La patológica fijación de Hugo Chávez en Simón Bolívar, en las causas de su muerte, en el día de su nacimiento, en sus rasgos faciales, en si es mulato o “escuálido”. Esa insistencia en tratar de encajar la historia bolivariana dentro de su satrapía, son una clara indicación de que está mentalmente desequilibrado y no debería ser considerado apto para desempeñar una función pública. Esto debe verse con la más absoluta seriedad y responsabilidad ciudadana, ya a pocas semanas de las elecciones presidenciales.
1. El lenguaje anti- presidencial de Hugo Chávez es ya francamente logorréico y, más aún, coprolálico. El paciente no puede ya mantener un lenguaje convencional, decoroso, sino que produce, de manera incontrolada, insultos ininterrumpidos en contra de quienes difieren de su modo de actuar;
2. Sus decisiones anti- presidenciales son más y más viscerales, arbitrarias, sin lógica alguna, y muchas de ellas están causando enormes pérdidas para la nación. Los intentos de extorsión contra la empresa Repsol, el hostigamiento perenne contra POLAR, las expropiaciones llevadas a cabo de manera abiertamente abusiva, como si se tratara de un juego de poder, causan pánico en la sociedad venezolana y alejan despavoridos a los inversionistas extranjeros;
3. Su manera deportiva y anti- presidencial de comprar miles de millones de dólares en armas: “deseo un escuadrón de Sukhois nuevos”, o “vamos a tener aviones iraníes no tripulados”, o “ya están llegando los cien tanques nuevos de Rusia, o “vamos a pedirle un nuevo satellite a China”, toda esa orgía de adquisiciones que no consulta con nadie y que exigen endeudamiento a la nación, son clara muestra de sus fantasias imperiales, de su conversión en una especie de Calígula tropical salido de cauce;
4. Su desdén y agresividad anti-presidencial por los adversarios, su ventajismo a costa de nuestras leyes, su impúdico reto al país con la imposición de las malhadadas cadenas, todo ello representa una manera ilegítima e irracional de ejercer el poder;
5. La obsesión por cambiar la historia para emerger como un Bolívar redivivo es una evidente señal de anormalidades psíquicas tales como la Bipolaridad. Los especialistas en desviaciones mentales podrán identificar con precisión esta patologí;.
6. Sus desplantes desequilibrados han conducido a un aislamiento progresivo del país de la comunidad internacional. El paciente ha retirado a Venezuela del Centro Para la Solución de Conflictos del Banco Mundial, trata de retirar al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y se alínea con los sátrapas remanentes en el planeta, como Asaad; Lukashenka y Castro.
Si Hugo Chávez fuese un simple ciudadano el país no tendría mayores problemas. Pero es el presidente y no solo ha estado en el poder por 14 años sino que pretende re-elegirse en la presidencia por cinco años más. En su pretensión arrastra al país a la ruina, cuando no a la Guerra Civil.
Yo, Gustavo Coronel, digo que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es un paciente psiquiátrico y debe ser tratado como tal. Le hago un llamado urgente a la Sociedad Venezolana de Psiquiatría y a las autoridades de salud venezolanas (en especial a la Ministro Sáder) para que cumplan con su deber profesional, intervengan y apliquen las medidas necesarias para poner a este paciente bajo tratamiento psiquiátrico adecuado, en lugar adecuado. Si quien pueda hacerlo no lo hace será cómplice de esta tragedia venezolana, como ya son cómplices muchos de quienes reciben prebendas de su régimen para dejarlo hacer a placer, a sabiendas de que es un loco.
Quienes guardan silencio piensan, equivocadamente, que al ser muchos estarán más allá de las sanciones. No saben que ya existe una lista bien documentada, y no es ni la lista de Tascón ni la carta de Piñerúa, de los 387 cómplices principales de Hugo Chávez (hasta ahora), quienes tendrán que responder con su libertad y sus bienes por los abusos cometidos durante todos estos años. Será necesario instalar una especie de Nuremberg criollo para manejar penalmente este inmenso crimen contra la nación.
Nada de venganzas, solo justicia. Si lo que nuestros padres y maestros nos dijeron sobre ética aún tiene vigencia en este mundo, esa gente que permitió la tragedia tendrá que pagar por sus crímenes. Hugo Chávez está necesitado de un chaleco de fuerza y de una mascara-bozal (a lo Aníbal Lecter) que le impida dar rienda suelta a su coprolalia. Debe ser internado, a la brevedad possible, en un sanatorio de máxima seguridad.