Venezuela: Cadena de mando. Se acaba la impunidad

Karim A.A. Khan , Fiscal de la Corte Penal Internacional, Nicolas Maduro, jefe de la cadena de mando en Venezuela (Foto CPI)

-En Venezuela los crímenes de Lesa Humanidad han sido consecuencia de una política de Estado planificada, ordenada y dirigida por los más altos cargos civiles y militares del chavismo/madurismo.

William Cárdenas Rubio
Análisis Libre Internacional
Madrid

En pocas horas, a partir del 1º de marzo de 2024, los venezolanos alcanzaremos algo que parecía imposible:

Se pondrá en marcha una jurisdicción imparcial e independiente para investigar, juzgar, castigar y reparar, los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en Venezuela en los últimos años.

La condición necesaria prevista en el artículo 7.1 del Estatuto de Roma de que estos crímenes de Lesa Humanidad se cometen “como parte de un ataque sistemático o generalizado contra la población civil y con conocimiento de dicho ataque”, impone que los mismos hayan sido organizados y ejecutados por quienes tienen capacidad de producir un ataque de esta naturaleza. Generalmente sus autores son altos funcionarios, altos mandos de las fuerzas armadas u organizaciones criminales.

En Venezuela estos crímenes han sido consecuencia de una política de Estado planificada, ordenada y dirigida por los más altos cargos civiles y militares del chavismo/madurismo, y se han materializado mediante múltiples ataques, sistemáticos y generalizados, contra una parte de la población civil, perfectamente identificada como oposición política, y por razones políticas, con el fin último de mantener el poder.

En tal razón, los altos funcionarios del Estado, civiles y militares, que planificaron, ordenaron y ejecutaron estos ataques, por primera vez en 25 años, verán comprometida su responsabilidad, tanto por acción como por omisión, en la comisión de dichos crímenes, como autores mediatos, ejecutores, colaboradores,  cómplices  o encubridores, ante magistrados imparciales e independientes.

Pero no se trata de que se activará cualquier jurisdicción. Estamos ante la activación de la más importante jurisdicción penal universal, la Corte Penal Internacional (CPI), en la que han depositado su confianza más de 124 países de la Comunidad Internacional. En ello radica una parte muy importante del proceso que comienza.

La CPI se va a ocupar de la responsabilidad penal individual de los altos jerarcas del régimen, lo que equivale a decir que se les acabó la impunidad con la que han actuado en los últimos tiempos, y siguen actuando hasta ahora.

Son estos funcionarios, civiles y militares, los que de acuerdo a sus conductas criminales podrán ser señalados personalmente, con nombres y apellidos, incluido el Presidente de la República, por el Fiscal Sr. Karim Khan, cuando les formule los cargos por los cuales les acusa y pida a la Corte ordene su comparecencia, y en su defecto, las órdenes de captura correspondientes, que serán libradas a los 124 países que integran la CPI.

El miedo se extiende por el país, desde el Palacio de Miraflores, pasando por Fuerte Tiuna y recorre las sedes de los organismos de vigilancia e inteligencia policial y militar, las policías políticas, los cuarteles, las fiscalías y tribunales, el Congreso, los ministerios y algún partido político.

El pueblo venezolano que será testigo de excepción de un hecho único e histórico,  está llamado a apoyar y acompañar la actuación del Fiscal Karim Khan, al igual que los organismos e instituciones que aún resisten, ya que con ello estarán respalando a las víctimas y sus familiares.

No se trata de generar falsas expectativas, se trata de llevar adelante un proceso ejemplar, para que nunca más nos vuelva a ocurrir una tragedia como la que hemos vivido, castigando a quienes la planificaron y ejecutaron desde las más altas esferas de los poderes públicos.

A los jerarcas que no sean alcanzados por la justicia universal y a los perpetradores materiales de estos crímenes, que no prescriben, los juzgaremos en Venezuela, cuando hayamos recuperado la normalidad, en una jurisdicción especial creada al efecto, para lo cual modificaremos la Constitución.

Es el momento de dejar actuar libremente, sin ningún tipo de interferencias, a la justicia que tanto tiempo hemos esperado, a la que apoyaremos y acompañaremos aportando todos los medios de pruebas, documentales, testimoniales, peritales, video gráficas, etc.  que estén a nuestro alcance, para respaldar las acusaciones del Fiscal.

Pero también es el tiempo de la prudencia y la confianza en el trabajo de los magistrados, conteniendo nuestros impulsos y opiniones, para que todo discurra de manera firme, pero serena, no se trata de venganza, se trata de justicia, como única  forma de restablecer con una lección histórica, nuestra paz social.

El mundo entero, nuestra región y los actores internacionales pondrán sus ojos sobre nosotros. No será fácil, ni inmediato. Pero al final, brillará la justicia por la que tanto hemos luchado.