Y ahora… España!

.

.

William Càrdenas-Rubio
Anàlisis Libre    Madrid

.

.
.
.
.

.

Hace poco tiempo participé en una tertulia de TV para hablar sobre la situación actual de la vida política española. Uno de los contertulios, paisano venezolano por cierto, se empeñaba en provocar mi opinión sobre aspectos que expresaba, acudiendo a la utilizaciaón de conceptos de la ciencia política para explicar lo que el denomina “tardo comunismo” recientemente en boga, a lo cual reposté pidiéndole que no se preocupara en dar categorías científicas a hechos y conductas que están perfectamente descritas en el código penal o en el Estatuto de Roma.

En efecto, tratar de elevar el castro comunismo caribeño que sólo ha producido ladrones y criminales a la categoría de fenómeno científico, es un ejercicio bizantino de erudición académica. Basta tan sólo hacer un breve esfuerzo de memoria para entenderlo, porque su aparición se remonta a muy pocos años, y está presente para quienes vimos caer el comunismo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991, después de la aplicación del Glasnot y la Perestroika.

En aquellos años, década de los 90, ante la debacle que significaba aquello para Fidel Castro y su comunismo a la cubana, se produjo en Iberoamérica todo un movimiento inspirado por el dictador quien se aferró a la subsistencia de su viejo sistema comunista, haciendo una expansión de sus ideas en la región que, por vecindad y circunstancias de precariedad económica habida cuenta de las grandes desigualdades sociales de sus pueblos, podía significar el punto de apoyo para no perecer ante el deslave  político del comunismo.

Fue así como, aprovechando la presencia del Partido de los Trabajador en Brasil, se logró reunir a las fuerzas de izquierda, centro izquierda y extrema izquierda latinoamericanas en  el llamado Foro de Sao Paulo (1990), para coordinar todas sus estrategias y tratar de impedir la debacle que se veía venir.

Ya para finales de la década, en 1998, emergió como ganador de las elecciones en Venezuela Hugo Chávez Frías, en lo que sería el primer gobierno de izquierdas en Iberoamérica en muchos años, lo que significaría el definitivo lanzamiento de las propuestas de Fidel Castro para alcanzar el que había sido su mayor sueño: La exportación de la revolución cubana al resto de Latinoamerica.

Lo que pasó después también lo conocemos bien, Brasil, Bolivia, Ecuador, Chile, Nicaragua, Perú,  Uruguay, Paraguay, El Salvador, Argentina con los Kirchner, y más recientemente México, entraron en mayor o menor medida en el rebrote comunista que se había puesto de moda en aquella región.

Pero ese mapa no quedaba completo sin España, país del primer mundo, cuna de los antepasados de Fidel. Así que apenas Hugo Chávez tuvo oportunidad, aprovechó la crisis económica provocada por el derrumbe financiero internacional y el estallido de la burbuja inmobiliaria española (2008), para exportar a la península Ibérica el contenido vacuo, pero eficaz a los fines de la toma del poder, de su mal llamada Revolución Bolivariana. 

Y lo digo así, porque mal pudo ser Bolívar marxista si cuando murió (1830), Carlos Marx apenas tenía 12 años de edad. No obstante, fue Bolívar el disfraz más idóneo para arrasar en el corazón de los pueblos latinoamericanos, con una especie de resurgimiento del grito de libertad, pero que no ha sido otra cosa que el rebrote de una pandemia, tan dañina y letal como el virus que nos afecta, llamada ahora Socialismo del Siglo XXI

Hoy veinte años después, podemos hacer un balance de sus líderes y protagonistas, y si quisiéramos encontrar alguna categoría propia para etiquetarlos, esta no se encuentra en los manuales de la ciencia política, sino en los diccionarios comunes y corrientes de nuestra lengua española: Delincuentes y criminales.

Veamos con detalle quienes han sido sus prominentes líderes: Hugo Chávez, Lula Da Silva, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega, Néstor y Cristina Kirchner, Mauricio Funes, Nicolás Maduro, todos con un prontuario que haría palidecer las caras de muchos fiscales públicos, y cuyas criminales conductas no encuentran asidero en otros textos, pues están mucho mejor definidas en el Código Penal de sus países o, en algunos casos, en el Estatuto de Roma que creó la Corte Penal Internacional, por los crímenes de lesa humanidad de los que se les acusa.

Ahora le toca a España lidiar con este rebrote pandémico, en el que juegan un papel protagónico líderes como Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Irene Montero, Íñigo Errejón, etc.. alguno de los cuales ya ha sido señalados ante órganos jurisdiccionales por recibir dinero de los venezolanos y bolivianos, manchado de sangre o drogas, pero que emergen como grandes demócratas en la escena política española.

El PSOE de Pedro Sánchez les ha dado el paso al poder, de hecho a Iglesias lo ha hecho Vicepresidente del gobierno del Reino de España, de la monarquía que Pablo se pretende cargar, pero que, sacudida por los efectos de la otra pandemia, la del Covid 19, no tiene capacidad para reaccionar.

Surgen entonces los ataques sin cuartel contra las instituciones españolas, la transición,  la monarquía,  la lengua, los toros, las libertades de prensa y opinión, así como contra todo aquello que pueda impedir el avance hegemónico del Socialismo del Siglo XXI, para dinamitar el sistema desde adentro.

Iglesias con sus 32 diputados tiene la llave de la gobernabilidad de este régimen parlamentario, y Sánchez lo complace en todo a sabiendas de que su gobierno depende de la voluntad del líder de Podemos. Esto, mejor interpretado, equivale a decir que quien realmente manda es Iglesias, 

Lo estamos viendo durante el desarrollo de este primer año de gobierno, en casos como el del acceso de Iglesias al CNI, el control de los medios de comunicación, su participación en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, así como en la conformación del nuevo Consejo del Poder Judicial, en la aprobación de decretos legislativos que cercenan libertades ciudadanas, dan satisfacción a sus aliados independentistas, y le permiten asumir posiciones para apropiarse de los recursos económicos europeos, que servirán de plataforma a su proyecto político personal.

Y se decía, “en España no es así”,  “Europa lo impedirá”, pero el camino al precipicio está claro y, aunque el ya te lo dije resulte poco agradable, mira que lo advertimos!

Un comentario sobre “Y ahora… España!

  1. Solo la ignarancia de los pueblos se dejan engañar por estos artistas del desastre económico, social y politico, entregando su libertad y conciencia a un grupo minoritario con ansias de poder.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *