Cronología de la historia de España (XI)

Batalla de Trafalgar

 

 

En pocas palabras. Javier J. Jaspe

Washington D.C.   / analisislibre.org

 

Esta es la décima primera entrega relacionada con el interesante libro: Spain a History (Una Historia de España), Oxford University Press, 2000, Great Britain, 318 pages, editado por el destacado y recientemente fallecido (2015) profesor, Raymond Carr, quien, entre otros méritos académicos, se desempeñara por muchos años como Warden (Rector) de St. Antony’s College, Universidad de Oxford. En este libro se incluyen monografías sobre diferentes etapas en la historia de España, tanto del propio Carr (quien también escribe la introducción) como de otros distinguidos académicos, además de una muy resumida cronología de dicha historia.

Las monografías que se incluyen en el referido libro fueron mencionadas en la segunda entrega y a ella remitimos. En cuanto a la cronología original incluida en el libro, por considerarlo de utilidad he procedido a traducirla en formato libre del inglés al español, a fin de acompañarla con unos breves agregados que recogen principalmente textos encontrados en Internet, relacionados con los concisos enunciados que se utilizan a lo largo de dicha cronología original. A efecto de diferenciar la cronología original de los agregados, estos últimos se transcriben en itálicas, bien textualmente o resumidos y/o reordenados en su presentación. En este décimo primer artículo se incluyen hechos históricos que van desde el año 1805, cuando ocurrió la famosa batalla de Trafalgar, donde la armada británica bajo el mando de Lord Nelson destruyó las flotas combinadas de Francia y España cerca de Cádiz, hasta

los años 1854-56, época en la cual el General O’Donnell realiza un Pronunciamiento el cual da lugar al bienio Progresista bajo el mando del General Espartero. Veámos:

Año 1805: Batalla de Trafalgar. La armada británica bajo el mando de Lord Nelson destruye las flotas combinadas de Francia y España cerca de Cádiz. La batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre del año 1805 a la altura de cabo Trafalgar (Cádiz), enfrentándose la flota británica, comandada por el almirante Horacio Nelson, contra una flota combinada franco-española bajo el mando del almirante Villeneuve. Fue la última gran acción de guerra en el mar de este periodo, perdiéndose al rededor de 5.000 vidas y 15 buques (esto último principalmente a causa del temporal del SW que se desató sobre los maltrechos buques al día siguiente) y sus consecuencias se prolongaron mucho más allá de las guerras napoleónicas…. La batalla supuso la muerte de Nelson (a causa de un disparo desde la cofa del Bucentaure francés), el suicidio posterior de Villeneuve, la muerte de Gravina en Cádiz a los pocos meses como consecuencia de las heridas sufridas en combate, la de Churruca y así hasta casi 5.000 personas. Hubo más de 4.000 heridos y se perdieron 15 buques a causa de un temporal posterior que hundió parte de la maltrecha flota. Los ingleses echaron todos los muertos al mar pero conservaron el cuerpo de Nelson…. Nunca más Napoleón intentó invadir Inglaterra, fijando sus ojos en el este de Europa. Se señala esta batalla como el comienzo de la decadencia de España, a partir de la cual no pudo defender sus intereses de ultramar. Y por último, se inicia el periodo de la dominación marítima de Gran Bretaña hasta bien entrado el siglo XX, sólo puesta en entredicho por Alemania durante la Primera Guerra Mundial….” (http://www.mgar.net/var/trafalgar.htm, G. Sarasúa).

 

Año 1806: Leandro Fernández de Moratín, autor de “El sí de las niñas”, obra maestra de la

comediaespañola neoclásica, una crítica al sometimiento de la mujer al matrimonio y la sociedad.

“Leandro Fernández de Moratín escribió la comedia dramática El sí de las niñas en la España de

comienzos del siglo XIX. Tras la oleada cultural que supuso la Ilustración, el Enciclopedismo y

la filosofía racionalista, el movimiento neoclásico (con raíces en el pensamiento grecolatino e

influencia filosófica renacentista) está en pleno auge. España está a punto de sufrir uno de los

acontecimientos claves de su historia: el final del reinado de Carlos IV y la invasión de los

francesesNapoleón Bonaparte campea en esas fechas por Europa. El sí de las niñas es la primera

obra de la literatura española que afronta el tema de los matrimonios de conveniencia y de la

sumisión de los hijos a la autoridad de sus padres en lo que a decisiones sobre uniones

conyugales concernía. El género preferido de Moratín era la comedia, por representar mejor al

género humano, con todos sus defectos y con todas sus virtudes. El autor pensaba igualmente que

el teatro debía ser para divertir y también para instruir moralmente al público, por lo que en sus

obras siempre puede encontrarse detalles de lo que se ha dado en llamar «función pedagógica«….”

(http://literatura.rincondelvago.com/neocl%C3%A1sica/El-s%C3%AD-de-las-ni%C3%B1as).

 

Año 1806: Abdicación de Carlos IV despues de dos noches de manifestaciones en Aranjuez. Reino de

Fernando VII. Violentas manifestaciones anti-francesas en Madrid el 2 de mayo son reprimidas por las

Tropas francesas, tradicionalmente consideradas como el inicio el levantamiento contra Napoleón. En

Bayona, Carlos IV y Fernado VII ceden sus derechos al trono de España al emperador Napoleón, quien

rápidamente  los confiere a su hermano José. Sept., delegados de las juntas provinciales organizadas

para pelear por los derechosde Fernando VII se reúnen en Aranjuez para crear la Junta Suprema Central

con el fin de gobernar en nombre de este último. Fernando VII (1784-1833) reinó en una época

convulsa, en el tránsito entre el Antiguo Régimen y la Edad Contemporánea. Durante su reinado, asistiremos a una guerra por la independencia del país, a la reinstauración del absolutismo tras las Cortes de Cádiz (el Sexenio Absolutista), a la vuelta del liberalismo (el Trienio Liberal) y a un nuevo regreso al absolutismo (la Ominosa Década). Entretanto, las colonias americanas se emancipan y una galopante crisis económica se extiende por el país. En el presente trabajo intentaremos estudiar el perfil psicológico del monarca a partir de los datos proporcionados por la historiografía. Entronizado en vida de su padre (1808), la Corona acabó poco después en manos de José I Bonaparte. Durante su forzado exilio francés (1808-1814) el pueblo fue forjando el mito de el deseado, crédito que dilapidaría a lo largo de su reinado. De ideología indiscutiblemente absolutista, no dudó en perseguir a los liberales (a pesar de que hubieran combatido por él en la Guerra de la Independencia) pero tampoco en actuar como monarca constitucional cuando las circunstancias así lo aconsejaron. Volvió en cuanto pudo al absolutismo y a la represión antiliberal, pero al final de su reinado suavizará ambos para garantizar la sucesión en la persona de su hija Isabel. Encanto superficial, labia y una actitud seductora y acomodaticia se combinaron en el monarca con el desprecio hacia los derechos y sentimientos de los demás, el cinismo y el engaño, la mentira y la manipulación, la falta de responsabilidad social y de sentimientos de culpa y los mecanismos proyectivos. Ello nos permite plantear que el perfil de

personalidad del monarca correspondería a lo que hoy llamamos, en términos psiquiátricos, personalidad disocial, antisocial o psicopática….” (http://www.revistahospitalarias.org/info_2006/03_185_04.htm).

 

Año 1810: Habiendo huído de Sevilla a Cadiz ante la presencia del ejército Francés, la Junta Central transfiere su autoridad a una Regencia. Noticias del cambio pronto da lugar a que las autoridades españolas sean rechazadas en Argentina, Venezuela y México. Sept., se inician las Cortes Generales y Extraordinarias en Cádiz. “La Junta Central Suprema Gubernativa del Reino nace de la unión de las diversas juntas provinciales surgidas de manera espontánea para enfrentarse a los franceses. Se constituyó el 25 de septiembre de 1808 y fue sustituida por el Consejo de Regencia el 31 de enero de 1810; éste, a su vez, sería relevado por la Regencia del Reino el 20 de enero de 1812….. El Consejo de Regencia fue instaurado por Real Decreto del 29 de enero de 1810, en sustitución de la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, al establecer que toda la autoridad y el poder que ejerce la Junta Suprema se transfiere a este Consejo de Regencia, sin limitación alguna, nombrándose cinco individuos que permanecerán en este supremo encargo hasta la celebración de las Cortes, las cuales determinarán la clase de gobierno que habrán de sustituir. (ESTADO,8C). Este primer Consejo de Regencia se instaló en la isla de León el 31 de enero de 1810 (ESTADO,84A y 84B)…

http://pares.mcu.es/GuerraIndependencia/portal/archivo/fondos/JuntaCentralyConsejoRegencia.html

