El Gobierno de Venezuela, a través de su Embajador en Brasilia, negó la masacre ante el Congreso de Brasil. Survival afirma que la zona está repleta de buscadores de oro ilegales y que estas personas han matado a yanomamis en anteriores ocasiones. “La información era perfectamente creíble y, en gran medida, lo sigue siendo”.
por José Emilio Castellanos
Venezuela envió al parlamento de Brasil una comunicación oficial donde ratifica su negativa sobre la presunta masacre de unos 80 indígenas de la etnia yanomami, pero deja abierta numerosas dudas por la forma como, según la misiva, se efectuó la investigación en el Amazonas venezolano.
Análisis Libre (analisislibre.org) ha informado sobre presiones ejercidas para silenciar el caso, y la extraña desaparición de los tres sobrevivientes quienes narraron iniicialmente los acontecimientos a otros indígenas de su étnia, quienes a su vez formularon las denunciaron en la capital del estado Amazonas, de Venezuela ante organizaciones y funcionarios que dieron la alerta inicial.
Sin embargo, de inmediato y previo a las investigaciones, el gobierno venezolano negó los hechos y ha tendido un manto de silencio. Con posterioridad informó que una comisión se trasladó al Amazonas y encontró que no hubo masacre alguna. El goberno alega, en una comunicación enviada al Congreso de Brasil a través de su Embajador en Brasilia, que una investigación realizada por funcionarios encontró que «todo era falso», y acusó a los medios de comunicación.
Según el documento, la investigación se efectuó en un área de 82 kilómetros, pero en Venezuela, los yanomamis viven en la Reserva de la Biosfera del Alto Orinoco-Casiquiare, que tiene 8,2 millones de hectáreas. Del lado de Brasil el territorio yanomami en Brasil es de unos 9,6 millones de hectáreas, dos veces el tamaño de Suiza. Estas dos áreas juntas conforman el mayor territorio indígena selvático del mundo.
Entretanto, la organización Survival Internacional, que ha retirado su denuncia, señala que “la reacción del Gobierno de Venezuela sigue siendo vergonzosa. Aún no ha anunciado que vaya a expulsar a los buscadores de oro, y negó inmediatamente haber encontrado “pruebas” de la matanza, incluso antes de concluir su propia investigación. Sus simpatizantes han llegado más lejos y han acusado a sus críticos de formar parte de una conspiración de derechas, entre otras cosas”.
En una reciente declaración el presidente de Survival International, Stephen Corry, dijo que su organización sabe que la zona está repleta de buscadores de oro ilegales y que estas personas han matado a yanomamis en anteriores ocasiones. “La información era perfectamente creíble y, en gran medida, lo sigue siendo”.
Una fuente vinculada a la denuncia original formulada en Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas de Venezuela, le confió a Análisis Libre que por tratarse de días electorales, han funcionado mecanismos de amenaza y soborno para silenciar la denuncia.
El embajador de Venezuela en Brasil
Tras la denuncia original por parte de 14 organizaciones indígenas portadoras de las declaraciones de tres sobrevivientes de la presunta masacre, el gobierno de Venezuela emitió una declaración negando el hecho, en el cual estarían involucrados buscadores ilegales de oro procedentes de Brasil (garimpeiros) ante lo cual el legendario congresista brasileño Adolfo Sirkis, presidente del Partido Verde, pidió ante la Cámara edilicia solicitar al gobierno venezolano aclarar lo denunciado en su territorio.
«Se necesita más explicaciones y aclaraciones sobre este episodio”, dijo en su momento Sirkis.
La Comisión de Relaciones Exteriores y la Cámara brasileña aprobó de inmediato una solicitud de información a ser presentada a la Embajada de Venezuela en Brasil, la cual le fue entregada en Brasilia.
Sin hacer mención a la presencia de mineros ilegales ni de las declaraciones de los presuntos sobrevivientes, el embajador de Venezuela en Brasil, Maximilien Sánchez Arvelaiz envió una comunicación a la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y de Defensa de la Cámara de Diputados de Brasil, Perpétua Almeida, “con el fin de responder a falsas informaciones que circulan en los medios, denunciando una supuesta masacre de una comunidad yanomami por parte de garimpeiros brasileños, en territorio venezolano”.
“A ese respecto –dice-, el Gobierno bolivariano, al recibir las denuncias, activó todos los mecanismos para acelerar las informaciones. Al término de este proceso, podemos afirmar, con alivio, que la masacre no ocurrió y que no fueron encontrados los indicios de violencia en aquella región”
La comunicación señala que el gobierno venezolano adoptó medidas que incluyen la instalación de una estación de radio para mantener comunicación directa con esas comunidades, posibilitando el pedido de socorro en caso de emergencias. “El ejército destacó que, ahora, por medio del satélite Simón Bolívar, es posible mantener comunicación con esas zonas aisladas”.
Habla el presidente de Survival International
Survival International dió a conocer una declaración de su presidente, Stephen Corry, donde aclara conceptos sobre la decisión de su organización en retirar las denuncias sobre la presunta masacre de unos 80 indígenas yanomamis en territorio venezolano. Por su interés, incluímos la entrevista completa:
Survival dice ahora que el asentamiento yanomami de Irotatheri no ha sido masacrado. ¿Por qué el cambio?
Stephen Corry: Algunos yanomamis le habían dicho a su organización en Venezuela que mineros ilegales habían atacado Irotatheri, y que habían matado a muchas personas y quemado casas. No había motivos para no creerlos y publicamos esa información internacionalmente. Defiendo completamente esta decisión, sobre la cual asumo responsabilidad plena y personal: haber actuado de cualquier otro modo habría sido un abandono de nuestro deber. No nos inventamos nada; dejamos muy claro de dónde venían las informaciones. Tan pronto como supimos que los hechos no habían ocurrido como dijimos, también lo publicamos.
¿No dijeron que 80 personas habían sido asesinadas?
Stephen Corry: No, dijimos que “Las informaciones iniciales sugieren que hasta unas 80 personas podrían haber sido asesinadas, pero resulta imposible confirmar estas cifras”. Los indígenas dieron esta cifra como la población total del asentamiento en cuestión, y claramente pensaban que muchas personas realmente habían sido asesinadas.
¿No deberían haber investigado más antes de lanzar la acusación?
Stephen Corry: No, nuestro papel era evaluar y después transmitir la información que la organización indígena nos había proporcionado, no ponerla en duda inmediatamente. Dejamos claro que las informaciones no habían sido corroboradas.
¿Por qué lo creyeron?
Stephen Corry: Sabemos que la zona está repleta de buscadores de oro ilegales y sabemos que estas personas han matado a yanomamis en anteriores ocasiones. La información era perfectamente creíble y, en gran medida, lo sigue siendo.
¿Entonces por qué ya no lo creen?
Stephen Corry: Nuestra propia investigación ha mostrado que ese asentamiento en concreto no ha sido destruido. Es posible que sí hubiera un ataque, pero en un asentamiento distinto. Los nombres de las comunidades yanomamis a menudo incluyen varios asentamientos que se originan en el mismo lugar: una comunidad más amplia de varios asentamientos que comparten el mismo nombre (algo parecido a que tanto la ciudad como el estado de Nueva York se llamen igual). No lo digo como excusa, sino como un mero hecho.
¿Cómo saben que ese asentamiento no ha sido destruido?
Stephen Corry: A través de nuestras propias fuentes confidenciales y expertas, independientes del Gobierno o de los medios de comunicación.
¿Están dando marcha atrás?
Stephen Corry: No. Estamos muy contentos de que el asentamiento no haya sido destruido. Déjeme que incida en esto: no estamos diciendo que no hubiera un incidente violento que dio lugar a estas informaciones. Sigue siendo probable. Simplemente estamos diciendo que ese lugar en particular no ha sido arrasado.
Pero el Gobierno ya lo dijo antes que ustedes, ¿por qué no lo creyeron?
Stephen Corry: El Gobierno hizo ese anuncio antes de que hubiera siquiera llegado hasta el asentamiento. Muchas personas, también en Venezuela, pensaron que era un encubrimiento. Los simpatizantes del Gobierno atacaron a Survival por ser una organización “fascista”, cuando es imposible que supieran qué había ocurrido en la región, y obviamente no entienden lo que es Survival.
