ConocoPhilips persigue a PDVSA Chavista por todo el planeta

PDVSA Chavista le debe a ConocoPhilips unos $2100 millones que no le puede ni le quiere pagar. Pronto le deberá mucho más, una cifra que podría subir a $6000 millones cuando se pronuncie el CIADI, Institución líder a nivel mundial dedicada al arreglo de diferencias relativas a inversiones internacionales, perteneciente al Banco Mundial.

 

Gustavo Coronel

No es solo ConocoPhilips el único acreedor de PDVSA. Los tenedores de bono se están organizando para demandar a la empresa venezolana por cesación de pagos. Cristallex está buscando que se le paguen los $2000 millones de deuda que el arbitraje ya le otorgó. Gold Reserves, la empresa minera, ha dejado de percibir los pequeños pagos que le hacía PDVSA y está ahora en plan agresivo. China acaba de negarse a extenderle a PDVSA el plazo de gracia para el pago de su deuda, la cual monta a unos $20.000 millones. Contratistas como Schlumberger y Halliburton tienen facturas por cobrar con PDVSA que montan más de mil millones de dólares. Las empresas rusas y el gobierno de Putin están como buitres, con facturas en la mano, dándole cuerda a Maduro para que se termine de bajar los calzones con ellos, los cuales ya andan por los tobillos.

La actividad de ConocoPhilips ha obligado a PDVSA a esconderse, como se esconden las víboras en su cueva. Los tanqueros de la empresa se han refugiado en puertos venezolanos, sin atreverse a salir de allí, so pena de que…. zúas, los agarren. Esta indignidad nos recuerda a Balzac, quien tenía que huir de su casa disfrazado de mujer para no ser capturado por sus numerosos acreedores. Así como Balzac tenía talento de escritor, PDVSA tenía petróleo, pero ninguno de los dos supo administrar sus activos con sensatez.

Mientras los acreedores de PDVSA comienzan a perseguir a los activos de la empresa por todo el mundo, espectáculo grotesco que hunde el prestigio de Venezuela en un pantano maloliente, el ministro de Petróleo  y presidente de la empresa, general de la Guardia Nacional, Manuel Quevedo, gorila represor de ciudadanos indefensos y zar del programa de viviendas que es un nido de corrupción, ha tomado el pleno control de lo que queda de la empresa para seguirla explotando, exprimiendo, hasta que el último que salga apague la luz. A través de empresas militares como CAMIMPEG y de militares activos insertados en la obesa estructura burocrática de la empresa, Quevedo sigue en su programa de destrucción de la industria petrolera nacional.  Su plan es manejar esa industria petrolera con militares y obreros afines al chavismo, una número grupo de ignorantes, incompetentes, cuando no ladrones impúdicos. Para llevar esto a cabo tienen una excusa que tiene aspectos verídicos. Se trata de “limpiar” la PDVSA de Ramírez y de del Pino, una campaña muy selectiva destinada a acusar a unos ladrones que eran realmente ladrones para favorecer a grupos nuevos de crasa incompetencia y muy dudosa honestidad. Se trata, realmente, del desplazamiento de una mafia para dejar entrar a otra mafia.

Es necesario investigar los nuevos desafueros de PDVSA. ¿Que ha sucedido con los contratos firmados por CAMIMPEG para perforar pozos en la Faja del Orinoco? ¿Qué ha sucedido con el contrato dado a Horizontal Drilllers, una empresita de Oklahoma para perforar centenares de pozos en la Faja del Orinoco, sin tener solvencia financiera? ¿Qué sucede con la producción en galopante deterioro? ¿Qué es lo que pasa con los miles de empleados que se están retirando de la empresa? ¿Es que solo están quedando los reposeros?

Mientras tanto se desintegra PDVSA y solo quedan sus excrementos, los soldaditos de la Fuerza Armada se fugan a Colombia, los servicios públicos colapsan, Maduro juega a ser presidente y Falcón juega a ser candidato, todo un zoológico político escenificando una zarzuela de mal gusto ante los ojos del mundo.

El país debe reaccionar y limpiar los establos del chavismo, rebosantes de una podredumbre que amenaza ahogar a todo el país.

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