30 de septiembre de 1810. Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz. La sesión del domingo día 30 es secreta y da comienzo a las diez de la mañana. En primer lugar se informa sobre el complot contra las Cortes. Al parecer, los comisionados para estudiar este asunto, Andrés Morales de los Ríos, Valcárcel y Benito Ramón Hermida no ofrecen ninguna información e incluso quieren abandonar tal encargo. Las Cortes nombran una nueva comisión para que averigüe con el mayor sigilo. Los nuevos comisionados son Antonio Oliveros, Ramón Power y Pedro María Ric. A las doce de la mañana llega el duque de Orleans a caballo y con uniforme de capitán general. Se presenta a la entrada del Salón de Cortes. Los diputados discuten en el interior de las Cortes la oportunidad de que un príncipe extranjero sea recibido por ellas. Tras una hora de espera, sale al pórtico del teatro una delegación de diputados formada por Francisco de Borja Álvarez de Toledo y Osorio, marqués de Villafranca; Evaristo Pérez de Castro y Manuel Mateo Luján a informar al duque de que no se le permite el acceso, ya que las Cortes habían acordado anteriormente su salida de España. El duque de Orleans había llegado a Cádiz en una fragata el 20 de junio de 1810, llamado por el Consejo de Regencia, pero al parecer no se ganó su confianza para dirigir ningún mando del ejército. A los pocos días parte para Sicilia, donde vivían sus parientes y residía la corte del Rey de Nápoles…. (http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/200/H1810_9).

Las Juntas del Gobierno fueron organismos políticos que surgieron en las colonias que la monarquía absoluta española poseía en América en el siglo XIX a semejanza de la península frente a la crisis de la monarquía por la Abdicaciones de Bayona de Fernando VII y la invasión de Napoleón Bonaparte del reino de España (1808). Las provincias de Ultramar reaccionaron en forma muy semejante a los reinos metropolitanos, a través del derecho tradicional, revirtieron el gobierno del rey a la comunidad. Sin embargo, las juntas americanas no aceptan subyugarse al gobierno de la Regencia española reducida a la ciudad de Cádiz, y con el triunfo en su seno del ideario de la revolución estadounidense francesa se transforman en los movimientos de independencia americanos…. Por ello, en la mayor parte de los territorios americanos, los criollos, a través de los cabildos, manifestaron sus intenciones y promovieron con éxito en la mayoría de los casos la instauración de juntas de gobierno locales fieles a la persona de Fernando VII (pero no al gobierno nacional español o francés), a quien reconocían como legítimo soberano. Entre 1808 y 1810 se constituyeron juntas en MéxicoMontevideoChuquisacaLa PazQuitoCaracasBuenos AiresSanta Fe Santiago. Algunas de ellas fueron efímeras, otras perduraron en el tiempo, pero en sus inicios ninguna tuvo carácter separatista. Con el triunfo en su seno de las ideas liberales y republicanas venidas de Estados Unidos y Francia se transformaron en el conjunto de reformas políticas, económicas y administrativas que condujeron finalmente a la independencia de América. (https://es.wikipedia.org/wiki/Juntas_de_Gobierno_de_Am%C3%A9rica).

 

constitucion-cadizAño 1812: Después de una larga discusión, las Cortes en Cadiz, bajo el liderazgo de los liberals, proclaman la Constitución que establece una monarquía parlamentaria para España. Constitución de 1812. La Constitución de Cádiz, aprobada el 19 de marzo de 1812, festividad de San José, conocida por eso como la Pepa, es la primera Constitución propiamente española, ya que el Estatuto de Bayona de 1808 no dejó de ser una “Carta otorgada” marcada por el sello napoleónico. La Constitución se aprobó en el marco de la Guerra de la Independencia (1808 a 1814), y fue la respuesta del pueblo español a las intenciones invasoras de Napoleón Bonaparte que, aprovechando los problemas dinásticos entre Carlos IV y Fernando VII, aspiraba a constituir en España una monarquía satélite del Imperio,  como ya había hecho con Holanda, Alemania e Italia, destronando a los Borbones y coronando a su hermano José Bonaparte….La obra de las Cortes de Cádiz combinó las tendencias constitucionales netamente españolas y la afrancesada. En efecto, la constitución de 1812 enlazaba con las Leyes tradicionales de la Monarquía española pero, al mismo tiempo, incorporaba principios del liberalismo democrático tales como a soberanía nacional y la separación de poderes. La soberanía, poder pleno y supremo del Estado, que hasta entonces había correspondido al Rey, pasa ahora a la Nación, como ente supremo y distinto a los individuos que la integran, representado por los diputados, sin estamentos ni mandato imperativo. La separación de poderes, la más rígida de nuestra historia, siguió el modelo de la constitución francesa de 1791 y la de los Estados Unidos, lo cual impidió el nacimiento del régimen parlamentario en España. La Constitución no incorporó una tabla de derechos y libertades, pero sí recogió algunos derechos dispersos en su articulado, como la libertad personal o el derecho de propiedad. Sin embargo, el texto proclama a España como Estado confesional, no reconociendo la libertad religiosa…. Los diputados a Cortes eran elegidos mediante sufragio indirecto, siendo necesario para ser candidato poseer una renta anual procedente de bienes propios, con lo cual, el Parlamento quedaba en manos de las clases acomodadas. En lo que a los poderes del Rey se refiere, se introdujeron modificaciones sustanciales. Si en el Antiguo Régimen el Rey había ostentado su condición en virtud de un título divino, ahora lo hacía por la gracia de Dios y la Constitución. Su poder se vio limitado, conservando una participación en el Poder legislativo, con una tímida iniciativa y un veto suspensivo así como la titularidad del Poder ejecutivo, aunque sus actos debían ser refrendados por los Secretarios de despacho….” 

