WASHINGTON D.C. – El nominado del presidente electo Joe Biden para Secretario de Estado, Antony Blinken, dijo el martes en una audiencia en el Senado que el gobierno entrante no planea dejar de reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela ni a la Asamblea Nacional como la «única institución elegida democráticamente».
Preguntado por un senador si está de acuerdo con la decisión de reconocer al líder opositor como legítimo mandatario del país, Blinken respondió que está “muy de acuerdo” con algunos de los pasos tomados por el gobierno del presidente Donald Trump hacia Venezuela. Específicamente, el diplomático dijo concordar con el aumento de “la presión hacia el régimen, liderado por un dictador brutal: Nicolás Maduro”.
Blinken, exdiplomático que sirvió durante el gobierno de Barack Obama, testificó hoy frente al Comité de Relaciones Exteriores del Senado, dando inicio al proceso de confirmación por el que debe pasar en el legislativo.
Necesitamos una política efectiva que restaure la democracia en Venezuela”
Antony Blinken, nominado a secretario de Estado
El elegido de Biden para dirigir la política exterior señaló, sin embargo, que “con todos los esfuerzos” que EE.UU. ha hecho para presionar la salida de Maduro del poder “obviamente” no se ha obtenido el resultado deseado por el gobierno estadounidense.
“Necesitamos una política efectiva que restaure la democracia en Venezuela” aseguró y señaló que una de las medidas que podrían revisarse son las sanciones, en concreto cómo pueden apuntarse «más eficazmente”, al igual que fortalecer los lazos con países aliados.
El gobierno Trump fortaleció la política hacia Venezuela, enfocado en presionar al gobierno de Maduro con fuertes sanciones -en especial al sector petrolero- y en aislarlo diplomáticamente. Sin embargo, más de dos años después de que Guaidó se autoproclamara presidente interino, Maduro sigue estando en el poder.
Permanecer en México, acuerdos migratorios
Ante las preguntas del senador republicano Lindsey Graham sobre la política del Protocolo de Protección para Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés) —conocida como Permanecer en México—, que prohíbe a los solicitantes de asilo esperar en territorio estadounidense a que se resuelvan sus casos, Blinken mostró sus desacuerdos.
La política en la frontera ha sido apoyada también por tratados con países centroamericanos, para forzar a los migrantes a solicitar asilo en otras naciones y fortalecer su seguridad fronteriza.
“Tengo problemas con ese programa; necesitamos asegurarnos de que estamos abordando lo que hacemos con los que vienen buscando asilo, protección, en línea con las mejores tradiciones que este país ha mostrado de generación en generación”, dijo el diplomático.
Blinken recalcó que parte de esa “tradición” es permitir que las personas que buscan asilo lo puedan hacer y obtengan respuestas expeditamente”.