Capilla del difunto, 23 de Enero
Oración al Papá
me dijeron que te llamabas Papá, mis ancestros te decían Hugo, en mi país te bautizaron Simón, eres mi progenitor, me proveés como Pachamama, resucitas cada cien años, desde ya esperamos tu regreso, dáme, mientras tanto, la casita….
De autor desconocido (Earle Herrera? )
Comenzando por Nicolás muchos venezolanos de mente primitiva se han auto-inoculado con la idea de que acaban de perder a su papá. Nicolás repite a cada instante frases tan cursis como esta: “Solo un hijo de Chávez puede traer la paz a Venezuela”. Y en esta Semana Santa han aparecido estampitas pseudo-religiosas con oraciones para el occiso, posiblemente escritas por Isaías, Earle Herrera o Tarek Saab. Ya le atribuyen milagros. Por ejemplo: se cortaría el pelo Iris Varela? Dejaría de jurungarse la nariz Francisco Carrasquero? Devolvería Tobías el dinero robado? Se le quitará el acento cubano a Nicolás? Será investigado Rafaél Ramírez?
Hasta una capilla para el difunto ha surgido en el 23 de Enero, tal como existe una para María de la Onza en Nirgua. Las sacerdotisas de María Lionza, fumando tabaco con la candela pá dentro, ya han incorporado al difunto en sus letanías, junto al Rey Miguel, Guaicaipuro y el Negro primero, como la cuarta potencia. Pronto surgirán sectas propias del occiso, como aquella “Gran Logia tradicional Atlante de los Kristíos del gran Continente Oriónico”, fundada en San Felipe por Jesús María Guedez en honor a la jinetera del tapir. La imágen oficial del difunto, eso sí, será más moderna porque la imagen de María Lionza es apenas la de Eugenia María de Montijo, esposa de Napoleón II. Una copia del retrato de esta señora, pintado por Winterhalter, fue robado de la Asamblea Legislativa del estado Yaracuy, alguien le pintó una corona, le añadió una mano con una bandera amarilla y lo convirtió en la imágen “oficial” de María Lionza, protectora de las aguas, diosa de las cosechas. La imágen del Papá va a ser el rostro computerizado de Bolívar que fue mandado a hacer, precisamente, con el propósito último de servir de rostro de la nueva deidad.
La imbricación estrecha de María Lionza con los babalaos, changós y orubas y la santería en general incluirá ahora la figura del difunto, incursionando peligrosamente en las Iglesias. Los obispos venezolanos han advertido de este peligro, que se ha manifestado de manera incipiente en esta Semana Santa.
Frente a la figura del Papá la Iglesia tendrá que oponer, más temprano que tarde, la figura del Papa.
Por lo pronto, al difunto lo han hecho pasar, de un envión, a la categoría de deidad mayor, saltando por sobre la modesta calificación de ánima. Con decir que ya su hijo Nicolás lo pone al lado de Cristo y de Bolivar. En torno a María Lionza giran numerosas ánimas humildes, como la de la Yaguara o la de Taguapire en Guárico. Los planes para el Papá no se limitan a incorporarlo como una deidad más en este panteísmo primitivo que es el culto a María Lionza. No!, pretenden convertirlo en una nueva fuerza mayor, rodeado de sus propias ánimas, Maisanta y Zamora, mientras Clodosbaldo y Escarrá se purifican en el dugout.