[box_dark]El presidente Barack Obama anuncia en su discurso sobre el Estado de la Unión que el 2014 será un año de acción con o sin el apoyo del Congreso.[/box_dark]
(VOA) El presidente Barack Obama expuso una serie de propuestas “prácticas y concretas” para acelerar el crecimiento económico de EE.UU. fortalecer la clase media y fomentar nuevas oportunidades para los estadounidenses.
Ante una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes de EE.UU., en su quinto discurso sobre el Estado de la Unión, Obama precisó que algunas de esas medidas exigen ser aprobadas por el Congreso. “Pero EE.UU. no se detiene, ni yo lo haré”, dijo.
Por eso, explicó, en lo que pueda y cuando pueda dará los pasos necesarios para ampliar las oportunidades de que disponen las familias estadounidenses. “Eso es lo que voy a hacer”, subrayó.
En su discurso, ovacionado varias veces, el presidente llamó a hacer que “este año sea de acción. Eso es lo que quiere la mayoría de los estadounidenses”, dijo, y anunció que apelará a una orden ejecutiva para elevar a $10,10 dólares la hora el salario mínimo a empleados bajo nuevos contratos del gobierno.
También renovó su pedido al Congreso de aprobar un proyecto de ley patrocinado por el senador republicano Tom Harkin y el representante demócrata George Miller que elevaría el salario mínimo a esa misma cantidad (de los $7,25 actuales) para todos los trabajadores del país. El último incremento aprobado por los legisladores fue hace siete años.
De momento se beneficiarían con la orden ejecutiva, entre otros, conserjes, obreros de la construcción, y los que lavan platos, sirven comida y laboran en las lavanderías de bases militares que trabajen en virtud de nuevos contratos federales. Según la Casa Blanca, ello elevaría la moral e incrementaría la productividad.
Obama pidió a los empresarios del país hacer más para elevar los salarios de sus empleados. “Es bueno para la economía, es bueno para EEUU”, dijo y anunció que solicitará al Tesoro crear un bono de ahorro que estimule a los estadounidenses a tener suficientes ahorros para cuando se jubilen.
Dijo también que este año “ha llegado la hora” de que el Congreso apruebe una reforma inmigratoria, y destacó además como necesario que los legisladores restauren los beneficios por desempleo para un millón 600 mil estadounidenses que lo perdieron.
Señaló que una de las mejores inversiones que puede hacer el país es la educación en los primeros años de vida de un niño, y reiteró su pedido de apoyo a los legisladores para que cada vez más jóvenes puedan pagar sus estudios universitarios.
Obama defendió además la nueva ley de salud (Obamacare), y habló sobre independencia energética, protección ambiental, e informó que cada cuatro minutos un nuevo hogar o empresa en EE.UU. utiliza energía solar.
En materia de política exterior, indicó que el liderazgo de la nación no se define solo por la fortaleza militar sino por fomentar mas cooperación, expandir nuevos mercados y liberar a los pueblos de temores y necesidades. “Nadie mejor que EEUU puede hacerlo”, dijo.
También apuntó que esperaba poder cerrar este año la prisión militar en la base de Guantánamo y prometió que vetaría cualquier proyecto de ley del Congreso para elevar sanciones a Irán que malogre las actuales negociaciones con ese país sobre su programa nuclear.
Las medidas ejecutivas anunciadas por el presidente darían un nuevo estilo de gobierno a los últimos años de su segundo mandato al frente de la nación, después de haber anunciado que no se iba a quedar cruzado de brazos a esperar por el Congreso si éste dilataba algunas decisiones consideradas importantes para el país.
En gran medida éste ha sido el discurso anual sobre el Estado de la Unión que más desafíos ha planteado al presidente, a merced de una caída en las encuestas de opinión que ya no le son tan favorables como en sus primeros años, en un momento además en que ambos partidos encaran elecciones legislativas de medio término este año.
Una encuesta difundida poco antes del discurso por la cadena NBC y el diario The Wall Street Journal indicó que el 68 por ciento de los estadounidenses consideran que el país está estancado o en peor situación que cuando Obama asumió la presidencia y hablan de una nación “dividida” y “deteriorándose”. Solo el 31 por ciento opina lo contrario.
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