(http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/ConstEsp1812_1978/Const1812).

 

Año 1813: Las Cortes de Cádiz decretan la abolición de la Inquisición. Fuerzas francesas bajo la orden del rey José Bonaparte son derrotadas en Vitoria por las fuerzas combinadas inglesas, portuguesas y españolas, bajo el mando del duque de Wellington. El rey José Bonaparte huye a Francia. “En la sesión del 22 de febrero de 1813, tras arduos debates, las Cortes de Cádiz declararon oficialmente abolida la Inquisición en España y en el resto de los territorios de la Monarquía Hispánica. Fue una medida más efectista que real, habida cuenta de que por entonces la Inquisición ya no tenía ni el poder ni el significado de otras épocas…. (http://www.diariodecadiz.es/opinion/articulos/Inquisicion-abolio-Cadiz_0_471553271.html). En cuanto a la batalla de Vitoria: Una victoria que valió un país. En esta única frase se puede resumir la batalla de Vitoria, en la que -tras varios años de dominio galo en la Península Ibérica- una alianza formada por tropas inglesas, portuguesas, y españolas logró poner en huída al ejército francés comandado por José Bonaparte -hermano de Napoleón-, e inició la reconquista definitiva del territorio arrebatado por el «pequeño corso»….Desgraciadamente, y tras la marcha de Napoleón, las derrotas comenzaron s sucederse en el bando español. Por ello, además de por su propio interés, Inglaterra decidió enviar en 1812 a Arthur Wellesley -Duque de Wellington- un lord que aunó a ingleses, portugueses y españoles en contra del ejército de José Bonaparte….

(http://www.abc.es/historia-militar/20130503/abci-vitoria-napoleon-201305022355.html, Manuel P. Villatoro).

Año 1814:  Fernando VII en Valencia durante su retorno a España declara ilegal la convocatoria de las Cortes y anula su legislación, incluyendo la Constitución. Tras el Tratado de Valençay en 1813, Fernando VII se preparó para regresar a un país donde gobernaban unos principios políticos completamente contrarios a sus convicciones absolutistas. El monarca demoró su regreso a Madrid tanteando la situación ante la cada vez más evidente debilidad de  los liberales en el interior del país. Fernando VII entró en España el 22 de marzo de 1814, recibido por continuas aclamaciones populares. El 12 de abril un grupo de diputados a Cortes absolutistas le presentaron el conocido como Manifiesto de los Persas en el que le reclamaban la vuelta al absolutismo. En el afirmaban: “Señor, era costumbre entre los antiguos persas pasar cinco días de anarquía después del fallecimiento de su rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias, les obligase a ser más fieles a su sucesor…”, para mejor apreciar después los rigores de un gobierno firme y de poder. Finalmente, Fernando VII terminó por decidirse y el 4 de mayo de 1814 emite en Valencia un decreto por el que disolvía las Cortes, abolía la Constitución de 1812 y toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y restablecía el absolutismo….” (http://www.historiasiglo20.org/HE/9c-1.htm).

Año 1820: El Mayor (pronto a ser promovido a General) Rafael de Riego proclama la Constitución de 1812 en Cabezas de San Juan. Marzo, Fernado VII hace el juramento ante esta Constitución. El Trienio Liberal permite llevar a la práctica las medidas que habían surgido  en la primera experiencia de las Cortes de 1810 a 1814. Los seis años de absolutismo de Fernando VII no habían hecho olvidar el constitucionalismo de 1812, y son muchos y significativos los pronunciamientos que se suceden para poner en vigor la Constitución. Muchos de ellos fracasan y es en el descontento de un ejército acantonado en Andalucía, camino de sofocar la sublevación de América, donde el 1 de enero de 1820, Rafael del Riego proclama la Constitución en Cabezas de San Juan (Sevilla), el 1 de enero de  1820. (Oración pronunciada el 17 de septiembre de 1822 en el acto de recibir los grados de Maestro en Artes y Doctor en Leyes). El 6 marzo de 1820 Fernando VII acepta la Constitución y, dos días más tarde, se crea una Junta Provisional Consultiva que coexiste durante cuatro meses con el gobierno provisional, conocido como el de los presidiarios, dado que la mayoría de sus miembros habían sido presos políticos en el periodo anterior…” (http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/PapHist/TrieLib).

 

Año 1823: El ejército francés ‘Cien Mil Hijos de San Luis’ invade España para rescatar a Fernando VII de la “prisión” del regimen constitucional. ¿Quién fueron los Cien mil hijos de San Luis? Fueron una fuerza militar francesa enviada a España en 1823 para terminar con el Trienio Liberal y devolver el trono español a Fernando VII. El rey francés Luis XVIII era el más interesado en acabar con la etapa liberal de España que Riego había instaurado en 1820. Dijo el monarca francés:  “Cien mil franceses están dispuestos a marchar invocando el nombre de san Luis para conservar en el trono de España a un Borbón, para preservar ese hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con Europa”. A petición de Fernando VIIFrancia, apoyado por Prusia, Austria y Rusia aprobarán en el congreso de Verona (1822) la invasión de lo territorios. Inglaterra no participó en el congreso pero no se opuso a la invasión, siempre y cuando el  ejército se retirara del territorio una vez depuesto el gobierno actual y Fernando VII asumiera el reino. Cualquier intento de anexión o apropiación de territorios sería considerado como acto de guerra por Inglaterra. El gobierno liberal español esperaba la invasión pero no tenía lo medios suficientes para hacer frente al ejercito frances. Además los preparativos fueron desastrosos. El 31 de agosto de 1823, batalla de Trocadero, en Cádiz, puso fin al trienio liberal (1820-1823) e instauró de nuevo la monarquía absolutista de Fernando VII, que pese a la amnistía acordada, una vez en el poder ordenó represalias despiadadas….”

(http://www.ocesaronada.net/quien-fueron-los-cien-mil-hijos-de-san-luis/).

Año 1827: Levantamiento de los Agraviados en Cataluña en favor del absolutismo real y la restauración de la Inquisición, un precursor del Carlismo. La edad va dulcificando el carácter del monarca, a lo que contribuye también su cuarto matrimonio con María Cristina, de talante liberal. Es ella la que le anima a promulgar en 1824 una amnistía. Pero ahora Fernando VII tiene que luchar contra la extrema derecha, que le acusa de complacencia con los enemigos de la religión y el trono. Entre los absolutistas proliferó la facción más reaccionaria y opuesta a la presencia de ministros reformistas en el gobierno. Queriendo eliminar todo vestigio de liberalismo y garantizar la supervivencia del Antiguo Régimen, exigían una dura represión de los liberales y la reinstauración de la Inquisición. Comenzaron a crear organizaciones clandestinas y a intrigar en el entorno de la familia real. Formaron grupos armados que fracasaron en varios intentos insurreccionales. Pero la acción más notable fue la revuelta de los malcontents o agraviados en Cataluña en 1827, promovida por los campesinos, descontentos con los impuestos y la administración y fustigada por el clero que exigía una vuelta a los siglos anteriores. Esos descontentos estaban dispuestos a salvar al monarca de la camarilla que le rodea y le engaña, obedeciendo “a un principio muy español y que se basa en salvar a quien no quiere ser salvado, con la especulación filosófica de que no sabe lo que quiere o le obligan a decir lo que no quiere” (Díaz-Plaja).

El mismo Fernando VII tuvo que ponerse al mando del ejército y aplastar a los sublevados “por los dulces nombres de Religión, Rey e Inquisición”. Los cabecillas fueron ejecutados. Esta sublevación es un precedente directo de las guerras carlistas que comenzarán tras la muerte de Fernando VII.

A partir de 1830 la cuestión sucesoria se convirtió en el principal problema de la política nacional. Los ultras, los “puros”, ya han puesto los ojos en el hermano del rey, Carlos, hombre pío y adicto a las ideas de los tradicionalistas más extremados….” http://hispanoteca.eu/Landeskunde-Spanien/Historia/Fernando%20VII%20(1808-1833).htm, Justo Fernández López).

