ganó 30.000 dólares, y en otra mil dólares.
La suerte volvió a acompañarlo, esta vez con el premio mayor, de un millón de dólares, que trató de hacer efectivo en el mismo establecimiento donde adquirió el boleto, una tienda Seven Eleven. Por lo cuantioso del monto fue informado que solo podría hacerlo efectivo en la taquilla principal de la Loteria del estado de Maryland.
Bentura Ortiz se encontró ante la incertidumbre para hacer efectivo el millón de dólares, temeroso por su situación migratoria, el no saber inglés ni saber leer ni escribir. Por algún tiempo se mantuvo buscando una solución hasta que su esposa, Irma Blanca Estrada, también guatemalteca, le sugirió que confiaran en la persona encargada de elaborar los cheques de pago en la contratista para la cual trabaja, Rosa López, de origen mexicano, quien domina el inglés y está casada con un estadounidense.
“No sabíamos a quien darle el tiket para cobrar el millón de dólares”, dice Ortiz, «y confiamos en ella».
Ortiz y López acordaron acudir juntos a las taquillas de la lotería de Maryland, pero una vez adentro Rosa López le solicitó al ganador del millón de dólares, Ramón Bentura Ortiz, que esperara sentado mientras ella diligenciaba en la taquilla. Luego le informó que el cheque saldría a nombre de él y le sería enviado a su residencia, por el monto establecido una vez que la Lotería dedujera los impuestos aplicables a juegos de azar.
Al ver que el cheque de la Lotería no llegaba y que Rosa López trataba dse convencerlo de que continuara esperando, Ramón Bentura Ortiz entró en sospechas y decidió buscar asesoría legal, la cual encontró que se un presunto acto de fraude o estafa, ante lo cual se iniciaron las investigaciones.
El caso llegó a una corte del estado de Maryland, donde ahora se lleva a cabo un proceso judicial contra Rosa López por fraude y engaño, sin descartar la posibilidad de que pueda también enfrentar acciones penales.
Ramón Bentura Ortiz tiene 4 hijos, quienes viven en Guatemala por dificultades para entrar a Estados Unidos y estar con sus padres.
“Mi vida ha sido trabajar, al igual que mi esposa, y juntos hemos tratado de salir de abajo para darle educación y felicidad a nuestros hijos” dice “y con frecuencia compro los cartoncitos de raspadito de la Lotería de Maryland, buscando a ver si la suerte nos acompaña. He sido afortunado porque con anterioridad había ganado pequeños montos, uno de 1000 y otro de 30.000, y ahora, cuando vimos que finalmente salíamos de abajo, estanos en esta situación por haber confiado en una persona que consideramos de confianza por ser compañera de trabajo, conocedora de nuestra situación y limitaciones con el idioma. Ella es la secretaria que elabora los cheques del contratista, es mexicana y sabe inglés. Mi mujer ni yo sabemos escribir, ni siquiera poner nuestros nombres. Lo que sabenmos es trabajar y ser honrados”.
Me gusta ganar dinero porque es un suerte.