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VOA / Análisis Libre
Fiscales federales del distrito sur de Nueva York señalaron el miércoles al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, como un conspirador que trabajó con su hermano ‘Tony Hernández y el expresidente Porfirio Lobo en el “uso del narcotráfico para afirmarse en el poder y ejercer el control” en su país.
Un despacho de la agencia AP indica que el documento, de 49 páginas, explica que ambos políticos “se apoyaron en las ganancias de las drogas” para financiar sus campañas y cita que esto “evidencia un alto nivel de corrupción política”.
La presentación se produjo meses después de que otros documentos de la corte federal de EE.UU. mostraran que el presidente actual y algunos de sus asesores más cercanos se encontraban entre los objetivos de una investigación de la Administración de Control de Drogas (DEA), lo que arroja más dudas sobre la afirmación de Estados Unidos de que Honduras habría ayudado a detener el flujo de drogas.
Estados Unidos ha sido un firme defensor de la administración de Hernández, invirtiendo millones de dólares en la cooperación de seguridad para detener la cocaína que se dirige a EE.UU. desde América del Sur.
La oficina del presidente hondureño dijo a través de Twitter el sábado que Hernández “niega categóricamente las acusaciones falsas y perversas”.
Un documento del gobierno de Honduras alega que las acusaciones en Nueva York fueron presentadas por narcotraficantes que buscaban represalias contra el presidente, que era jefe del Congreso del país centroamericano en 2012 cuando la legislatura autorizó la extradición hacia EE.UU. de ciudadanos hondureños por cargos de tráfico de drogas.
“El presidente Hernández ha sido implacable en la lucha contra los narcotraficantes, a pesar de las represalias predecibles, hasta el punto de que uno de sus 17 hermanos, ahora está siendo juzgado en Nueva York», dijo la oficina.
Los hechos
Específicamente, los fiscales de Nueva York alegan que el presidente usó $1.5 millones en ganancias del narcotráfico para ayudar a asegurar el poder en 2013.
El apoyo de la campaña llegó a través de sobornos en efectivo a funcionarios hondureños, así como obsequios y favores a políticos locales, argumentan los fiscales.
Hernández ganó la reelección en 2017, a pesar de los límites de mandato en Honduras y las denuncias generalizadas de fraude electoral.
La presentación también alude a pagos múltiples de $1 millón o más de narcotraficantes a Lobo, refiere AP.
La esposa de Lobo fue arrestada por funcionarios hondureños en 2018 por cargos de desviar $700.000 dólares de fondos públicos. Su hijo, Fabio, fue sentenciado en Estados Unidos a 24 años de prisión en 2017 por tráfico de drogas.
Lobo fue el mentor de Hernández y supervisó su ascenso al poder.
En la declaración de apertura en la corte federal de Manhattan, el fiscal federal adjunto Jason Richman dijo que, además “Tony” Hernández recibió personalmente un soborno para su hermano del narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, indica Reuters.
Richman solicitó a los miembros del jurado a encontrar al hermano del presidente hondureño, arrestado en Miami el año pasado, culpable de conspiración de drogas y posesión de armas ilegales.
Igual a las alegaciones del presidente Hernández, el abogado defensor Omar Malone dijo al jurado que el caso se basó en mentiras de narcotraficantes que buscaban venganza contra ambos políticos centroamericanos.
Hernández presidió el Congreso de su país entre los años 2010 al 2014, asumió como mandatario para su primer periodo, a inicios de ese mismo año.
La oficina de la presidencia de Honduras no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios por parte de Reuters.
Richman describió a «Tony» Hernández como un hombre clave en una «organización sofisticada patrocinada por el Estado» que operaba con la ayuda de funcionarios del gobierno hondureño, el Ejército y la policía.
«Lo más importante es que el acusado estaba protegido y tenía acceso a su hermano, el actual presidente en funciones de Honduras», agregó.
[Con información de la agencias AP y Reuters]