En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C. / analisislibre.org
La última jugada de Nicolás Maduro, presidente ilegítimo e inconstitucional de Venezuela, ha despertado numerosos comentarios. Me refiero a su decisión de traspasarle el poder de mando al ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, para que se encargue de solucionar el grave problema de abastecimiento de bienes de primera necesidad y medicinas, el cual viene asfixiando a los venezolanos, gracias a las malas políticas del gobierno de Hugo Chávez y ahora del mismo Maduro.
Los comentarios van desde quienes califican la aludida decisión como un reconocimiento de la ineptitud de Maduro para atender el ejercicio de sus funciones de presidente. hasta los que la ven como el acto inicial de un gobierno de transición que permita su salida del poder. En los párrafos que siguen se exponen algunas breves consideraciones sobre el tema.
Resguardo del rancho militar
Creo necesario comenzar refiriéndome a lo que a mi juicio vendría a constituir el objetivo inmediato de la decisión de Maduro. Me refiero a la necesidad de resguardar la provision de bienes de primera necesidad y medicinas a los propios militares, incluido el llamado “rancho militar”, término con que se denomina a la alimentación que diariamente debe proveerse en los cuarteles y demás unidades militares venezolanas, a los oficiales y el llamado personal de tropa. Esta necesidad aparece de bulto, ya que la crisis de abastecimiento ha golpeado a todos los estamentos de la sociedad venezolana, incluidos los propios militares, quienes no han dejado de quejarse de los ingentes problemas que han venido confrontando en este area, los cuales se han traducido en el profundo malestar que cunde entre los oficiales y tropa, por la baja de la cantidad y/o calidad de la ingesta diaria de alimentos que se le ha estado suministrando en los últimos tiempos.
[box_light] El problema se ha complicado, no sólo porque el componente militar regular ha aumentado considerablemente durante los últimos 17 años del chavismomadurismo, sino porque a su lado han surgido organizaciones paramilitares, supuestamente creadas para defender el regimen de anunciadas invasiones por parte de Estados Unidos, pero que no son más que instrumentos para reprimir a la oposición, al movimiento estudianatil y en general a cualquier sector que ose manifestar su desacuerdo con las políticas gubernamentales. Organizaciones que, llámense “milicias” o “colectivos”, son financiadas por el gobierno madurista y también reciben su ración de provisiones gratis, en una especie de “rancho paramilitar”.[/box_light]
De manera, pues, que si bien uno puede estar seguro de que uno de los primeros retos que el general Padrino tendrá que enfrentar en sus nuevas funciones de Zar del país, consistirá en asegurar que el “rancho militar” quede resguardado en los difíciles tiempos de la economía venezolana por venir, este mismo grado de seguridad no parece existir en relación con la actitud que dicho general adoptará en relación con lo que hemos llamado el “rancho paramilitar”. Ésto, por cuanto en algunos momentos se ha especulado sobre las posibles oposiciones que dentro del componente militar se han manifestado, sobre la existencia y funcionamiento de estos elementos paramilitares.
En cualquier caso, no resultaría aventurado indicar que el general Padrino pondrá el mayor empeño en satisfacer el “rancho militar” que el “rancho paramilitar”, dejando para último, el escaso cúmulo de alimentos y medicinas que dice el gobierno serían distribuidos al grueso de la población, con lo cual, la posibilidad de que la medida de Maduro bajo comentario tenga algún grado de éxito en favorecer al mayoritario sector civil es realmente remota por no decir inexistente.
Por lo demás, no debería descartarse que con la medida de darle a los propios militares el control sobre las provisiones que serán utilizadas para satisfacer el “rancho militar”, Maduro persigue aliviar las tensiones en el sector militar que pudieran desembocar en un abierto golpe de estado que lo saque totalmente de la presidencia del país que, al menos, por ahora, ejerce nominalmente. Así, nótese por ejemplo, que la Historia registra como una de las causales de la conspiración que culminó en la llamada revolución de octubre de 1945, la demanda de mejores salariales no satisfechas a los militares de entonces. Por tanto, con más razón, las deficiencias denunciadas en el “rancho militar” de oficiales y tropa constituiría una causa capaz de exacerbar los ánimos y dar lugar a movimientos conspirativos para derribar a Maduro y su gobierno.
Una evolución dentro de la situación?…
Confieso que la medida de Maduro nombrando Zar del país al general Padrino me hizo recordar la definición que, según dicen, habría dado el General Juan Vicente Gómez al golpe militar con el cual derrocó a su compadre Cipriano Castro en diciembre de 1908: “una evolución dentro de la situación”. Lo que pasa es que ni Maduro es Gómez, ni creo que las situaciones de Venezuela en 1908 y en 2016 se parecen. Todo lo contrario, en 1908 Gómez da el golpe para asumir todo el poder que como Vicepresidente venía compartiendo con Castro, mientras en 2016, Maduro se da el mismo un golpe para deshacerse del poder y transferírselo a Padrino López.
Entonces, si uno pudiera parafrasear a Gómez, podría decir que lo de Maduro es más bien una involución que lo coloca de manera inconstitucional prácticamente fuera de la situación de ejercicio de la presidencia de la república. Ésto lo digo sin que signifique juicio alguno sobre el carácter constitucional o inconstitucional del golpe militar de Gómez en 1908, asunto que es ajeno al presente artículo.