Año 1830: Fernando VII publica la Pragmática Sanción de 1789 restableciendo el derecho de la mujer a la sucesión del trono. Oct, nacimiento de Isabel hija de Fernando VII. Su hermano, el infante Carlos, rechazará la validez de la Pragmática Sanción. Cuando en 1830 la reina anuncia su embarazo; el rey quiere asegurarse la sucesión aunque el hijo sea una niña. Para lo cual exhuma una Pragmática Sanción, dada por Carlos IV a las Cortes en 1789, que anulaba el Acta Real  por la cual Felipe V había introducido la ley sálica en 1713. Esta Pragmática Sanción restablecía la antigua ley de Partidas, según la cual, tanto en Navarra como en Castilla (no así en Aragón), las mujeres recogían la corona en defecto de sucesión masculina.  Es pues la más pura tradición española y, paradójicamente, los que tenían que haberla defendido con más ahínco, los carlistas o tradicionalistas, iban a atacarla con más furia.  La desgracia es que, por algún oscuro motivo de María Luisa o de Godoy (quizás por no molestar a la dinastía francesa), esta Pragmática Sanción se había mantenido en secreto, por lo que todo el mundo creía vivir bajo el régimen del acta de Felipe V.  El 10 de octubre de 1830 nace Isabel. Esta niña será la futura reina Isabel II, y aunque se le impuso el nombre de María Isabel Luisa, desde el primer día se la designó solo por el segundo.  El 13 de octubre de 1830 Fernando VII hace insertar un Real Decreto en la Gaceta que decía: “Es mi voluntad que a mi muy amada hija, la infanta María Isabel Luisa, se le hagan los honores como príncipe de Asturias por ser mi heredera y legítima sucesora a mi corona mientras Dios no me conceda un hijo varón….” (http://www.incerba.com/espana/pagina_nueva_1112.htm).

 

muerte-de-fernando-viiAño 1833: Muerte de Fernando VII, inaugurando el conflicto entre Isabel (II) y Don Carlos (“Carlos V”) por el trono. Isabel es declarada reina, con su madre María Cristina como regente. ISABEL II (1830-1904). Reina de España desde 1833, hija de Fernando VII. Como al morir su padre solo tenía 3 años, se encargó de la Regencia primero su madre, María Cristina de Borbón, y luego el general Espartero. Su nacimiento provocó problemas dinásticos, al disputarle el Trono su tío Carlos María Isidro de Borbón, que entendía que las mujeres no podían reinar. En 1843 fue declarada mayor de edad y comenzó su reinado. Mostró siempre predilección por el Partido Moderado, lo que le granjeó la antipatía de otras fuerzas políticas. En 1868 fue derrocada del Trono y tuvo que exiliarse a Francia, donde murió después de haber cedido los derechos a su hijo el príncipe Alfonso….” (https://ricluengo.files.wordpress.com/2008/03/tema-10-el-reinado-de-isable-ii.pdf).

 

Años 1833-39: La primera Guerra Carlista contra Isabel II y sus partidarios, quienes formaron los partidos Progresistas y Moderados. El Vapor, la primera fábrica movida por energía de vapor en Barcelona. “A la muerte de Fernando VII en 1833 heredó el trono su hija, Isabel II, de tres años de edad. Su madre, Mª Cristina de Borbón, asumió la regencia. Ante la oposición de los absolutistas partidarios de Carlos Mª Isidro, hermano de Fernando, que declararon la primera guerra carlista, la Reina Gobernadora se vio empujada a apoyarse en los liberales para asegurar el trono a su hija. ….Durante este periodo se produjo el paso definitivo del Antiguo Régimen a un nuevo Estado liberal burgués. Todos los liberales eran partidarios de una monarquía constitucional pero estaban divididos desde el Trienio Liberal en dos tendencias, que terminaron convirtiéndose en partidos políticosa lo largo del reinado de Isabel II: moderados y progresistas. Los moderados defendían un liberalismo doctrinario, partidario de la soberanía compartida entre las Cortes y la Corona, que gozaba de amplios poderes (como el derecho de veto, nombrar ministros y poder disolver las Cortes). Defensores del orden y de la propiedad… eran partidarios del sufragio censitario y de limitar los derechos individuales, especialmente los colectivos. Defendían a la Iglesia católica y preferían una organización centralista del Estado. Socialmente eran un grupo heterogéneo formado por terratenientes, alta burguesía, vieja nobleza, alto clero y altos mandos del ejército. Los progresistas defendían la soberanía nacional y la limitación de las atribuciones de la Corona. Querían un sufragio censitario más amplio y mayores libertades y derechos, tanto individuales como colectivos. Eran partidarios de la descentralización estatal y de la Milicia Nacional. Su base social era también heterogénea: la pequeña y mediana burguesía y en general, las clases medias, profesionales liberales, artesanos y empleados urbanos y militares de baja graduación. Ambos partidos estuvieron encabezados por espadones, que eran generales del ejército que adquirieron protagonismo político debido a la amenaza carlista y se convirtieron en únicos garantes del trono de Isabel II y árbitros de la situación política. En estos años el más importante fue el general progresista Espartero. Moderados y progresistas se alternaron en el poder, recurriendo a continuos pronunciamientos de uno u otro signo… (http://www.selectividad.tv/S_H_1_1_3_S_moderados_y_progresistas_durante_la_minoria_de_isabel_ii:_el_estatuto_real_y_la_constitucion_de_1837.html). En cuanto a la fábrica Bonaplata también conocida como El Vapor: El 1832 inicia su actividad en Barcelona la Fábrica Bonaplata de hilados, tejidos y estampados, la primera accionada por máquinas de vapor de todo el estado. Su creación supondrá un paso importante en la industrialización de Cataluña, un proceso, sin embargo, que ya se había iniciado el siglo anterior con la fabricación de los tejidos estampados llamados indianas (y que recibían su nombre por su procedencia original). La fábrica se levantó en la calle Tallers de Barcelona en el Raval. En 1832 se puso en marcha la fundación; en 1833, los hilados y tejidos; y en 1835 ya disponían de una plantilla de entre 600 y 700 trabajadores…Pero la fábrica tendrá una vida efímera: en el convulso y revolucionario verano de 1835 será incendiada….”  (http://monempresarial.com/es/2015/07/23/el-emprendimiento-germen-de-la-industrialitzacion-en-a-cataluna-la-fabrica-bonaplata/, Gregor Siles).

Año 1835: Juan Mendizábal, el Jupiter de los Progresistas se convierte en Primer Ministro. Venta de las tierras propiedad de la Iglesia, abolición de las formas especiales de heredar la propiedad aristocática y surgimiento de organizaciones para crear una economía de mercado. “Juan Álvarez de Mendizábal (1790-1853), gaditano de Chiclana, Ministro de Estado, Ministro de Hacienda y Presidente del Consejo de Ministros, fue, es y será una de las figuras más polémicas de la historia española..… Nadie puede discutir que Mendizábal era un hombre de fortuna, al menos económica, como sus “empresas revolucionarias” lo ponen de manifiesto. Así las cosas, en 1835 entra en los gobiernos interinos de España, tomando como primera medida la famosa ley que con su apellido (falso, pero por el que lo conocemos) procuró la confiscación de los bienes de la Iglesia Católica para redistribuir la riqueza del país y ayudar a los millones de ciudadanos que no tenían nada. Pero la gestión de Mendizábal, muy poética, muy lírica, fue un fracaso absoluto. La incautación de los bienes católicos no fue a parar a quienes lo necesitaban, sino a la oligarquía nacional, de forma que los pobres siguieron siendo pobres, las arcas de la Nación se quedaron igual (vacías), se robó al propietario legal un patrimonio extenso y con esta medida, cuadros, piezas litúrgicas, tierras y otros sirvieron para que los ricos se enriquecieran y buena parte del patrimonio español saliera de nuestras fronteras. La ruina de centenares de edificaciones, que hoy día formarían parte del catálogo patrimonial de cualquier ciudad, da muestras de una inusitada torpeza y un ( http://laalacenadelasideas.blogspot.com/2012_11_01_archive.html) error de bulto en la ejecución de esta desamortización”….”

Años 1840-3: Regencia del General Espartero. Progresistas en el poder. María Cristina y los Moderados exiliados en Francia. Progresistas se dividen en facciones.  La oposición de la Regente a la Ley de Ayuntamientos de 1840 (elección alcaldes y concejales) , unido a diversos problemas ligados a la vida privada María Cristina la forzaron a renunciar y a marchar fuera del país. En su ausencia se nombró a un nuevo Regente: el General Espartero (1841-1843). Durante su corta regencia, se aceleró la desamortización de los bienes eclesiásticosse recortaron los fueros vasco-navarros. La firma de un acuerdo librecambista con Inglaterra engendró grandes protestas en Barcelona que fueron duramente reprimidas. El bombardeo de la ciudad llevó a que Espartero perdiera todo su popularidad, incluso entre los propios progresistas. Finalmente, una sublevación militar organizada por los  moderados, a la que se unieron algunos progresistas, precipitó el fin de la Regencia de Espartero. Para salir del impassepolítico en el que se hallaba el país, las nuevas autoridades aceleraron,  pese a tener solo catorce años, la coronación como reina de Isabel II….” (http://www.historiasiglo20.org/HE/10a-2.htm)

Años 1843-54: Un Pronunciamiento de generales Moderados y disidentes Progresistas dirigido por el General Narváez instala a los Moderados en el poder con base en la Constitución de 1845. Reformas administrativas siguiendo modelos franceses. Concordato con el Vaticano, 1851. “El 30 de julio de 1843 Espartero abandonó España, después de un pronunciamiento acaudillado por militares moderados y progresistas disidentes. El 10 de noviembre, para evitar los problemas de una nueva regencia, las Cortes proclamaron a Isabel II mayor de edad, recién cumplidos los trece años. En mayo de 1844 después del fracaso de varios pronunciamientos militares progresistas, Narváez y el moderantismo se instalan en el poder…. Entre 1844 y 1868, el partido moderado gobernó y estableció un marco constitucional, institucional y legistativo ajustado a su programa político, que sólo se vió alterado durante dos años (Bienio Progresista 1854-1856). Creían que, consumada la revolución liberal, tras décadas de guerras y conflictos civiles, era preciso restaurar la estabilidad, asegurar el orden y para ello era necesario afianzar las instituciones liberales: reforzar y sistematizar la administración del nuevo Estado, garantizar la propiedad, preservar el orden social (reforzar el poder ejecutivo), consolidar la relación con la Iglesía. El régimen se asentará sobre el predominio de la burguesía terrateniente (antigua nobleza y nueva burguesía de propietarios rurales). La Corona y el ejército se convertirán los garantes más fieles de un sistema que no dudó en falsear las elecciones para garantizar el triunfo del partido en el gobierno, dejando a los opositores, sin otra alternativa que la conspiración como único camino para alcanzar el poder….” (http://jmnavnav.blogspot.com/2013/12/el-gobierno-moderado-el-reinado-de.html).

Años 1854-56: El General O’Donnell realiza un Pronunciamiento el cual da lugar al bienio Progresista bajo el mando del General Espartero. Una legislación económica liberal hace posible el boom de los años 1860s; una red ferrocarilera es instalada. La Constitución democrática es invalidada por el levantamiento del General O’ Donnell y la retirada de Espartero. Los últimos gobiernos moderados (Roncali y Sartorius) se caracterizaron por la corrupción (expropiaciones indebidas para el ferrocarril), los intentos de limitar aún más el sistema liberal y los amoríos de la reina. Ello provoca la VICALVARADA en 1854: -Fue un pronunciamiento de varios generales moderados críticos (Leopoldo O’Donnell y Dulce) en Vicálvaro (Madrid). A pesar de su fracaso, fue seguido de movilizaciones de elementos progresistas y populares en las principales ciudades españolas. -Unos días después, se redactó el Manifiesto del Manzanares (17 de julio de 1854) por parte de Antonio Cánovas del Castillo, joven político perteneciente a la facción de izquierda o puritana de los moderados. En él se exigía la destitución de la «camarilla» real, la ampliación del sufragio, de imprenta y municipal o la rebaja de los impuestos… El Manifiesto del Manzanares logró el apoyo general del ejército. Una semana después surgen Juntas en toda España, destacando las de Madrid donde toda la zona sur se llenó de barricadas, bajo el lema «Pan, trabajo y Espartero». -Finalmente Isabel II es obligada a entregar el poder al general Espartero (progresista), quien nombró ministro de guerra a O’Donnell, que funda un nuevo partido de centro, la Unión Liberal. La alianza de ambos duró dos años. Por ello, se habla de coalición progresista-unionista. María Cristina abandona de nuevo el país…. (http://jomamoren.webcindario.com/historia/hist_espanna_bachillerato/06.pdf)….La experiencia del bienio terminó cuando se consumó la ruptura entre los dos «espadones», los generales Espartero y O’Donnell. Este último había ido pergeñando la Unión Liberal mientras convivía con Espartero en el Gobierno. Las propias elecciones a Cortes Constituyentes de 1854 dieron un mayor número de escaños a los partidarios del primero que del segundo. Así las cosas no es de extrañar que los intentos de convivencia naufragasen al tiempo de la desamortización de Madoz y la cuestión religiosa, al presentarse ante las Cortes un proyecto que declaraba que nadie podía ser molestado por sus creencias. La propuesta fue aprobada y se rompieron las relaciones con la Santa Sede, decayendo el Concordato de 1851. Pero O’Donnell no estaba dispuesto a que esta situación se perpetuase. Espartero, consciente de la situación, activó sus resortes en defensa del liberalismo movilizando a la Milicia Nacional y a la prensa en contra de los ministros moderados, pero la Reina prefirió conceder la jefatura del Gobierno a O’Donnell ante una situación tan inestable, a la que se sumaban las sublevaciones carlistas en Valencia y una grave situación económica. Ambos bandos se enfrentaron en acciones militares en las calles los días 14 15 de julio de 1856, donde Espartero prefirió retirarse….” (https://es.wikipedia.org/wiki/Reinado_de_Isabel_II_de_Espa%C3%B1a)

Continuará….

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