Pero sí acusaron al Gobierno de Venezuela de un encubrimiento, ¿no le deben una disculpa?
Stephen Corry: No, porque hay de hecho un encubrimiento. Se ha informado de que un general venezolano ha asegurado que no hay mineros ilegales, y que los yanomamis están “en perfecto estado”, en “paz y armonía”.
Nada de eso es verdad, como bien sabe el ejército desde hace años. La zona está llena de mineros y abundan las actividades ilegales. Las autoridades han hecho muchos esfuerzos para pretender que todo está bien. Pero no lo está: es una olla a presión y los indígenas son las víctimas. No es la primera vez que hay informes de incidentes violentos, y algunos yanomamis han sido envenenados. Si Venezuela cree realmente en sus propias leyes, debe expulsar a aquellos que invaden el territorio indígena (allí y en el resto del país) y dejar de fingir que todo es armonía, algo tan absurdo como trágico.
¿Hará esto que revisen su forma de publicar informaciones?
Stephen Corry: Poder prever el futuro a la perfección alteraría obviamente el
comportamiento de las personas, pero este incidente no afectará a nuestro sistema. Llevamos más de 40 años hacienda seguimiento de este tipo de cuestiones; seguiremos haciendo evaluaciones sensatas basadas en nuestra experiencia. Debemos reaccionar con rapidez ante las noticias de matanzas: si no se les da publicidad rápidamente, puede animar a los asesinos. Actuamos correctamente y sabemos que algunos mineros ya han abandonado los alrededores inmediatos (probablemente solo de forma temporal), al mismo tiempo que llegaba el equipo del Gobierno. Si hubiéramos tenido motivos para dudar de las informaciones, por supuesto no las habríamos publicado. Por ejemplo, si pensáramos que la organización indígena fuera incompetente, o que tuviera otros intereses, o si supiéramos que no hay mineros en la zona, obviamente habríamos juzgado las informaciones de forma distinta. Hasta donde sabemos, los indígenas no se han inventado ataques contra ellos mismos, ¿por qué habrían de hacerlo? Son demasiado frecuentes.
Entonces, ¿qué piensa que ocurrió?
Stephen Corry: Déjeme decirlo de nuevo, sigue siendo probable que esta historia esté basada en hechos reales. El escenario más probable es que se produjera un incidente violento entre mineros e indígenas y que los hechos fueran confusos, mal entendidos o simplemente no transmitidos con la precisión que todo el mundo quiere. Merece la pena recordar que nunca se informa sobre la mayoría de incidentes de este tipo, y que los indígenas no utilizan los nombres y los números del mismo modo que lo haría un abogado o un académico. También merece la pena recordar que lo que ocurrió realmente incluso en destacados conflictos entre pueblos alfabetizados (aquellos que son sometidos a un intenso escrutinio académico) aún pueden resultar confusos y tardar años, e incluso décadas, en salir a la luz. Sin contar a los misioneros, la persona de fuera que más íntimamente conoce a los yanomamis es probablemente Bruce Albert, un científico social francés que habla su lengua y que ha trabajado con ellos desde la década de 1970.
En sus palabras: “Descartar la presunta masacre y calificarla de mero ‘rumor’ es negar la evidente seriedad de la situación. Este tipo de historias yanomamis no son meras invenciones, sino más bien un reflejo de ansiedades y tensiones profundas sobre hechos reales. La única forma de descubrir la verdad es mediante una investigación adecuada en manos de expertos, y no con breves visitas a unos pocos asentamientos. Llevará tiempo”.
¿No facilitará esto la labor a sus enemigos, y a los de los pueblos indígenas, a la hora de negar sus informaciones en el futuro?
Stephen Corry: Les dará una inyección de energía, sí. Sin embargo, hemos sido atacados, constantemente, y durante décadas, por aquellos que intentan robar los recursos y tierras indígenas, y por aquellos que simplemente creen que el mundo entero debe seguir un “modelo de desarrollo occidental”, tanto si les gusta como si no. ¡No nos vamos a rendir!
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