La abominable agresión de Vladimir Putin a Ucrania, le ha brindado la oportunidad a Nicolás Maduro de dar un paso adelante en su camino a la Corte Penal Internacional (CPI), de La Haya.
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William Cárdenas Rubio
Analisis Libre / Madrid
En efecto, en 22 de febrero pasado el presidente venezolano, con ocasión de la visita en Caracas que le hizo el Viceprimer Ministro ruso, Yuri Borisov, manifestó: “Venezuela está con Putin, con Rusia”, tras la decisión de Moscú de enviar tropas a Ucrania. “Todo el apoyo a Rusia”, exclamó.
Con esta decisión Maduro reiteró el apoyo que en su momento, en agosto del año 2008, Hugo Chávez dio a Putin cuando se produjo la guerra relámpago en Georgia por el control de Osetia del Sur.
De esta manera, el presidente venezolano une su destino penal al del presidente ruso, pues desde el mismo viernes 25 de enero, estando de visita en Blangladesh, el Fiscal de la Corte Penal Internacional anunció que su mirada estaba puesta en lo que estaba ocurriendo en Ucrania.
Por este motivo, Maduro no sólo tendrá que atender lo que le espera ante Karim Khan por los crímenes de lesa humanidad ocurridos en Venezuela en los últimos años, sino que asimismo, quedará comprometido como cómplice de los crímenes de guerra en Ucrania por los que ya se acusa a Vladimir Putin.
En la declaración del Fiscal de la CPI sobre la situación de Ucrania dijo, “Toda persona que cometa esos delitos, incluso ordenando, incitando o contribuyendo de otra manera a la comisión de esos delitos podrá ser enjuiciada ante la Corte, con pleno respeto del principio de complementariedad.”
Tenemos que recordar, que si bien Ucrania y Rusia no son estados parte del Estatuto de Roma, no es menos cierto que Ucrania ha otorgado dos declaraciones ante la CPI en las que acepta el reconocimiento de su jurisdicción, primero para la investigación de los crímenes ocurridos desde noviembre de 2013 al 20 febrero de 2014, y luego, la del 8 de septiembre 2015, para todos los crímenes que pudieran ocurrir de allí en adelante.
También es cierto que esta admisión ucraniana no comprende el crimen de agresión, que entró en vigencia con posterioridad el año 2018, pero si abraza la competencia de la CPI para los crímenes de genocidio, crímenes de guerra y lesa humanidad.
Luego, tan sólo 3 días después, el 28 de febrero, a su regreso a La Haya, el Fiscal anunciaba que ha solicitado a la Sala de Cuestiones Preliminares el inicio de una investigación formal por los crímenes de guerra que están sucediendo en Ucrania, y de una manera sutil, invitaba a los estados parte del Estatuto de Roma a presentar esta denuncia, para así poder iniciarla él directamente, sin necesidad de tal autorización,
Entre tanto, Nicolás Maduro se afanaba por oponer el voto de Venezuela a la solicitud del inicio de una sesión en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para tratar el conflicto ucraniano, uniendo su posición a la de China, Cuba, Eritrea y Rusia.
Y asimismo ocurrirá, probablemente hoy, cuando se vote la Resolución que será aprobada por la Asamblea General extraordinaria de urgencia de la ONU, convocada para condenar la Agresión de la Federación Rusa a Ucrania. Es importante señalar que este tipo de asambleas sólo se han convocado una docena de veces en lo que lleva de historia la Organización de Naciones Unidas.
Los vínculos de Maduro con Putin le obligarán a continuar su deriva criminal, ahora ya no sólo permitiendo la presencia de militares rusos en territorio venezolano, instalando baterías antiaéreas o radares en nuestras fronteras, sino también apoyando económicamente a Rusia, comprando armas y utilizando su experiencia en la burla de las sanciones económicas, que ahora se imponen a Moscú.