.Foto: Fundación UNAM
José Ignacio Moreno Leon *
No hay dudas que frente a la dinámica de cambios impuesta por las nuevas realidades mundiales, la universidad como institución cúpula del sistema educativo formal debe desempeñar un papel fundamental para asegurar que esas transformación se realicen en un entorno que asegure el cabal desempeño de la persona humana, es decir en un ambiente de plena libertad y democracia. Para lograr ese propósito fundamental se requiere transformaciones relevantes para asegurar el cabal desempeño de esa responsabilidad universitaria y podríamos asegurar que las mismas implican reinventar la universidad, tema este último que trataremos en un próximo artículo.
La práctica de la libertad y de la ciudadanía como responsabilidad universitaria supone una nueva universidad que debe operar con un claro compromiso con el país y con la socialización del conocimíento. Es decir una institución de educación superior que debe gestionarse como un centro de pensamiento crítico y poder intelectual, comprometida con el cambio social y con la formación de profesionales de excelencia. Egresados universitarios de excelencia no solo por la pertinencia de sus conocimientos y sus habilidades emprendedoras, sino también por la capacidad para mantenerse competitivos frente a las demandas y retos que plantea la sociedad planetaria y especialmente la nueva economía y la revolución cientifica y tecnológica que caracteriza al presente siglo. Igualmente esos nuevos profesionales deben ser formados como buenos ciudadanos y líderes con los elevados principios y valores requeridos en la sociedad para lograr un mundo más justo y solidario.
Por lo anterior la nueva responsabilidad universitaria debe hacer mayor énfasis en la promoción del compromiso cívico y la responsabilidad social, impulsando una pedagogía de educación en valores que promueva los principios del capital social y una cultura del diálogo y de paz para confrontar las amenazas internas y externas que ponen en riesgo la libertad y la democracia y que están vinculadas a la crisis global de valores y principios presentes en la mundialización de la economía y en el ejercicio poco ético de la política, con sus secuelas de frecuente presencia de la corrupción en partidos políticos, gobiernos, empresas y otras organizaciones. Y como problemas derivados, el incremento del crimen, la violencia, el terrorismo y el narcotrafico. Todo lo cual configura el lado más oscuro del proceso de globalización.
Frente a esas calamidades se requiere promover un proceso global más humano, en términos del interés planetario en su concepcion integral, es decir fomentando la convivencia social y la sustentabilidad ecológica. Es por ello que a la nueva universidad se le plantea la relevancia de promover los valores de la ciudadanía, es decir la ética, la equidad, la solidaridad, la asociatividad y en general la confianza interpersonal, como condiciones indispensables para reorientar el globalismo excluyente hacia una globalización compartida, y para reemplazar el modelo economicista actual con profundas transformaciones que, afincadas en la libertad respondan a las nuevas realidades globales para construir un sistema económico que tenga la dignidad de la persona humana como su meta fundamental y por tanto que sea promotor de un mundo de justicia y paz. Todo ello es imprescindible para fortalecer la democracia, haciéndola genuinamente participativa, para que el ciudadano, en pleno ejercicio de la libertad, pueda contribuir activamente a nivel individual y colectivo con el desarrollo de su comunidad y de su país y con la forja de su propio destino.
En síntesis, todo lo anterior supone el trascendente compromiso de la universidad como institución promotora del binomio libertad y democracia como factor esencial para facilitar el desarrollo de la ciudadanía , la sobrevivencia de una sana actividad política y el fortalecimiento de las instituciones en una sociedad moderna y realmente democrática , entendiendo con Octavio Paz que “ sin la democracia la libertad es una quimera”.
- Ex Rector Universidad Metropolitana de Caracas, Embajador, Ministro de Energia
Dr. José Ignacio Usted nos obsequia La sabiduría plasmada en la esencia de la palabra. Gracias
José Ignacio, muy bueno, tenemos que defender nuestras universidades.
Saludos
Diego