¿Elecciones libres y justas en medio de la persecución sistemática en contra de los opositores como crimen de lesa humanidad?

Victor Rodriguez Cedeno
Análisis Libre

El régimen muestra su desespero ante la realidad política que como nunca ants le es adversa hoy. Las detenciones arbitrarias, las desapariciones forzadas, las ejecuciones forzadas y la tortura y otros tratos inhumanos y degradantes están en la agenda dela dictadura, lo que debe preocupar no solo a los venezolanos que dentro y fuera sufrimos estos ataques, si no a la comunidad internacional que en definitiva, debe jugar un papel importante en la solución de esta tragedia.

Es cierto, como lo hemos dicho siempre, que es a nosotros los venezolanos a quienes corresponde resolver la crisis, pero se requiere, sin duda, el apoyo de la comunidad internacional, entendida ella como gobiernos e instituciones que comparten los ideales de democracia y libertad.

El objetivo es atemorizar a los opositores para que se produzca su desaliento. Infundir el miedo sobre los activistas y sus familias, como el caso más reciente de Rocío San Miguel, detenida arbitrariamente/desaparecida con su familia, por delitos inventados, creados por los mismos cuerpos de seguridad, el brazo ejecutor de las políticas maquiavélicas del fiscal de la dictadura y del terror, Tarek William Saab quien sin duda forma parte del cuerpo que comete crímenes de lesa humanidad, hoy en consideración por la Corte Penal Internacional.

El régimen busca por todos los medios debilitar la candidatura de María Corina Machado, escogida por la oposición, en octubre del año pasado en primarias que marcaron la pauta y el ritmo en la lucha contra la dictadura, lo que por supuesto es preocupación de gobiernos, parlamentos y organizaciones que se han pronunciado de manera clara en apoyo a las elecciones libre y justas, lo que significa el apoyo a un proceso transparente mediante el cual todos los venezolanos, sin discriminación alguna, puedan postularse, expresarse y escoger al nuevo presidente de la República, lo que supone el reconocimiento y la aceptación de los candidatos que los mismos decidan y no aquellos que en juego colaboracionista participen como farsantes del plan de la dictadura. Intenta copiar el régimen el nefasto ejemplo de la dupla Ortega-Murillo: una elección pret-a-porter.

En pocas palabras, como se ha dicho, la comunidad exige un proceso en el que todos los venezolanos, los que están en el país y los que se han visto obligados a emigrar, puedan votar, para lo cual debe actualizarse el registro electoral y brindar todas las facilidades para que millones de electores puedan hacerlo libremente. Pero, además, la comunidad internacional ha sido clara al precisar que el régimen debe aceptar todas las candidaturas que los venezolanos decidan y no obstaculizar el proceso mediante vetos ilegales que todos dentro y fuera sabemos que no tienen fundamento alguno y que han sido manipulados descaradamente por razones políticas por el Tribunal Supremo de Justicia, cuya parcialidad y dependencia de Miraflores y del partido oficialista es evidente.

La democracia es el único sistema en el que se pueden ejercer y disfrutar todos los derechos humanos. La comunidad internacional exige que se respeten los principios y valores democráticos, el Estado de derecho y las libertades, para que los ciudadanos puedan progresar dignamente.

La preocupación de la comunidad internacional, como lo hemos dicho siempre, lejos de ser un acto de injerencia en los asuntos internos de un país, como lo presentan de manera distorsionada los agentes de las dictaduras, es un acto de solidaridad con los pueblos oprimidos como el de Venezuela hoy, que finalmente parece haber encontrado el camino hacia la libertad.

Los gobiernos forajidos que pretendan aniquilar a sus pueblos, eternizarse en el poder y enriquecerse con prácticas corruptas y delictivas deben ser sancionados, tal como lo han anunciado en relación con la dictadura de Maduro, que insiste en impedir el paso hacia la democracia y la estabilidad que muchos de sus partidarios también desean hacia una transición pacífica y ordenada que permita la reconstrucción integral e inclusiva del país.

Las sanciones no son ilegales ni ilegítimas, como lo pretenden las dictaduras que oprimen a sus pueblos. Por el contrario, son medidas que buscan contribuir con el reconocimiento pleno de los derechos humanos en los países sumergidos en crisis, como Venezuela desde hace un cuarto de siglo.

La persecución como crímenes de lesa humanidad es una constante y mientras ello siga, la comunidad internacional debe seguir atenta a nuestra realidad. No solo un proceso electoral justo, si no la libertad plena e incondicional de quienes como Rocío San Miguel y más de 350 civiles y militares depositados en las cárceles de la dictadura, sufren las torturas y los tratos inhumanos, de parte de los órganos de seguridad controlados por los agentes cubanos en clara entrega de nuestra soberanía y dignidad.

2 comentarios en “¿Elecciones libres y justas en medio de la persecución sistemática en contra de los opositores como crimen de lesa humanidad?

  1. Con todo lo doloroso que es, este episodio es más de lo mismo y es más de lo mismo combatirlo con las mismas protestas de siempre. Al final, poco a poco, se desinflan o gastan. La oposición no es solo con marchas ni con más violencia ni discursos bonitos. Eso es hacerle el juego al gobierno y a los militares traidores. Si, hay soluciones alternas, que no son ni violentas ni más de lo mismo. Esa solución no se llama más violencia ni más de lo mismo, como se dijo, sino CREATIVIDAD. Tu la tienes pero si crees que no, entonces seguimos en la pre-historia. Si buscas bien, la encontrarás, muy seguramente dentro de ti mismo. La fe mueve montañas: ¡CREE EN TI!

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