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Germán Gil Rico
Analisis Libre Internacional
La opinión pública latinoamericana ha sido impactada con las declaraciones de tres líderes de la izquierda radical. Dos presidentes en ejercicio y uno aspirante a serlo. Gabriel Boric, Pedro Castillo y Gustavo Petro tomaron distancia de Nicolás Maduro y sus políticas.
El presidente de Chile dijo: “El retroceso democrático en Venezuela ha sido brutal. El alegato permanente que hace cierta izquierda a la autodeterminación de los pueblos para terminar justificando la limitación a la libertad de expresión, a la reunión, es algo que tenemos que enfrentar más abiertamente”. En posición coincidente el de Perú manifestó que “no me gustaría que Perú siguiera los modelos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. No soy parte de eso. Pienso crear un verdadero modelo democrático abierto con los peruanos”. Para rematar Gustavo Petro, candidato con opción en las elecciones para Presidente de Colombia, remató la ronda con expresiones lapidarias tales como “Maduro es una persona que está dentro de las dirigencias de la muerte” o que “Maduro no es un líder de izquierda, es un integrante muy conservador de las facciones más agresivas de la política mundial”.
“No soy comunista, no he estudiado el comunismo y en este momento en Venezuela el proyecto no puede ser comunista”. Con ese mensaje, a pocas horas de ser proclamado Presidente Electo, el tenientecoronel Hugo Chávez se presentó ante el mudo como un político libre de ataduras y no ser un comunista embozado, accediendo al poder por la democrática vía del voto ciudadano. Porque su condición de militar, autoritario por definición, y de haber sido jefe del derrotado golpe de Estado el 04 de Febrero de 1992, le imponían sacudirse la hoz y el martillo, asumidos antes de que Luis Miquelena lo llevara a Cuba, quedara arrobado frente a Fidel Castro y enredado entre sus barba.
Pero las trampas del tramposo no tardan en salir por la boca del tramposo. Como la tramposería es consustancial al ser comunista, a poco andar el felón del 04 de Febrero se desnudó en el acto de juramentación donde debió afirmar que juraba respetar y hacer respetar la Constitución de la República y dijo ”Juro ante esta moribunda Constitución”. Los presentes quedaron atónitos, al punto que no se oyó ni el zumbido de una mosca. Como ateridos, petrificados ante la irrespetuosa e inesperada agresión. Le funcionó el factor sorpresa que no prosperó el 04 F. Ese día, tan luctuoso como el del fracasado golpe de Estado y todos los posteriores que estamos viviendo, la conchupancia militar-socialcomunista ocasionó, con su bota, profunda herida a la democracia y abrió cauce a la tragedia que vivimos desde hace 23 años.
Las parrafadas anteriores referentes a la acción criminal de Chávez y el chavismo sucesor, vienen a cuento en razón de las difundidas declaraciones de los presidentes de Chile y Perú, así como del candidato socialcomunista a la presidencia de Colombia, todos afiliados al Foro de Sao Paulo, rebautizado como Foro de Guadalajara. Pues bien, esos líderes dicen haber tomado distancia de la dictadura encabezada por Nicolás Maduro, asentada en la bayoneta de Padrino López y monitoreado por Díaz Canel, el Presidente de Cuba. No se sabe si por abominarlo por dictador o porque ya no hay platica para que los auxilie.
Pero quienes estamos sufriendo los zarpazos, al tigre rojo lo “venteamos” desde lejos, por eso no podemos confiar en quienes acumulan voluminoso historial de violencia antidemocrática con acciones urbanas como en Chile o dinamitera, secuestradora y en frentes guerrilleros de Sendero Luminoso en Perú y el M-19 en Colombia. Es muy larga la lista de muertos que pesan sobre sus hombros. De allí el que, si colocamos en la balanza la conducta y el daño ocasionado a los venezolanos por la dictadura socialcomunista y el repentino deslinde publicado por sus cófrades en la vecindad, no sea suficiente su peso para otorgarles el beneficio de la duda.
¡Como creerles!