La decisión de Maduro es inconstitucional
Sostengo que la decisión de Maduro bajo comentario es inconstitucional por cuanto la Constitución vigente en Venezuela no incluye la figura de Primer Ministro, que es la que en definitiva Maduro ha creado al haber erigido a Padrino López como funcionario al cual los demás ministros del despacho ejecutivo deben rendirle cuenta y estar sometidos a su autoridad. En efecto, el Artículo 225 de la Constitución establece el cúmulo de funcionarios que constituyen parte del Poder Ejecutivo y están en capacidad de ejercerlo. Dicho artículo dice así:
Artículo 225. El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente o Presidenta de la República, el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, los Ministros o Ministras y demás funcionarios o funcionarias que determinen esta Constitución y la ley.
Como se observa, en la norma antes transcrita no se incluye ninguna referencia a la figura del Primer Ministro y allí mismo se establece que el único Vicepresidente que puede ejercer el Poder Ejecutivo es el Vicepresidente Ejecutivo. La Constitución deja a salvo a los otros funcionarios que ella o la ley determinen, pero éste no es el caso, ya que ni la Constitución ni otra ley contemplan la posibilidad de nombrar un Primer Ministro.
Tampoco el artículo 225 nomina a los llamados Vicepresidentes sectoriales que se han puesto de moda en abundancia durante el chavismomadurismo. En mi opinion, cuando dicho artículo menciona a los “demás funcionarios o funcionarias” del Poder Ejecutivo a ser determinados por la ley, se refiere a funcionarios distintos de ministros e igualmente de Vicepresidentes, ya que en este último caso, el único con esta denominación en el artículo 225 y a todo lo largo del texto constitucional es el Vicepresidente Ejecutivo.
Por tanto, el nombramiento de Vicepresidentes sectoriales es absolutamente inconstitucional, así lo autorice una ley ya que ésta sería igualmente inconstitucional. De allí que tampoco podría nombrarse un Vicepresidente Sectorial con poderes encubiertos de Primer Ministro, como lo ha hecho Maduro con Padrino López.
La decisión de Maduro al erigir a Padrino López como Zar de Venezuela es igualmente inconstitucional, por cuanto afecta las funciones que de conformidad con la Constitución le corresponden privativamente al Vicepresidente Ejecutivo. En efecto, las funciones de colaboración y coordinación con el Presidente de la República, asignadas inconstitucionalmente a Padrino, se las atribuye el artículo 239 de la Constitución exclusivamente al Vicepresidente Ejecutivo. Este artículo reza de la siguiente manera:
“Artículo 239. Son atribuciones del Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva:
- Colaborar con el Presidente o Presidenta de la República en la dirección de la acción del Gobierno.
- Coordinar la Administración Pública Nacional de conformidad con las instrucciones del Presidente o Presidenta de la República.”
Ante la claridad de los preceptos antes transcritos, la conseja de que el autogolpe de Maduro con Padrino López persiguió igualmente castigar a Aristóbulo Isturiz, a quien en la intimidad el primero acusa de que se le subieron los humos y aspira a sucederlo a su caída, no se ha hecho esperar…
Divide y vencerás…
El dicho que en la estrategia militar aconseja dividir al enemigo en el propósito de lograr su derrota no ha dejado de utilizarse también en la contienda política de los últimos años en Venezuela, especialmente en las acciones emprendidas por parte del chavismomadurismo en contra de la oposición democrática. Han formado parte de estas acciones, las encaminadas a restar diputados a la oposición mediante sobornos para favorecer el conocido “salto de talanquera”, así como otras más directamente dirigidas a favorecer el surgimiento de diferencias entre los partidos politicos aglutinados en la MUD, en relación con temas esenciales como el Referendo Revocatorio o la realización de diálogo entre el gobierno y la oposición democrática.
Una clara manifestación de esto último, es el reiterado empeño de Maduro de convocar al diálogo al presidente de la AN, Henry Ramos Allup, en su condición de supuesto jefe de la oposición democrática, en lugar de hacerlo como es lo debido a la propia MUD, como la entidad representative que es de dicha oposición.
Sinembargo, la decisión de Maduro bajo comentario parece estar más vinculada a otra aplicación del dicho “divide y vencerás”. Me refiero a su intención de dividir la culpa de su pésima gestión gubernamental, que ha hecho que su popularidad haya caído estrepitósamente por debajo del 20%, hasta el punto de que algunas encuestadoras han llegado a señalar que tal caída es indetenible y su recuperación es imposible, no importa lo que Maduro haga.
En suma, Maduro pretende con su decisión dividir su culpa y asignárle parte o la totalidad de ella al estamento militar comandado por Padrino López, especialmente, si como es lo más probable que suceda, éste fracasa en la labor que le ha sido encomendada. En mi opinion, esta pretension de Maduro es completamente inútil, ya que la elite militar encabezada por Padrino López tiene ya su alta cuota de responsabilidad, al haber sido solidaria con Maduro en el desencadenamiento de los hechos que han conducido al estado deplorable en que se encuentra Venezuela.
En pocas palabras, la última decisión de Nicolás Maduro, de traspasarle el poder de mando al ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, para que se encargue de solucionar el grave problema de abastecimiento que viene asfixiando a los venezolanos, gracias a las malas políticas del gobierno de Hugo Chávez y ahora del mismo Maduro, ha despertado muchos comentarios. En los párrafos que anteceden se exponen algunas breves consideraciones para sostener que tal decisión es incostitucional y está condenada al fracaso, a las cuales remitimos. Veremos….